En su reporte reciente “Ocho claves para comprender el contexto político y los resultados probables”, la Seattle International Foundation sostiene que el país se dirige hacia una estado monopartidista de facto.
Esta instancia considera que esto será así ya que el gobierno actual y la Asamblea Legislativa han cambiado las reglas electorales (que favorecen a Nuevas Ideas en la búsqueda de un control total), a partir de una narrativa que se ha impuesto en la ciudadanía.
“Bukele y su partido gobernante, Nuevas Ideas, han agrupado a sus adversarios políticos -derecha, izquierda y centro- en un único bloque que él ha descrito como la clase dirigente corrupta del pasado. Esta estrategia le ha permitido crear un adversario unificado en las mentes de los salvadoreños, allanando el camino para una narrativa pública que atrae a amplios segmentos de la población que están cansados de los partidos tradicionales”, dice el estudio.
Con esta estrategia - prosigue la Seattle Foundation - Bukele logró marginar a sus oponentes políticos y así “avanzar - legal, política y retóricamente - hacia un Estado de partido único similar a los que Ortega ha hecho en Nicaragua”.
El cambio de reglas
En el estudio, esta fundación subraya que desde la Asamblea se ha sesgado el campo de juego electoral para favorecer a Bukele y al partido en el poder.
El año pasado, el órgano legislativo redujo de 84 a 60 el número de diputados, mientras que los municipios pasaron de 262 a 44.
“Del mismo modo, las zonas en las que Nuevas Ideas es menos popular que Bukele, y en las que otros partidos han construido una organización política local a lo largo del tiempo, han sido absorbidas por jurisdicciones más amplias que favorecen al Presidente y a Nuevas Ideas, dando lugar de hecho a una forma de gerrymandering (manipulación de distritos electorales para beneficio propio) salvadoreño”, prosigue el estudio.
Con todo este panorama y según las diferentes encuestas de universidades como la UCA y la UFG conocidas en las últimas semanas, Nuevas Ideas obtendría casi la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa y el control de los 44 municipios hoy en disputa.
Otras acciones
En su análisis, la fundación internacional destaca como en la nación centroamericana se han debilitado los mecanismos de transparencia y supervisión, lo que favorece la corrupción.
Al respecto, cita una carta - firmada por varias organizaciones, entre estas la Seattle Foundation - enviada a la Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, en la que exponían lo siguiente: “El gobierno salvadoreño no es transparente en otras áreas relacionadas con el uso de los fondos públicos… La información sobre presupuestos y adquisiciones públicas se oculta sistemáticamente al escrutinio público, especialmente en lo relativo a los gastos de seguridad. La Asamblea Legislativa aprobó decretos que permiten al gobierno manejar fondos públicos sin apegarse a la Ley de Adquisiciones y Contratación de la Administración Pública. El Instituto de Acceso a la Información ha clasificado la mayor parte de la información pública como confidencial”.
Recientemente, el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional reveló que El Salvador ha tenido “retrocesos importantes” en la lucha contra la corrupción.
De los 180 países evaluados con el CPI, El Salvador bajó de la posición 116 a la 126, la más baja en los últimos 10 años.
“Este aumento en la percepción de la corrupción va de la mano de la cooptación del Poder Judicial, la Fiscalía General de la República y el Poder Legislativo por parte del Ejecutivo”, dice el informe sobre este país, divulgado el 30 de enero.
En este punto, la fundación internacional coincide en que la concentración del poder ha permitido todos estos escenarios sociopolíticos, que afectan a este país que se encamina a unas elecciones presidenciales, legislativas y municipales.