De acuerdo con la fuente, las noticias positivas y rimbombantes abundan en la cuenta de Twitter del presidente de El Salvador, pero esto “se convierte en un problema cuando un escaso o nulo acceso a la información pública impide que los ciudadanos puedan dimensionar la realidad en la que viven, con estadísticas o datos verificados”.
"Bukele no se limita a tuitear, sus ataques a la prensa también son frontales. Los periódicos críticos son abiertamente insultados, sus colaboradores reciben amenazas de muerte. Cabe mencionar también los casos de espionaje por Pegasus", ilustra Colombié.
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En enero Amnistía Internacional dio a conocer un informe que lista "35 casos de periodistas y miembros de la sociedad civil" que fueron presuntamente espiados con el programa Pegasus en El Salvador.
El bukelismo ha desmantelado o neutralizado las instituciones fiscalizadoras o que pueden garantizar la entrega de información de sus actos, sobre todo gastos y disposición de fondos, a la población.
France24 señala que El Salvador se está convirtiendo en “un vértice importante de este deplorable panorama de la libertad de prensa en la región”, prueba de lo cual es un informe elaborado por el Observatorio Universitario de Derechos Humanos que denuncia que los medios de comunicación locales fueron blanco de decenas de ataques, intimidación, casos de espionaje y desacreditación a lo largo del 2021.
Y son situaciones que han ido en aumento, pasando de 77 casos de agresiones a periodistas en 2019, a 219 en el 2021. Se trata de un repunte de 184%.
France24 analiza panoramas similares en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Cuba.
“La región nunca se ha vanagloriado de ser un modelo en materia de libertad de prensa por una sencilla razón: "Cuando la estructura del Estado está corrupta, los periodistas incomodan", sentencia Colombié en sus declaraciones a France24.