Un grupo de estudiantes forjadas en el Centro Escolar España, ubicado en las cercanías de la Universidad de El Salvador, en la capital, han llevado todo el año sus conocimientos sobre robótica hasta las aulas de dos Centros de Desarrollo Infantil (CDI), uno ubicado en San Marcos, San Salvador y otro en Tapalhuaca, departamento de La Paz.
Las niñas, bajo la guía del ingeniero Ramón Recinos, coordinador del aula informática en dicha escuela, han desarrollado muchas fortalezas en esta área de la tecnología y en los próximos días extenderán su pasión por la robótica hacia otros dos CDI, ubicados en la colonia San Luis y en San Martín; así como a un tercero en Zacatecoluca.
Los talleres en estos CDI empezarán el 13 y 20 de agosto.
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El “Steam Girls”, como se denomina el equipo, está conformado en este momento por nueve niñas, entre exalumnas y estudiantes activas que cursan entre 5o. y 8o. grado de Educación Básica.
Las jovencitas que imparten los talleres de robótica en los CDI, todos los sábados por la mañana, son las exalumnas: Katya Díaz, Alisson Alemán, Valeria Castro y Ángela Miranda; así como las alumnas: Natalia Rivas, de octavo grado; Liliana Rivas, de séptimo grado; Jimena Ávalos, también de séptimo grado y Briseyda Acosta, quinto grado.
A ellas se suma Helen Rauda exalumna de Jóvenes Talentos de la Universidad Francisco Gavidia.
El ingeniero Recinos, quien es reconocido como una de las personas que impulsan la robótica en el país, recuerda que esta iniciativa con los CDI nació en 2019, cuando un pastor evangélico lo invitó a montar el taller en el de San Marcos, luego de conocer el trabajo que ha hecho con las niñas del Centro Escolar España.
Según lo externado por Recinos, para poder desarrollar los talleres de robótica en los otros centros se sumarán más estudiantes, siempre del Centro Escolar España.
Los CDI en donde llevan adelante estos espacios de enseñanza son apoyados por una organización no gubernamental norteamericana llamada Compassion, la cual provee los kits y otros recursos para que el proyecto sea posible, incluso viáticos para alimentación y transporte de las escolares.
Las niñas del club de robótica de la Escuela España se han agenciado varios premios en competencias nacionales e internacionales, e incluso el mismo Recinos ha sido galardonado en más de una ocasión con el Global Teacher Award, un premio otorgado por una empresa tecnológica multinacional de la India.
Los retos de enseñar
“(Me siento) feliz por enseñar a otros niños mis conocimientos sobre la robótica educativa y ayudar a los a desarrollar su imaginación, creatividad y motivarlos a seguir aprendiendo cosas nuevas cada día”, comenta Natalia Renne Rivas Nolasco, quien cursa el octavo grado y es una de las facilitadoras del equipo.
Rivas Nolasco tiene 15 años y cinco de ellos ha formado parte del Club de Robótica del Centro Escolar España, institución que, de la mano del ingeniero Recinos, la logrado reconocimiento a nivel local e internacional en este campo.
“Muchas veces el estar enseñando no es nada fácil, ya que todos los niños tienen diferente ritmo a la hora de aprender. Siempre hay que tener paciencia con todo y todo se puede lograr a base de eso. Hay que tener metas para superarnos cada día más”, comenta sobre su experiencia de trabajar con los niños.
En los CDI las niñas y señoritas están atendiendo un promedio de entre 30 y 40 niños.
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A Natalia lo que más le gusta de participar en el proyecto es precisamente la experiencia de ser una maestra.
“Es divertido ver cómo los niños se alegran cuando aprenden cosas nuevas, lo cual es muy motivador para nosotras, para seguir enseñando a más niños”, expone la joven, al consultarle sobre lo que la motiva para estar en esa iniciativa.
Previo a iniciar con los cursos de robótica, Recinos capacita a sus alumnas para que puedan hacer sus cartas didácticas, los guiones de clases, sus rutas de aprendizaje, cómo evaluar a los estudiantes y hacer los proyectos que exponen al final.
“El objetivo de nosotros ya no es solo que las niñas de la España (dirijan estos talleres). Las niñas ya empezaron a detectar cuáles niños de los CDI son buenos para que vayan siendo instructores y asuman la formación de otros grupos que vienen atrás”, comenta Recinos.
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El docente se muestra muy sorprendido ante el hecho de que el cien por ciento de los niños que se integran a los talleres de los CDI asisten sin falta cada sábado, a excepción de que estén enfermos.
Recinos se muestra orgulloso de que sus discípulas mantengan con entusiasmo el proyecto con más niños, sobre todo porque tras la pandemia para ellas los procesos educativos se han complicado en sus respectivos centros de estudio; para el caso de las alumnas activas en la Escuela España, prácticamente todo el año lo han llevado en modo virtual, mientras termina la reconstrucción de las instalaciones.