Un día después de las elecciones de concejos municipales al menos una veintena de empleados de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) habría sido cesados de sus puestos laborables sin mayores explicaciones y por tener una cosa en común: por supuestamente negarse a efectuar una donación económica al partido Nuevas Ideas o si lo hicieron calificaron como “donación obligatoria” la transacción.
Algunas personas firmaron una carta de renuncia entregada por las responsables de recursos humanos y en otras se establece que se tomó la decisión de dar por terminada la relación laboral con base al artículo 95 del Reglamento Interno de Trabajo de la Superintendencia, el cual dice: “El contrato individual de trabajo podrá darse por terminado, ya sea por la Superintendencia, por retiro o muerte del empleado o empleada”. Agrega que en dichos casos se reconocerá la indemnización para el empleado.
Ese es parte de la información proporcionada por personas exempleadas de la SSF, quienes a casi dos semanas después de su despido se acercaron a una organización de derechos humanos para recibir asesoría legal, ya que valoran que se trató de una vulneración a sus derechos laborales.
Todo habría iniciado el 29 de enero de 2024 cuando personas encargadas de áreas informaron a los empleados que se podían efectuar donaciones a favor del partido de gobierno.
“Nos hicieron la atenta invitación a donar y una de las compañeras preguntó que a partir de cuándo y dijo que a partir del siguiente día que íbamos a recibir el pago de la planilla, y ella le preguntó si era obligatorio y nuestra jefa dijo no, pero que nos hacían la atenta invitación a hacerlo, o sea, lo recalcó”, dijo a El Diario de Hoy una de las personas cesadas, quien pidió el anonimato.
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Agregó que por la noche les enviaron indicaciones por medio de una aplicación de mensajería para telefonía móvil sobre especificar el nombre completo, el cargo que desempeñaban, el salario que percibían y enviar el comprobante de la donación a una persona llamada David Batres. Las indicaciones incluyeron una tabla de los montos a transferir de acuerdo al rango salarial, que fueron de montos desde los $30 para quienes ganaban $900 hasta $100 para quienes tenían salarios superiores a los $2,500.
Al día siguiente les enviaron mensajes constantes con la “invitación” a hacer la donación a Nuevas Ideas. “Quizá hasta en la tarde habíamos tres que no lo habíamos hecho mandó así con nombre tengo pendiente a tal y tal. Pues yo no la hice”, agregó la persona.
Las indicaciones se giraban por medio de un grupo de mensajería al que denominaron “Asuntos Especiales” para cada dependencia de la institución. Por ese mismo mecanismos se pidió a los empleados que enviaran “foto de evidencia” de que fueron a votar en las elecciones del 4 de febrero, lo que hicieron.
Se repite el mecanismo
Los exempleados consideraron que la donación sería por una sola vez, pero el mecanismo se repitió para final de febrero de cara a las elecciones del 3 de marzo. En esta vez se agregó una guía sobre cómo enviar en PDF los comprobantes de las transferencias bancarias, así como el concepto en las que se debían realizar.
“Y algunos les habían enviado captura de pantalla y no lo querían así, lo querían en PDF y del concepto que le tenían que poder. Porque algunos le habían puesto en el concepto de la transferencia bancaria le habían puesto donación obligatoria o donación entre comillas”, afirmó.
Debido a la negativa de participar, comenzaron las sospechas que podían ser sujetos de represalias. El 4 de marzo se indicó a todo el personal que llegara a las oficinas y suspendieran las visitas a instituciones. Lo primero fue firmar un nuevo acuerdo de confidencialidad que incluyó las conversaciones de aplicaciones de mensajería basándose en la Ley de Supervisión y Regulación del Sistema Financiero, diferente a los acuerdos que habían suscrito anteriormente.
“De las instituciones fiscalizadas, pero un chat de telegram donde nos piden donaciones para el partido Nuevas Ideas no es información confidencial de la Superintendencia en sus funciones, esa es una información particular, o sea ahí están violando todo, porque están utilizando la institución para cosas privadas”, comentó otra de las personas despedidas.
Luego, al ubicarse en sus lugares de trabajo notaron que sus accesos de las computadoras fueron deshabilitados.
Notificaciones
A medio día de ese lunes comenzaron a llamar a las personas para notificarles que la institución había decidido prescindir de sus servicios. Luego fueron agrupados en una sala de juntas mientras esperaban información de sus finiquitos, donde se dieron cuenta que eran las personas que no habían pagado la donación y porque pusieron “donación obligatoria” en la transferencia.
“Otros porque pusieron comillas a donación, ese fue su pecado. Como se manifestaron que no era una donación como tal, sino que era obligada”, sostuvo el exempleado quien también pidió el anonimato.
Estiman que fueron 20 las personas que fueron despedidas ese día, posteriormente se enteraron que el día siguiente hubo otros despidos y no descartan que sea por los mismos motivos.
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Comentó que tuvo que firmar la carta de renuncia que le presentaron por temor a no obtener referencias para colocarse en otro trabajo. Recordaron que en esos días se divulgó en redes sociales los despidos de personas por negarse a donar.
Para estas personas, las autoridades de la SSF violentaron el Reglamento Interno de Trabajo, ya que en el artículo 56 establece entre las prohibiciones de la Superintendencia: “tratar de influir en sus empleados y funcionarios en cuanto al ejercicio de sus derechos políticos o convicciones religiosas”.
Añaden que le despido sería injustificado. “En mi caso no tenía ninguna amonestación verbal ni escrita ni nada. Ni siquiera por impuntualidad”, dijo la primera persona que pidió guardar su identidad.
Silencio de SSF
Ni la cuenta oficial de la SSF en redes sociales ni la superintendenta, Evelyn Gracias, han emitido reacciones sobre dichas denuncias.
Sobre estos supuestos despidos, El Diario de Hoy buscó la postura de la SSF por medio de llamada telefónica a los números que aparecen en el sitio web de la institución para contactar al área de comunicaciones.
Al transferirse la llamada, la persona que la atendió indicó que se debía enviar un correo electrónico contacto@ssf.gob.sv donde se gestionaría la petición de la información. Al cierre de esta nota no se obtuvo respuesta al correo electrónico enviado.