Pobladores de San Isidro, en Cabañas Oeste, confirmaron que un grupo de al menos cinco personas de Perú recorrieron la zona en 2021 y 2022, cuando entregaron donaciones y obras a comunidades, bajo el concepto de apoyo social; pero, en realidad, lo que buscaban era labrar el camino hacia trabajar la minería en la zona.
Francisco Pineda, defensor del medioambiente en la zona y quien trabajó arduamente para defenderse junto a las comunidades de la minera Pacific Rim a inicios de siglo, confirmó la presencia de los peruanos en la zona.
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Describió que "en un determinado momento ellos de se manifestaban de una empresa, Agrícola San José", la cual está relacionada con la empresa minera estadounidense Titan Resources.
Entre sus acciones, según Pineda, los peruanos "visitaban a las comunidades y les regalaban cosas, a una asociación de apicultores le dieron extractoras de miel; a otra gente le regalaron peceras para producir tilapia".
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Los peruanos pagaron la construcción de tres peceras o reservorios en la zona, en El Camalote, Potrero Batres y El Volcán. Uno de los beneficiados, quien pidió anonimato, confirmó que la obra costó cerca de $27,000 y dijo que, poco tiempo después de finalizarla, uno de los peruanos comenzó a presionarlo para que le entregara el número de matrícula de su terreno, lo que interpretó como una maniobra para quitarle la tierra; y le confirmó que sí, que en realidad representaban a una empresa minera y que eso era lo que buscaban en la zona.

Tanto este isidreño como Pineda confirmaron, además, que lo que buscaron fue convencer a las personas de la zona para que formaran sus propias adescos (asociación de desarrollo comunal), una vía con la que Agrícola San José buscaría impulsar su presencia en la zona; pero tuvieron trabas por parte de la municipalidad y, sobre todo, rechazo por parte de la gente, cuando se enteró de que su verdadera intención era la minería.
"Hubo un momento que incluso en la época de la producción de frijol se ponían ahí enfrente de la alcaldía a regalar insecticidas, fungicidas, papelitos. Según nos damos cuenta que estas personas hablaban de la minería, la gente les decía que no quería minería. Me imagino que eso ellos lo tuvieron que informar a los mandos de arriba. Y pararon, esa empresa no siguió haciendo esas actividades", narró Pineda.
La empresa Nueva Esperanza (antes Tombstone, propiedad del minero Blane Wilson) presentó en sus balances al Ministerio de Hacienda, que en 2022 había invertido $69,078 en construcción de reservorios (la cantidad coincide con el precio de los tres hechos en Cabañas).
Así mismo, la compañía relacionada con la minera internacional detalló que invirtió $27,666 en construcción de invernaderos y $19,883 en agricultura.
En ese mismo reporte, la empresa reportó una millonaria acumulación de costos, por $5,282,404, los cuales mencionó que corresponden "al desarrollo del proyecto en el área de tecnología, mercado, social y tendencias que le puedan permitir a la empresa vender un producto o varios productos o paquetes de servicios o propiedad intelectual a los inversionistas locales o extranjeros, con el fin de facilitar y obtener mejor retorno de la inversión a las empresas o socios que obtendrán el producto. El tiempo de venta de esos productos (propiedades intelectuales) de desarrollo se espera en un mínimo de dos años".
Más sobre los peruanos
Élmer Ortiz Martínez, quien fue concejal de San Isidro, conversó con El Diario de Hoy a inicios de febrero y dio una versión distinta, al explicar que los empresarios peruanos sí vinieron al país, pero no específicamente en busca de potenciar la minería, sino para identificar "nichos de inversión", y lo hicieron por invitación directa del Gobierno salvadoreño.
Lo mencionado por Ortiz Martínez coincide con un "intercambio de experiencias" entre la Dirección de Reconstrucción del Tejido Social con el equipo DEVIDA PERÚ, del gobierno de ese país, "en el marco del proyecto de cooperación Sur-Sur 'Desarrollo Alternativo Integral y Sostenible con enfoque de Desarrollo Humano'", indica una publicación web de la Agencia de El Salvador para la Cooperación Internacional (ESCO), con fecha 19 de septiembre de 2022.
"Durante una semana los equipos de DEVIDA y Tejido Social, estarán compartiendo con líderes de diferentes comunidades, con el objetivo de fortalecer capacidades técnicas a partir de las buenas prácticas del trabajo desarrollado por ambas partes", detalla la publicación gubernamental.

El Diario de Hoy consultó a la Secretaría de Prensa de Presidencia y a Casa Presidencial sobre la visita de este grupo de empresarios de Perú en 2022, pero la gestión no tuvo respuesta de las entidades del Ejecutivo.
Volviendo al relato de Ortiz Martínez, cuando unos inversores peruanos visitaron San Isidro en 2021, narra que él les sirvió como un enlace para conectar con las comunidades; según dijo, al menos a su persona los peruanos jamás le expresaron, directamente, que buscaban la minería. Los recuerda por sus nombres: Martín, Ever, Francisco, Carlos y Alberto. Les contó todo el contexto de lo vivido con la minería en la zona.
"Se dio muchísimo equipo para los apicultores del municipio de San Isidro. Pero además se construyó un reservorio en el cantón Potrero Batres, un reservorio que tiene 25 m de ancho por 25 m de largo y que le cabe una enorme cantidad de agua. Ese tenía como objetivo el hecho de que fuese utilizado de un modo comunitario", confirmó Ortiz Martínez, sobre uno de los reservorios construidos por los peruanos.
También "en El Camalote se hizo un vivero, con la intención de que las personas produjeran sus propias verduras", describió el exconcejal, sobre otro dato coincidente con el reporte financiero de Nueva Esperanza.
Ortiz Martínez confirmó además que, de parte de los peruanos, "a todos los equipos de fútbol de San Isidro, que pidieron uniforme, a todos se les dio. Al Llano, a San Francisco, se le dio a las al equipo femenino de Batres, al equipo femenino de San Isidro", entre otros.

La fuente también confirmó haber visto una factura de unos $7,000 por compra de un equipo entregado para agricultores, bajo el nombre de Nueva Esperanza, ubicada en la Colonia Escalón. La misma Nueva Esperanza que es el nuevo nombre de Tombstone Company, la empresa creada por el dueño de la minera Titan Resources.
Al preguntarle al enlace con los peruanos si él supo de dónde venía el capital para tantos proyectos y regalos a las comunidades de San Isidro, respondió que "lo que me dijeron a mí que venía de un consorcio de empresas peruanas, que estaban decididos a invertir en Cabañas, con la esperanza de sacar al departamento de la de la situación económica difícil que a través de la historia hemos venido teniendo".
El enlace con los peruanos explicó que, hasta donde él conoció, los sudamericanos no lograron crear una empresa como tal porque no les otorgaron personería jurídica, tras la negativa de la municipalidad de San Isidro.
Élmer, quien tiene una molienda en San Isidro, dijo que la amistad con los peruanos permanece al día de hoy, que han vuelto a El Salvador y a visitarle, pero en plan de turistas, no por negocios. Ante el pedido de El Diario de Hoy, se comunicó con ellos para solicitarles una entrevista para este medio, pero no respondieron.
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