El sacerdote jesuita, José María Tojeira, considera que en el país se ha vuelto más insistente el discurso de odio y ataque contra cualquiera que no piensa como el Gobierno de Nayib Bukele.
Esto al analizar el discurso presidencial confrontativo qué está estigmatizado a personas de derechos humanos, sociedad civil, organizaciones internacionales, e incluso a periodistas.
“Se ha vuelto más insistente este discurso de odio, de violencia. Es un fallo grave en un Gobierno, algo que debe corregir y que la ciudadanía debe exigir que se corrija. No hay derecho a estar insultando a cualquiera que no piensa como el Gobierno”, dijo el director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA (IDHUCA) en la entrevista de este miércoles de radio YSUCA.
Explicó que los discursos confrontativos no llevan a un desarrollo social justo y adecuado debido a que “el insulto sirve para exacerbar los ánimos, buscar que los partidarios amparados por el poder sean más agresivos y violentos, pero no para solucionar los problemas”.
Además, indicó que este tipo de discursos es el inicio de un tipo de represión de la libertad de pensamiento y un tipo de represión de derechos ciudadanos que pueden llevar a acciones violentas y por eso “los gobiernos tienen que ser más responsables”.
En ese sentido enfatizó: “Evidentemente ese tipo de discursos deberían estar fuera de la política, porque es alimentar cultura de violencia”.
Considero que hay personas que se pueden tomar estas acciones con humor, pero otras que no. Por ejemplo, “la gente joven que está creciendo y que esta desarrollándose, el encontrar un estilo tan agresivo, la limita e impide su desarrollo, la desespera o la vuelve rebelde también”.
En ese sentido dijo que hay algunos que resisten a las críticas y que “en el periodismo salvadoreño hay muestras de resistencias y seriedad frente a insultos muy graves a los que no responden de la misma manera que el agresor (Gobierno de Bukele)”.
Añadió: “Uno puede decir que a lo mejor no se atreven, yo creo que si se atreverían a responder de la misma manera, pero no quieren responder de la misma manera y eso honra a muchos periodistas en El Salvador”.
Los periodistas “se mantiene firmes en su exposición de investigaciones o criterios y no responden a los ataques con la misa moneda, es decir, están haciendo un ejercicio de decencia ciudadana y democrática”, concluyó.