El Salvador ha caído en “la mediocridad educativa”, en el marco de las limitantes de enseñanza aprendizaje en el contexto de la pandemia del covid- 19, así como otras debilidades que arrastraba el sistema educativo nacional, opinó el presidente de la Asociación de Colegios Privados (ACPES), Javier Hernández Amaya.
Según indica el representante de la ACPES, “el privilegio de estudiar, de educarse en el país, pasa por garantizar que tenga sentido estudiar, que al egresar de un nivel pueda tener oportunidades en las cuales pueda desenvolverse en el nivel que sigue, y que también pueda desempeñarse en alguna área laboral para el caso de Educación Media”, indicó.
Sin embargo, eso no ha ocurrido en muchos casos. Hernández Amaya, quien participó en la entrevista Frente a Frente el jueves pasado, dijo que en el caso del sector de colegios se ha hecho esfuerzos por responder a un perfil
de estudiante que al egresar de un nivel sea competitivo, lo cual ha implicado que las instituciones privadas calendario norte y nacional refuercen proyectos y programas de trabajo, pero en general, ya hablando de todo el sistema educativo nacional, es evidente que hay un impacto por el tema pandemia.
Lee también: “Camino a ser eliminada la norma que avaló promoción masiva de los estudiantes”
Al entrar en detalle sobre la situación educativa actual de país, Hernández Amaya sostiene que esa baja calidad que hay en los estudiantes “son las huellas negativas que ha dejado la pandemia, son huellas sumamente profundas”, derivadas del hecho de que por necesidad se tuvo que trabajar con el modelo semipresencial.
“No es el que nos conformaba para nosotros decir está bien (el modelo), pero no había otra opción; tocaba entonces enfrentarse a las limitantes de la no presencialidad que es lo que más daño le causó al sistema educativo a nivel mundial y en El Salvador no es la excepción”, subrayó.
Sostiene que además del modelo no presencial de estudios también afectaron limitaciones que existen en varios rubros: en términos de acceso al dispositivo electrónico, a la conectividad, el ambiente educativo que pudiese montar en el hogar del estudiante y del maestro, con lo cual se disminuyó la calidad del aprendizaje.
Insistió en que se limitó el alcance de las competencias, se impidió atender ciertos contenidos porque los tiempos virtuales no son como los tiempos presenciales “y eso nos llevó a tener un desenvolvimiento, un rendimiento académico que ni siquiera alcanza el 50 % del nivel que se pueda egresar en el 2020 y 2021”.
Tambié: ¿Por qué la Acpes advierte sobre "mediocridad educativa" en El Salvador?
De acuerdo con las palabras del representante de la ACPES, la historia educativa en el 2022 ha sido distinta pero tampoco muy alentadora, porque si bien aumentó la presencia de alumnos en el aula tampoco se puede decir que han
logrado trabajar para cumplir con el 100 % del año de estudios y que se ha ajustado lo que no se sirvió
en 2020 y 2021.
“Es el sueño de todo maestro, de todo docente (que todos los alumnos estén a nivel), pero no se ha logrado, porque las condiciones todavía en 2022, por lo menos en el primer trimestre, fueron similares al 2021 y eso nos ha llevado a
tener una mediocridad educativa”, aseveró.
El dirigente gremial asegura que ese es un término sincero sobre lo que está pasando con la educación y no se puede negar que lo siente así el padre de familia, el docente y el mismo Estado salvadoreño.