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Retroceso democrático en menos de cinco años

Previo a las elecciones de febrero y marzo de 2024, el oficialismo realizó reformas electorales que le dieron ventaja y que abrieron el telón para un nuevo mandato

Por Susana Peñate / Abigaíl Parada | May 31, 2024- 06:00

Nayib Bukele y Félix Ulloa fueron reelectos para un segundo periodo de gobierno consecutivo, pese a prohibición constitucional. Foto EDH Francisco Rubio

El Salvador ha sido catalogado como el octavo país con mayor retroceso en la democracia solo en la última década. Debido a las drásticas modificaciones realizadas a las reglas electorales con el objetivo de beneficiar al partido oficialista, este escenario llevó al país a ser nominado como “Parcialmente libre”.

Según el Índice de Libertad en el Mundo, a través de su reciente informe del centro estadounidense de pensamiento Freedom House, que mide el estado global de libertades civiles y políticas, el país ha retrocedido 24 posiciones.

Expertos consultados por El Diario de Hoy hacen un análisis sobre qué implica para el país este retroceso democrático y cómo desde antes de las elecciones de 2024 el oficialismo construyó el camino para llegar al escenario, que abre el telón este 1 de junio, para un nuevo mandato presidencial.

“La democracia implica no solo el hecho de tener elecciones o que gane la mayoría, sino el ejercicio legítimo del poder, respetando las distintas disidencias, el Estado de derecho, las normas que son las reglas del juego, respetando en general a las personas y sus derechos. Si eso no se tiene no podemos afirmar que vivimos en una democracia”, afirmó Gabriela Santos, directora del Instituto de Derechos Humanos (Idhuca) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

Agregó que cuando una sola persona controla todo o un grupo o un círculo, “entonces ahí no podemos hablar que estamos en una democracia”.

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“No todas y todos tenemos conciencia y claridad de las implicaciones de la democracia”, señaló la abogada Zaira Navas, jefa de estado de derecho y seguridad de Cristosal.

Y enfatizó que en una democracia los tres poderes del Estado deben actuar de forma independiente y tener contrapesos. Pero señaló que “eso se ha quebrado en El Salvador, a partir de que el presidente (Nayib) Bukele comenzó a tomar decisiones unilaterales y empezó a desmontar las instituciones democráticas”.

¿Qué ganó y qué perdió el país tras las elecciones de 2024?

Las elecciones del 4 de febrero y 3 de marzo de este año representaron mucho más que la simple selección de funcionarios para la Presidencia, el órgano Legislativo y las municipalidades para los próximos años, sino que significaron un importante cambio en la estructura democrática y de representación, así como una mayor concentración de poder.

Permitir la reelección presidencial, pese a la prohibición constitucional; cambiar las reglas electorales y las circunscripciones municipales fueron movimientos clave.

Ante este escenario, voces expertas responden a la interrogante: ¿Qué ganó y qué perdió El Salvador tras las elecciones?

“Creo que perdió totalmente la posibilidad de tener un sistema de frenos y contrapesos, es decir, que la ciudadanía al final tenga garantía en el ejercicio de sus derechos, y que existan instituciones que de alguna manera puedan garantizarlos. Creo que además perdió pluralismo”, respondió Ruth López, experta en temas electorales y jefa de Anticorrupción y Justicia de Cristosal.

Las condiciones de la contienda electoral no fueron igualitarias, pues se contó con un aparato estatal promoviendo la figura presidencial, incluso candidatos a diputados y alcaldes aprovecharon su popularidad para empujar su campaña.

El informe de Acción Ciudadana de monitoreo de propaganda electoral indica que de agosto de 2023 a febrero de 2024 los partidos gastaron $10.7 millones en propaganda, el 94.8 % correspondió a Nuevas Ideas.

Napoleón Campos, politólogo y consultor internacional, señaló que las elecciones de 2024 pasarán a la historia como “un campanazo” por desarrollarse en condiciones totalmente disparejas.

“El país como un todo ha perdido. Estas elecciones han significado la puerta de entrada a esta deriva autoritaria, como la han llamado internacionalmente, que está sufriendo la región en varios países”, expresó. Campos vio las elecciones como una transición antidemocrática.

“Creo que en verdad no estaba en juego la democracia, porque ya había sido perdida fuera de las urnas. La democracia no estuvo en juego en las elecciones. La democracia ya se perdió en ese sentido profundo de la palabra”,

Napoleón Campos, politólogo y consultor internacional

David Morales, jefe de Justicia Transicional de Cristosal, enfatizó: “El país perdió una de sus más importantes conquistas democráticas que se pudo construir desde la firma de los Acuerdos de Paz: la posibilidad de elegir a los gobernantes en elecciones limpias y libres”.

Inscripción de Nayib Bukele y Félix Ulloa en el Tribunal Supremo Electoral. 26 de octubre 2023. Foto Nuevas Ideas
La presentación de la solicitud de inscripción de Nayib Bukele y Félix Ulloa en el Tribunal Supremo Electoral fue la noche del 26 de octubre 2023. Foto Nuevas Ideas

Y el abogado José Marinero señaló que El Salvador perdió “la última ventana de oportunidad de controlar, ralentizar, detener el retroceso democrático o el avance autoritario”.

En cuanto a qué se ganó, Marinero opinó que “una nueva oportunidad de organización, de buscar unidad, formas de organizarse" para resolver los problemas que le interesan a todos los salvadoreños.

"Yo creo que la unidad no está en cómo derrotamos a este gobierno, no, la unidad a la que debemos aspirar es a cómo salimos de este hoyo en el que nos hemos metido”,

José Marinero, abogado

Manipulación electoral

Fue el propio Nayib Bukele, el 1 de junio de 2023 en su discurso por su cuarto año de mandato, que anunció los cambios a las reglas electorales. “Vamos a reducir el número de alcaldías del país de 262 a 44”, indicó bajo el argumento de que habría una “distribución más equitativa de los impuestos” entre los municipios más pobres. El segundo anuncio fue la reducción de 84 a 60 diputados de la Asamblea Legislativa con la finalizad de eliminar a los diputados electos por residuo.

Modificar esas reglas fue posible gracias a que el 15 de marzo de 2023 Nuevas Ideas había derogado el artículo 291-A del Código Electoral, el cual prohibía hacer reformas a las normas electorales un año antes de las elecciones.

Pero meses antes, el 15 de septiembre de 2022, Bukele anunció su intención de buscar el segundo mandato por cinco años más. Para entonces ya contaba con el “aval” de una resolución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), afín al oficialismo, que obligó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) a inscribirlo como candidato presidencial.

“Empezó a manipular todo el sistema, previo a las elecciones, para garantizar una gran mayoría. El cambio de fórmula para contar los diputados cabe dentro de esta categoría. Entonces vemos cómo, poco a poco, ha habido un desmantelamiento sistemático de la institucionalidad democrática del país”,

Héctor Lindo, historiador

En la elección presidencial, Nuevas Ideas obtuvo más de 2.7 millones de votos, equivalentes al 43.48 % del padrón electoral. El cambio de la fórmula de asignación de los escaños le dio más ventaja, pues con el 70 % de los votos válidos Nuevas Ideas obtuvo el 90 % de los escaños, 54 de 60.

Y la agrupación de los anteriores 262 municipios en 44, con la Ley Especial para la Reestructuración Municipal, también produjo resultados a favor del oficialismo, que ahora gobierna territorios incluso donde no ganó.

Esta práctica, conocida como “Gerrymandering” en la ciencia política, consiste justamente en la manipulación de las circunscripciones electorales para obtener resultados específicos en los territorios.

Para Marinero, el desencanto de la población con las gestiones municipales de Nuevas Ideas anticipaba una pérdida de muchos territorios en las urnas. “Creo que el “gerrymandering” está relacionado con un intento por distanciar el costo político de la mala gestión, e incluso corrupción, de los gobiernos municipales de Nuevas Ideas, del capital político del oficialismo, presidencial y legislativo”, comentó.

Pérdida de representación

Además de esas reformas, la Ley para el Ejercicio del Sufragio desde el Extranjero habilitó la votación por Internet durante un mes y cargó los votos de los salvadoreños residentes en el exterior a la circunscripción de San Salvador.

“Son un conjunto de reformas que traen como consecuencia directa una pérdida de la representación y por tanto del pluralismo, y cuando se pierde el pluralismo estamos hablando de una afectación directa a un principio constitucional”,

Ruth López, abogada

Campos apuntó que la diáspora salvadoreña tuvo una menor participación de la esperada en las elecciones de este año. “Y no obstante que fue ínfimo el voto en el exterior, bajo todas sus modalidades, vimos escenas sobradas de coacción, incluso de inducción al voto por parte de los correligionarios, no sé si a sueldo, no sé si voluntarios, del partido del presidente y del presidente en el exterior”, afirmó.

Morales recordó que la historia de violencia del país “estuvo afincada” en los fraudes electorales y en la imposibilidad de las grandes mayorías de ejercer sus derechos políticos. Pero después de los Acuerdos de Paz se tuvieron elecciones limpias y un sistema con el que Bukele llegó a la presidencia y con el cual su partido obtuvo la mayoría calificada en 2021.

La legislatura 2024-2027 tiene una super mayoría de Nuevas Ideas, debido a la manipulación de las reglas electorales previo a los comicios de febrero 2024. FOTO EDH/Jessica Orellana

Por ello, no descartó que se modificó el sistema electoral para evitar el acceso a alcaldías y escaños de otros partidos políticos, sobre todo de oposición. “Y esto obviamente socavó la posibilidad de grupos poblacionales significativos de verse representados en el ejercicio del Legislativo. No fueron igualitarias por muchas razones y hemos perdido esta conquista democrática”, destacó.

Y Gabriela Santos señaló que hubo violación a la Constitución con la reelección. “Es importante tener en cuenta eso: Vamos a tener un presidente que se saltó las reglas del juego para continuar en el poder. Luego, respecto del gane en la Asamblea Legislativa, creo que en términos prácticos no cambia la situación, porque ya tenían las mayorías”, opinó.

Cierre de espacios ciudadanos

Uno de los efectos del retroceso democrático en el que cayó el país es la reducción de la participación ciudadana y que sus denuncias sean escuchadas, debido al acelerado cierre de espacios públicos, así como a la reserva de información, ejemplificó abogada.

“Hay una situación de miedo en el ejercicio de los derechos, pero también hay una restricción real al ejercicio de los derechos”, dijo López.

Para la consolidación de la democracia es necesario que exista la participación ciudadana y los diálogos con funcionarios representantes de las instituciones públicas que puedan solventar sus necesidades, acotó.

¿De qué dependen el éxito o fracaso en la próxima gestión?

“No me parece que podemos hablar de éxitos desde la destrucción democrática, desde las violaciones a los derechos humanos. Creo que el panorama que se abre para la sociedad es de desafíos, de lucha por sus derechos”, consideró Morales.

Marinero señaló que la nueva gestión tiene un vicio de origen al no respetar la Constitución, pero consideró que el éxito o fracaso dependerá de cómo se garantiza una vida digna para la ciudadanía.

“La clave va a estar en el tema económico, y no me refiero al crecimiento de la economía en abstracto, me refiero a que los salvadoreños tengan empleo, a que sus salarios, sus ingresos les alcancen para una vida digna, a que los salvadoreños tengan como pagarse la canasta básica, la educación, un techo, la salud”, enfatizó.

Pero al mismo tiempo la población deberá enfrentar otro desafío para los próximos años: el pago de la deuda pública acumulada en el gobierno de Bukele, la cual se elevó a más de $30,000 millones en su primera gestión presidencial.

Según datos oficiales, la proyección es que para 2029 El Salvador tendrá que destinar al menos el 5% del Producto Interno Bruto, es decir un estimado de $2,000 millones, solo en el pago de intereses de la deuda generada por el gobierno.

Este dinero lo deberá pagar toda la ciudadanía mediante los impuestos, lo que implicará menos inversión y obras públicas en el nuevo quinquenio presidencial.

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