Rocío Vásquez, de 21 años, ha roto estereotipos en el departamento de Morazán al ser la primera mujer en conducir un bus colectivo en esa zona.
Sus principios cristianos y la crianza que le han dado sus padres han convertido a Rocío en una joven ejemplo para muchas personas, pues valora su trabajo y lo considera una bendición de Dios salir todos los días con gusto y buena actitud a dar un servicio a las personas de la zona.
Pero como todo en la vida es un sacrificio y un esfuerzo, el caso de Rocío no es una excepción; ella relató su historia de cómo ha sido el proceso para llegar a ser la conductora de una de las unidades de la ruta 328 que hace su recorrido desde el municipio de San Francisco Gotera hasta Sociedad y viceversa.
“Aprendí a los 13 años a manejar carro pequeño por mis hermanos y mi padre; hace dos años fue que aprendí a manejar autobús y a los 18 años empecé trabajando en la ruta 739 que recorre de San Simón a Ciudad Barrios, de ahí me vine para la ruta de Gotera a Sociedad desde hace un mes”, contó la joven.
Aseguró que ella fue quien le pidió una oportunidad a su padre de acceder a la ruta para trabajar ante la falta de motorista y la confianza que él depositó en ella fue fundamental para que pudiese dejar de lado el miedo que en un principio tuvo y tomar el timón.
Su gusto por el trabajo que desempeña hace que su rutina sea más llevadera, pues se despierta a las 4:00 de la mañana, porque a las 5:00 am debe estar lista para salir de su casa en San Simón y movilizarse hasta el punto de buses de la cabecera departamental para revisar el automotor y partir a las 6:20 am con su primer viaje.
“Por eso madrugo para venir a revisar el bus antes de iniciar, veo los niveles de aceite del motor, del radiador, la solución de frenos, aire en las llantas; he aprendido también a cambiar llantas, remachar fricciones, desempastarlas y ponerlas al bus, regular frenos, un poquito de todo, viendo mis hermanos con mi padre que también se dedican al rubro de transporte”, detalló Rocío.
En el día dice que son 4 viajes que realiza ida y retorno. En ocasiones a ella le toca hacer la función de cobrar el pasaje, pero su padre le apoya algunas veces para cargar las maletas de los pasajeros. Cada recorrido es de una hora.
Para la joven, mientras el trabajo sea honrado es digno y aseguró que las personas que abordan la unidad han sido muy respetuosas con ella.
El padre de Rocío, Ever Vásquez, expresó que tener hijos es un privilegio y una bendición de Dios y aprovechó para expresarle a su hija lo honrado que se siente al tenerla y relató que desde pequeña ha sido muy obediente y ha seguido la instrucción familiar.
“Hija te quiero decir me siento dichoso que seas mi hija, eres una excelente hija, tal vez no soy el padre que deberías de tener, pero yo sí tengo la hija que quería tener y eso para mí es una bendición grande”, expresó el padre de la joven.
Ever agregó que desde pequeña se interesó en ver cuando él trataba de arreglar su vehículo y ella le ayudaba a lavar repuestos, así fue como el orgulloso padre logró identificar que su hija tenía un potencial que con los años logró desarrollar en el rubro de transporte.
De igual forma, los usuarios destacaron el espíritu de servicio, paciencia y amabilidad que la joven posee. Ellos aseguran que son pocos los motoristas de buses con esas características y que siendo tan joven ha desarrollado habilidades en la conducción de un vehículo pesado, lo cual les ha generado una sorpresa y admiración.
“Es primera vez que veo a una muchacha manejar un bus, nos admiramos nosotros de las habilidades que ella tiene para manejar, es bien profesional en lo que hace, es amable y eso hace que como pasajeros sintamos un viaje en confianza, hasta le agarra la mano a uno de viejito para bajarlo en las paradas que hace el bus”, contó don Calixto Benítez, usuario de la ruta en la que Rocío toma el volante cada mañana con un gusto por servir a su comunidad.