Las cárcavas son un problema cada vez más recurrente en varias zonas de Soyapango, Ilopango, San Martín y San Salvador; y aunque parece que es algo reciente, es un problema que se originó hace 1,500 años aproximadamente, cuando hizo erupción el volcán de Ilopango.
El geólogo Walter Hernández, director de maestrías en geología de la Universidad Nacional de El Salvador (UES), explica que cuando ocurrió la erupción, lo más probable es que las personas que habitaban en estas zonas hubieran migrado, debido a la alta sismicidad y muerte de animales por inhalación de azufre.
Según Hernández, la erupción cubrió más allá del territorio Centroamericano, “son 550,000 kilómetros cuadrados los que quedaron cubiertos por la ceniza volcánica”, dice y explica que a pesar de esto, las zonas más afectadas están en el área metropolitana de San Salvador.
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Durante esta erupción, el material expulsado por el volcán de Ilopango no fue un material caliente sino una especie de polvo, conocido como “tierra blanca joven”.
Miguel Hernández, quien también es geólogo en la UES, dice que este material es altamente erosionable cuando tiene contacto con el agua, lo que ocasiona que las cárcavas sean fáciles de originar en los alrededores del volcán.
Según Walter Hernández, solo en la zona de Ilopango hay más de 60 metros de profundidad de tierra blanca joven. Este factor, combinado con la alta densidad poblacional, genera fugas en las tuberías, tanto de aguas negras como de aguas lluvias, lo que a su vez termina por erosionar la tierra bajo las viviendas o calles.
Ambos expertos concuerdan en que las cárcavas empeoran cuando las colonias están cerca de un río, como en la Urbanización Bosques de Prusia, Reparto Los Santos I, Reparto Morazán y muchas más.
¿Cuál es la solución?
Esta fue la pregunta más difícil de responder para ambos geólogos, pues explican que no hay una solución definitiva al problema de cárcavas y que, aunque hagan obras de mitigación, después de varios años estas obras pueden volver a fallar.
Los dos dieron soluciones similares. La primera es descentralizar la zona urbana para prevenir cárcavas nuevas; la segunda es evacuar permanentemente a las familias que corren mayor riesgo, pero esta no es una alternativa para quienes habitan ahí, pues se quedarían sin el patrimonio que pagaron durante más de cuatro décadas.
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“Si ya no se dan permisos de construcción ahí las constructoras van a comprar en otro lado, eso sería una salida”, dice Walter Hernández.
La última solución que plantean los especialistas es hacer obras de mitigación en todas estas cárcavas y asignar presupuesto de mantenimiento anual a las obras, para que no se dañen con el paso del tiempo.
“Están viviendo en un lugar que tarde o temprano van a ser afectados por este problema”, asegura Walter Hernández.
Falta de profesionales en geología
Miguel Hernández explica que en el país aún faltan más especialistas en geología y que durante más de 50 años no existía esta oferta académica en El Salvador.
La carrera en geología inició de nuevo en el año 2021 pero aún no han salido las primeras promociones de profesionales. Para Walter Hernández, es indispensable que todas las instituciones gubernamentales tengan especialistas en geología, pues esto les permitirá tomar mejores decisiones.