El obispo Santos Neftalí Ruiz Martínez, de la denominada Iglesia Católica Antigua, también llamada iglesia veterocatólica, es un reconocido líder comunitario de Cabañas, defensor de derechos humanos y activista contra la minería. En las últimas semanas se ha convertido en uno de los rostros más visibles de la lucha contra la extracción metálica.
¿Quién es Neftalí Ruiz?
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Neftalí Ruiz es hijo de un campesino de allá de Guacotecti (distrito vecino de San Isidro, Cabañas Este); estamos a escasos dos kilómetros de donde va a ser el proyecto minero San Francisco El Dorado. Es un joven que ha venido luchando desde el 2004 contra estos proyectos, defendiendo no solamente la tierra sino todo el medio ambiente; y ahora como obispo nos mantenemos siempre siguiendo esta lucha. Es alguien que cree que hay un Dios, que cree que esta lucha es del pueblo y por eso acompañamos; somos del pueblo y por eso caminamos con el pueblo.
¿Por qué se ha involucrado en la lucha contra la minería metálica?
Estoy en esta lucha porque como sacerdote, como obispo, es mi deber hacerla; porque la Iglesia lo que está haciendo es seguir el llamado, primero de lo que nos dice la Biblia, siguiendo los Mandamientos de la Ley de Dios, y uno de ellos es no matar. También recordemos la encíclica del Papa Francisco, que nos dice que cuidemos la casa de todos; donde nos llama a que cuidemos nuestros recursos, como el agua, el medio ambiente. Por eso estamos acá, porque creemos que ser sacerdotes, ser pastores de una determinada iglesia, nos invita a que tomemos parte también de esta lucha, porque nosotros somos parte del pueblo y tenemos que estar con el pueblo.
¿Cómo ve la actitud de la población en esa lucha?
La población ahorita está prácticamente despertando nuevamente ante este tema de la minería metálica, especialmente en el municipio de San isidro que es donde la empresa Pacific Rim, años atrás estaba haciendo exploraciones y en la etapa de exploración secó unos nacimientos de agua; además de eso, con la exploración el agua llegó a un lugar donde tomó agua un ganado y murió. Fueron varias cabezas de ganado; el dueño de ese ganado presentó la denuncia y lo que le dijeron es que demostrara que había sido por eso (la exploración minera), pero como en ese momento en El Salvador no había un laboratorio que dijera que fue causa de eso (de beber agua envenenada), eso se quedó así, el ganadero y su ganado. Pero ahora la gente está despertando y está saliendo a defender la vida, a defender este territorio.

¿Cree que hay temor en algunas parroquias… en la ciudadanía?
Prácticamente aquí tanto la población como muchos sacerdotes o, muchos pastores, también, no dicen nada, están callados ante este tema y están callados por temor, por el miedo a la persecución, por miedo al señalamiento. Hay temor de que pueden ser juzgados, tomando en cuenta que estamos con un régimen de excepción donde se lo pueden aplicar a cualquiera. Ahora como hemos visto tanta gente inocente que está encarcelada por este régimen de excepción que les ha inventado por x motivo algún delito y así también se lo pueden inventar a cualquiera de nosotros.
¿Tiene miedo usted, como obispo?
Como personas, a todos nos da miedo, porque primero se nos puede acusar; segundo, ya vemos el ejemplo de los compañeros que fueron asesinados por oponerse (se refiere a los ambientalistas asesinados en 2009), usaron cualquier método para poder asesinarlos, el sicariato… no sabemos qué se nos puede aplicar a nosotros para callar nuestra voz. Ya cuando hicimos el plantón en la Binaes (Biblioteca Nacional, en el Centro Histórico) y estuvimos allí se nos empezó a calumniar, a difamar por medio de las redes sociales. Sabemos que ellos son capaces de cualquier cosa porque no nos estamos oponiendo a una pequeña empresa, sino que es un monstruo; y ahora que el gobierno es quien va a tomar también parte de eso, creemos que la lucha va a ser más fuerte, el peligro puede ser más grave.
¿Qué le diría a las personas que ya han vendido sus propiedades a empresas con vínculos con sociedades mineras?
Simplemente decirles que se unan a este pueblo y que digan realmente cuáles fueron las causas o motivos por el cual se les llegó para que ellos vendieran sus tierras. Sabemos que lo han hecho de una forma, tal vez no pensando en lo que va a suceder, sino más bien creo que saben y conocen que así como está nuestro país ahora: creo que tal vez ellos pensaron que si no vendían les iban a expropiar sus tierras.
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¿Qué certeza tiene la población de que el obispo Neftalí Ruiz no los abandonará en esta lucha, como lo hicieron otros líderes religiosos en otros casos?
Yo pudiera haber dicho: ahora yo soy obispo, yo me puedo quedar tranquilo en casa y no decir nada, pero no… ¿Por qué? porque me mueve mi convicción. Lo otro: aquí donde va a ser el proyecto minero, está mi familia, está mi ombligo, ahí están mis raíces y yo voy a defender mis raíces a costa de todo. Y siempre digo: mi convicción está acá, primero porque Dios me llama a que esté con mi pueblo, y si me ha puesto como obispo, como pastor, pues como pastor creo que tengo que dar el ejemplo para que los demás sigan y se les quite el miedo, porque eso es lo más importante: perder el miedo.