"Yo voy a ganar", así dijo un joven minutos antes de participar del tradicional juego del palo encebado que regresó a San Bartolomé Perulapía, Cuscatlán, tras dos años de ausencia debido a la pandemia por el covid-19.
La actividad de realizó este fin de semana en el predio La Ceiba, del referido municipio, en el inicio de las fiestas patronales que terminan el próximo 24 de agosto.
Con entusiasmo, los participantes se agruparon y previo a intentar alcanzar la bandera en la cima del palo practicaron en otros árboles.
Lee también: Entre aplausos y protesta: alcaldía de Mejicanos organizó jaripeo
El palo encebado tenía unos siete metros de altura y algunos asistentes se rindieron a los pocos minutos de iniciado el juego ya que aseguraron que había que tener técnica.
La tarea no era nada fácil, pero Alexander Rivera, de 25 años, lo logró: tras tres intentos y varias caídas se alzó con el premio.
"La clave está en agarrarse bien, más que todos con los pies para no caerse, costó pero se pudo", relató el joven, quien fue acompañado por su esposa e hijo, que lo alentaron y grabaron el momento.
Alexander comentó que llegó desde el caserío Los Planes junto a otros amigos y mencionó que no era la primera vez que participaba.
Te puede interesar: Sivarland estará hasta el 4 de septiembre
"Venía seguro que quería ganar, este dinero me va ayudar con algunos gastos de la casa", dijo con entusiasmo. El palo encebado consiste en enterrar un poste en el suelo, procurando que se mantenga firme. Luego, se cubre completamente con sebo o grasa, con el fin que resbale y dificulte la subida.
Otras de las tradiciones que regresó fue la carrera de cintas, que llamó la atención de chicos y grandes, quienes se reunieron en el predio La Ceiba.
Los jinetes tenían que tener destreza para sacar una cinta colocada sobre un lazo. Quien lo lograra se llevaba un premio, entre ellos, había botellas con licor, artículos para los caballos y otras bebidas.
Capitán, corrió con todas su fuerzas y su jinete logró retirar una cinta, a cambio recibió una botella de licor. Su dueño aseguró, que el equino tiene cuatro años y que ya ha participado de otras competencias.