Miguel Fortín Magaña, exdirector del Instituto de Medicina Legal (IML), considera que tras la llegada de militares a algunas sedes de esa dependencia, podría esconderse alguna intención malsana, opinión que ya han externado diversos analistas y defensores de derechos humanos.
El envío de militares a Medicina Legal ocurrió dias después de que empleados de esa entidad mostraran su descontento y advirtieran con un posible paro de labores, debido a cambios en horarios de trabajo que, según ellos, les querían imponer de manera inconsulta.
Fortín Magaña, sin embargo, afirma que entiende la actitud del director actual del IML, al llamar a integrantes del Batallón de Sanidad Militar, a raíz de una huelga que hubo por parte de los auxiliares de autopsias, que son los responsables de recoger los cadáveres, trasladarlos a las morgues y ayudar en a los médicos forenses en la realización de las autopsias.
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“Como una medida de urgencia, yo entendía que eso se hiciera. Lo que no entiendo es por qué si la huelga desapareció, los camilleros de la Fuerza Armada continúan en Medicina Legal. Porque si los camilleros siguen estando allí, esto implica una probable militarización de Medicina Legal para luego despedir a personas adscritas a un sindicato y se prestaría (no digo que vaya a pasar) a la manipulación de cifras, sobre todo considerando que según el Gobierno no hay muertos violentos, pero tenés un montón de equipo. Entonces, si no hay muertes violentas, ¿para qué les urge tener tantos camilleros?”, cuestionó Fortín, quien ha sido crítico de las políticas del presidente Nayib Bukele.
De acuerdo con fuentes militares, que pidieron el anonimato, desde el pasado 3 de julio un grupo de militares del Batallón de Sanidad Militar han sido desplegados en tres sedes de Medicina Legal. Entre ese grupo no hay médicos sino camilleros de combate que tienen conocimientos básicos de primeros auxilios.
De acuerdo con un reporte de La Prensa Gráfica, que cita como fuente al presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Óscar Alberto López Jerez, son 27 los militares que están realizando funciones de auxiliares de autopsias, a petición del director del IML, Pedro Hernández Martínez Vásquez.
“No es función de la Fuerza Armada”
Además: “Lo que se quiere es manipular los dictámenes forenses”
De acuerdo con Fortín Magaña, las funciones de los auxiliares de autopsia son levantar los cadáveres para trasladarlos a la sede de Medicina Legal y, durante la autopsia, ayudar a pesar órganos y anotar lo que el patólogo va haciendo; el exfuncionario dijo que para eso no se necesita gran ciencia, pues es el patólogo, el forense, quien está a cargo de la autopsia.
“Una vez que la huelga terminó, uno se pregunta por qué tienen que seguir los camilleros de combate; uno se lo pregunta vehementemente y uno se termina contestando que a lo mejor ahí hay gato encerrado. Si el gobierno se la pasa diciendo que no ha habido muertos en no sé cuantos días y entonces ¿cuál es la angustia?, ¿por qué necesitan a los camilleros de combate?”, se preguntó Fortín Magaña.
La suspicacia sobre el hecho de llevar militares como auxiliares de autopsias a Medicina Legal no es solo del exdirector de esa institución.
Henri Fino, director ejecutivo de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad) ha dicho que ayudar o colaborar con instituciones como Medicina Legal no es parte de la función constitucional asignado a la Fuerza Armada.
Benjamín Cuéllar, de la Fundación Vidas y exdirector del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (Idhuca), afirmó que “lo que se quiere es asegurar la permanencia de la Fuerza Armada, no sólo en el ámbito forense, de Medicina Legal; lo que se quiere es manipular los dictámenes forenses, que ni siquiera en la época de la guerra fueron manipulados”.
Por su parte, la abogada Zaira Navas, de Cristosal, advirtió que ser enfermero militar no significa tener los conocimientos y las competencias necesarias para hacer el trabajo especializado que realiza el personal de Medicina Legal. Según la letrada, en la adopción de esa medida se ve un componenente de militarización del IML.