Nelson Ramírez, un proveedor de 27 años de edad, ingresó al programa de proveedores de uniformes tras graduarse de ingeniería y ante la dificultad de encontrar un empleo.
Nelson Ramírez es uno de los pocos jóvenes a nivel nacional que había tomado a bien emprender en el rubro de la confección, tras graduarse de su carrera en Ingeniería Industrial y ante la falta de empleo inició su pequeño emprendimiento en la sala de la casa familiar.
Con experiencia en la costura, Nelson decidió buscar información para integrarse en el programa de proveedores, aunque se trata de un trabajo eventual, "lo veía como una buena oportunidad".
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"A veces es buena alternativa emprender por su propia cuenta, entonces tomé a bien comenzar mi propio negocio y qué mejor que comenzar con la costura, yo ya estaba relacionado con el tema desde niño, en mi casa se hacía ropa a la medida", señala el proveedor de uniformes escolares.
Con esfuerzo adquirió su equipo para iniciar a trabajar, pero después de la primera revisión al taller las autoridades le informaron que tenía muy pocas máquinas y no contaba con personal fijo.
Ubicado en el centro de Nahuizalco, el taller empezó a dar trabajo a jóvenes, pero esto representaba un desafío para Nelson debido a que no todos los interesados sabían usar las máquinas e incluso se dio a la tarea de enseñarles a varios de ellos. "Me habían dicho que habían algunas dificultades como las de los pagos y que debía hacer una buena inversión, pero lo conseguí", la idea de Nelson era usar los contratos con MINED como una "palanca" que ayudará a despegar el taller.
"No contaba con todo lo que iba a suceder, nos parecía algo raro que nos retrasarán tanto los pagos este año. Nos costó cada paso porque reunir a las personas nos ayudarán costó y ahora que hemos parado corre el riesgo que no vuelva a tener este grupo", señaló Nelson. Este año él había hecho una importante inversión de sus fondos para adquirir máquinas con la idea de generar otros productos en los meses que no se sacan uniformes. "Quiérase o no era un programa que ayudaba a muchas personas, no había edad para los beneficiados con este programa, estamos luchando para poder trabajar", agregó. Para el emprendedor no es fácil dejar a un lado sus sueños, debido a que inició en el mundo de la costura desde los 15 años cuando pudo acceder a un curso de formación profesional.
"Yo siempre había dicho que media vez nos estabilizamos íbamos a trabajar otros proyectos, porque no es fácil trabajar con el Gobierno, sí servía para mantenernos", señala.
Las últimas personas a las que Nelson empleó eran mujeres mayores que previamente viajaban hasta San Salvador para trabajar en maquilas, pero quedaron fuera en un recorte de personal.
"Ahorita el taller está detenido, lo que he hecho es comprar algunas cosas de bazar y aquí las tengo de venta, también estoy tratando de vender en línea, pero eso es muy aparte", señala Nelson.
El equipo que colaboraba con Nelson "aún está esperando el segundo uniforme de 2024, media vez no haya un comunicado oficial seguimos esperanzados a firmar el contrato este mes y entregarlo antes de noviembre, pensamos que los uniformes aún les pueden servir a los niños".
Al confirmarse que los proveedores en la planilla del MINED no volverán a ser contratados Nelson ha considerado cerrar las puertas del taller.
"He pensado en dejar de trabajar con la confección y dedicarme a buscar otro negocio, pero también tengo que hablar con la gente que me estaba ayudando, es de plantearse de nuevo a ver que ruta se toma", señaló.
Solventar los pagos al banco no ha sido tarea fácil debido a que el proveedor ha llegado a cancelar hasta $2,000 de intereses al banco debido a que el desembolso de su pago fue realizado con un año y medio de retraso por parte de la Departamental.
Otro de los problemas experimentados es el pago del IVA debido a que si los pagos se retrasan los ingresos anuales se ven acumulados por lo que el impuesto a pagar en la renta se vuelve elevado.
"El Estado aparte del IVA me quita el 10% de retención, porque nosotros trabajamos como personas naturales, es como por pago de honorarios, no vemos el monto total del contrato", señala Nelson, pero cuando los ingresos se acumulan un año en lugar de recibir un reingreso de la retención él debe pagar al Estado.
"Al final esto ha sido como un balde de agua fría porque ya nos habían pedido la solvencia, no esperábamos que de la noche a la mañana la noticia que los uniformes los iban a hacer los presos", agregó.
Nelson actualmente tiene un préstamo activo de $15,000 y sostiene que ya ha empezado a dejar solicitudes de trabajo en empresas locales.