Nohemí Lizama, una madre que fue capturada bajo el régimen de excepción, amamantó el martes a su hija Keila, de nueve meses, en las bartolinas del centro de detención mejor conocido como “El Penalito”.
Lizama fue detenida el pasado 9 de mayo mientras trabaja en la central de abastos La Tiendona. La Policía la acusa de agrupaciones ilícitas, pero su familia niega los señalamientos.
El padre de la niña, Víctor Zúniga, de 30 años, llegó al portón de las bartolina para suplicar que dejaran entrar a la bebé para que su madre la alimentara, ya que por su edad aún depende de la leche materna.
Las autoridades policiales atendieron la petición y un agente cargó a Keila para acercarla a su madre, luego de pasar 24 horas separadas una de la otra.
Ante la situación, el padre es el que ha tomado la completa responsabilidad. Mencionó que ya había leído de casos de capturas arbitrarias, pero jamás se imaginó que su esposa iba a a ser parte de las estadísticas.
“Es duro, nunca había vivido en carne propia esta situación. Lamento cómo se aplican las leyes, las personas honestas no tenemos por qué pagar los platos rotos”, señaló el joven padre, mientras cargaba a su hija, ya contenta por recibir el alimento y ver a su madre.
Tanto Nohemí como Víctor son comerciantes de frutas y verduras y él asegura que “jamás se han involucrados en malos pasos”.
Ante la situación de su compañera de vida, él dice que: “Duele (ver a su esposa detenida), porque yo crecí sin madre y ellas quieren estar con sus hijos”.
Este fue un día amargo para la familia Zúniga Lizama, ya que no lograron celebrar el Día de la Madre como en años anteriores.
La preocupación de Zúniga crece porque no sabe si cuando sea trasladada su esposa a Cárcel de Mujeres le podrán permitir el ingreso a Keyla, para que sea amamantada.