Nayib Bukele, presidente de la República, asistirá este 1 de junio a la Asamblea Legislativa a rendir su informe de tres años de gestión.
Así lo anunció el presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, al final de la sesión plenaria del miércoles 25 de junio.
Según la convocatoria oficial de la Asamblea Legislativa, a las 8 de la noche del 1 de junio se realizará la sesión solemne para recibir el “informe de labores del tercer año de gobierno del presidente de la República, Nayib Armando Bukele Ortez”.
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En la convocatoria circulada por el Legislativo no se contempla una sesión plenaria ordinaria para esta semana, solo comisiones de trabajo y la sesión de presentación del informe del mandatario.
Bukele vuelve al Congreso
Esta sería la segunda vez que Nayib Bukele va a la Asamblea Legislativa a dar cuenta de sus labores. El 1 de mayo de 2021, cuando cumplía dos años en el cargo, el mandatario asistió a dar un airado discurso a los diputados. En ese momento, controlaba ya a dos tercios de los legisladores.
De hecho, la Asamblea Legislativa hizo un significativo esfuerzo para recibir al presidente con lujos y pompa. Pintura blanca, estandartes azules, instalación de nuevas cámaras al interior del Salón Azul, una moderna tarima en las gradas conexas al parqueo de diputados y una nueva alfombra de color rojo brillante fueron solo algunos de los detalles que los empleados de la Asamblea se realizaron los días previos a la rendición de cuentas de Bukele en 2021.
En ese momento, el presidente recalcó que su gobierno se preparaba a un quinto paso y que eso requería vencer al aparato ideológico en su contra. Eso recibió duras críticas de defensores de derechos humanos que vieron en las palabras del presidente una apología a silenciar a sus críticos.
Un año antes, Nayib Bukele no se presentó a la Asamblea Legislativa, entonces controlada por la oposición. A pesar de que el entonces presidente del Congreso, Mario Ponce, le solicitó que asistiera a rendir su informe, el presidente aludió a la pandemia para justificar su ausencia.
“Permito solicitarle a ese Órgano de Estado que usted preside tenga a bien reprogramar esta importante ceremonia, hasta finalizar el periodo de cuarentena implementada en nuestro país, todo esto en concordancia a las medidas extraordinarias que como Gobierno estamos realizando para proteger la salud del pueblo salvadoreño, con el fin de contener el crecimiento y la expansión del COVID-19”, justificó Bukele en un nota enviada el martes 27 de mayo a Ponce, presidente de la Asamblea Legislativa.
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Temas a reportar
El 1 de junio, se prevé que Nayib Bukele celebre avances en materia de seguridad. Al momento de dar su reporte a los legisladores, el país llevará 66 días en régimen de excepción. Esto a raíz de un alza de la violencia a finales de marzo.
Seguramente el presidente resaltará las numerosas capturas y un presunto desbaratamiento de estructuras criminales. Es menos probable que el mandatario aborde las numerosas denuncias de violaciones de derechos humanos o si lo hace, quizá será para desvirtuar los señalamientos o acusar a sus críticos.
Es posible que el mandatario hable de sus medidas económicas, como la congelación de los precios de los combustibles, lo cual ha llevado alivio al bolsillo de muchos salvadoreños. Además, puede resaltar que algunos productos de la canasta básica están libres de aranceles mientras dure el alza significativa de precios. También se espera que hable de su apuesta por el Bitcoin y la disfrace de una medida para otorgar libertad monetaria a El Salvador.
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Es menos previsible que se refiera a la apretada situación de las finanzas públicas, al impacto fiscal de algunas medidas o a los resultados adversos que le ha dado su abrupta adopción del Bitcoin como moneda de curso legal.
Otro tema que difícilmente surgirá en la discusión será el deterioro de la institucionalidad o los esfuerzos para silenciar a críticos, opositores o a periodistas independientes. Aunque estas palabras no se cuelen en su discurso, lo cierto es que en El Salvador hay un progresivo cierre del espacio cívico. Es decir, cada vez es más alto el costo de ejercer el periodismo, de disentir o de organizarse para exigir la rendición de cuentas.