El historiador salvadoreño Héctor Lindo refutó y cuestionó al gobierno salvadoreño por hablar de una “verdadera independencia” cuando se siguen viviendo abusos como en regímenes del pasado, incluyendo al férreo dictador Maximiliano Hernández Martínez.
“El presidente dijo ayer que El Salvador ‘va a celebrar su verdadera independencia’. No sé qué quiere decir, pero sí estoy de acuerdo en que debemos siempre prensar en independizarnos de los errores del pasado que repetimos con demasiada frecuencia”, dijo el intelectual en un video en su cuenta de Twitter.
El intelectual salvadoreño señala los “errores” que se cometen en la actual administración, como lo hicieron gobiernos autoritarios como el del tristemente célebre general Maximiliano Hernández Martínez, cuya dictadura duró 13 años hasta que fue derrocado por una huelga de brazos caídos en 1944.
A continuación enumeró diez ejemplos de “errores históricos que deberíamos dejar atrás”.
Primero cita “las suspensiones de garantías constitucionales, con estados de sitio y estados de excepción, como las hicieron los presidentes Alfonso Quiñónez Molina, Maximiliano Hernández Martínez y los regímenes militares anteriores” a la guerra de los años 80, según explica.
El régimen de Bukele acaba de decretar un estado de excepción que restringe derechos ciudadanos por sexta ocasión desde marzo. Más de 52,000 personas han sido llevadas a la cárcel acusándolas de ser pandilleras o ligadas a las maras y 74 de ellas han muerto en las cárceles en extrañas circunstancias.
En segundo lugar, Héctor Lindo cita la creación de periódicos para echar cortinas de humo sobre la realidad nacional y hacer propaganda al gobierno como hicieron los exgobernantes Jorge Meléndez, Maximiliano Hernández Martínez y Oscar Osorio.
Bukele ha creado varios órganos de propaganda, entre ellos la televisión estatal y el diario El Salvador, mientras ataca, intimida e intenta socavar a los medios independientes.
En tercer lugar menciona “la manipulación de la Asamblea Legislativa con diputados serviles que automáticamente siguen la línea del Poder Ejecutivo”.
Lo anterior recuerda la sumisión mantenida a los militares y el grupo en el poder por los partidos oficiales desde el dictador general Maximiliano Hernández Martínez con el partido Pro Patria, pasando por otros como el PRUD y el Partido de Conciliación Nacional (PCN).
Como cuarto punto cita el uso del sistema legal para intimidar a los opositores.
Al momento, el bukelismo cuenta con la incondicional ayuda del Poder Judicial después de propinar un golpe técnico contra la Sala de lo Constitucional e imponer abogados afines en el máximo tribunal, el 1 de mayo de 2021. Meses después, relevó obligatoriamente por decreto a la tercera parte de los jueces y magistrados salvadoreños, lo cual le ha permitido manejar el régimen de excepción sin limitaciones legales.
Esta fue la constante durante los regímenes militares que gobernaron al país desde Martínez.
El historiador expone como quinto punto los ataques a la prensa independiente.
El régimen bukeliano ha sido acusado de amenazar a los medios periodísticos independientes y cerrar las instituciones que garantizan la transparencia y la rendición de cuentas del gobierno. Al menos 10 periodistas han tenido que salir del país tras recibir amenazas e intimidaciones desde el oficialismo y sectores afines.
En su momento, el dictador Martínez impuso controles, censuras y cárcel sobre los periodistas y medios independientes en los años 30 y 40.
Héctor Lindo como sexto punto la manipulación de los deportes para fines políticos.
El bukelismo ha tratado más recientemente de intervenir el fútbol federado, lo cual enfrentó el rechazo de la misma FIFA que lo hizo retroceder en sus intenciones.
Como séptimo “error” expone el ejercicio de políticas para contener a las pandillas con la retórica de mano dura sin tener proyectos sostenibles para atacar la raíz del problema.
Eso fue lo mismo que hicieron sin éxito los gobiernos de Francisco Flores y Antonio Saca, porque sólo se dedicaron a capturar y posteriormente liberar a los pandilleros pero no a buscar soluciones como rehabilitación y generación de empleo. El régimen de Funes fue acusado de más bien justificar las extorsiones que hacían los pandilleros.
Como octavo menciona la violación de la Constitución para buscar la reelección presidencial.
A través de un proyecto de reforma constitucional y de un fallo de la Sala de lo Constitucional impuesta se ha tratado de dar vía libre a la reelección inmediata de Bukele, pese a que la Constitución vigente prohíbe la reelección consecutiva en seis artículos y hasta sanciona a quienes la promuevan.
El noveno error es “dar un papel prominente al Ejército en labores que competen a la Policía”.
Esto es lo que hicieron los militares sobre todo desde Martínez, lo cual degeneró la seguridad pública y la involucró en la represión y la corrupción durante décadas.
Para el historiador, el décimo “error” es pretender que cada cambio político es el comienzo de una nueva era”, lo hicieron Manuel Enrique Araujo, Maximiliano Hernández Martínez, Oscar Osorio o los protagonistas del golpe de Estado de 1979.
“Propongo que dediquemos este 15 de septiembre a meditar sobre los errores del pasado, que debemos abandonar para construir un mejor El Salvador”, instó Héctor Lindo.