El domingo anterior fue sepultado en Atiquizaya, José Luis Moreno Terán, un joven de 18 años quien fue trasladado del penal de Izalco hacia el hospital nacional Jorge Mazzini, donde murió, según comentaron familiares a El Diario de Hoy.
Moreno Terán había sido arrestado el 2 de abril bajo el régimen de excepción; la Policía Nacional Civil (PNC) lo expuso en su cuenta de Twitter como un terrorista y extorsionista que operaba en Ahuachapán.
“Capturamos en flagrancia a Luis Moreno Terán, alias El Chino, terrorista y extorsionista que amenazaba a comerciantes y habitantes de Ahuachapán. Este sujeto enfrentará más de 30 años de cárcel por agrupaciones ilícitas y extorsión agravada”, publicó la PNC en su cuenta de Twitter, a las 7:09 a.m. del pasado 2 de abril, en el cual presentaba al joven esposado.
Sin embargo, familiares de José Luis niegan rotundamente que éste haya pertenecido a grupos de pandillas, como lo dijo la policía. Aclaran que fue capturado en la colonia San Antonio, cuando se dirigía a acarrear agua desde la casa de una vecina para luego salir a su trabajo.
“Quieren hacernos creer que murió de neumonía; Medicina Legal se encargó de cubrir rasgos específicos de golpes y marcas que tenía en su cuerpo, dando credibilidad a otra más de muchas acusaciones hacia la Policía Nacional de El Salvador, quienes son los actores principales de violencia hacia muchos reos dirigiendo así a uno o más de ellos hacia la muerte como lo hicieron con mi hermanito”, publicó en su cuenta de Facebook, horas después del sepelio, uno de los hermanos de la víctima.
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Según el documento que el Instituto de Medicina Legal entregó a los familiares, José Luis murió de “edema pulmonar”, que es la acumulación de líquido en los pulmones. Sin embargo, el cadáver del joven tenía señales de golpizas, incluyendo un hueso fracturado en la espalda, según afirman los parientes, quienes mostraron las imágenes que le hicieron al cuerpo.
Una funeraria les avisó
“Era un joven de 18 años, lleno de vida, trabajador, que tenía un futuro lleno de muchas metas por cumplir y que no me cabía duda que cumpliría cada uno de los retos que la vida le presentara. Pero la policía con sus falsas acusaciones, respaldados por un régimen y el afán de demostrar resultados a la sociedad de bien, lo mandaron a la muerte”, afirmó otro familiar.
“Fue tomado de su casa y la policía criminal lo acusó que lo encontró en el hecho. Fue acusado sin evidencias, sin tener certeza sobre los hechos y llevado a la cárcel por puras suposiciones. Y siguen muriendo muchas personas que quizá no tengan culpa”, detalló un familiar de José Luis.
El cadáver de José Luis fue reconocido legalmente cerca de las 11:00 p.m. del 3 de junio anterior. En el documento de Medicina Legal no se indica nada sobre los golpes y otras lesiones que tenía el cadáver.
A la familia no le avisaron del hospital Jorge Mazzini ni del centro penal de Izalco, sino que recibieron el aviso por parte de empleados de una funeraria, lo cual se ha vuelto costumbre, de acuerdo con los testimonios de familiares de otros reclusos que han muerto en similares condiciones que José Luis.
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La muerte de José Luis se suma a más de una docena de reos del penal de Izalco que se habían registrado desde el 4 de abril al 30 de mayo anterior; personas que en su mayoría fueron detenidas bajo el régimen de excepción y señalados injustamente de ser miembros de pandillas.
El gobierno de Nayib Bukele ha sido cuestionado por organismos internacionales que velan por los derechos humanos, quienes han documentado algunos casos en que los reos que murieron, tenían signos evidentes de golpizas que recibieron estando dentro de los centros de detención.