El Hogar de Ancianos San Vicente de Paul, ubicado en la colonia La Sultana en Antiguo Cuscatlán, conmemoró ayer el día en honor al santo que lleva su nombre. Durante la celebración, una de las invitadas especiales fue doña María Ivelise Rivas de Bettaglio, mejor conocida como Mima Bettaglio.
Doña Mima es especial en este espacio, que por más de 130 años se ha dedicado a cuidar a personas adultas mayores del país, pues ha fungido en él en distintas áreas de la administración por más de 60 años; pero principalmente es querida por su entrega y compromiso por la causa de ayudar desde la Asociación de Señoras de la Caridad de San Vicente de Paul, de San Salvador.
Mima, de 90 años, es originaria de la capital pero creció en Usulután y reconoce que su camino en la beneficencia fue marcada al conocer a monseñor Víctor Basilio Plantier, benefactor de origen francés que hizo diversas obras de caridad en el país. “Me dio apego cuando conocí la obra de este hogar”, dijo la benefactora.
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Desde entonces, Mima se unió a la Asociación de Señoras de la Caridad de San Salvador y desde este grupo de personas altruistas ha luchado durante gran parte de su vida, no solo para buscar la ayuda en instituciones y entre amistades para el asilo, sino también cuidando a las personas adultas mayores, en su alimentación, dando atención, cuido y alegría.
Según Mima uno de los mayores retos que tuvo fue forjar el asilo con un equipo de trabajo comprometido con ayudar a los demás, algo que puede constatar que ha sido uno de sus importantes logros, pues varias mujeres que durante su tiempo de trabajo la apoyaron continúan con su trabajo en pro de los adultos mayores.
La benefactora afirmó que una de las reflexiones que le ha servido mucho es que se debe tratar al prójimo como uno quiere ser tratado, “el mejor trato es con amor y que este amor sea reforzado con dedicación en lo que uno cree que es importante”, expresó.
Esta reflexión fue notoria durante la celebración en honor a San Vicente de Paul, pues Mima disfrutó de una misa y de una mañana alegre, en donde bailó entre música de marimba con residentes del hogar y con el personal de asistencia de salud; luego recibió un pequeño homenaje, donde fue coronada con una diadema de flores hechas por habitantes del hogar.
En sus palabras de agradecimiento recalcó la felicidad que le ha dado apoyar la causa, la cual, pese a su avanzada, edad sigue atendiendo. “Estoy aquí para servirles”, dijo, durante sus palabras de agradecimiento por el reconocimiento.
Celia de Munguía, actual presidenta de la junta directiva del hogar, recalcó que el trabajo de doña Mima ha sido valioso en la continuidad del lugar: “su trabajo organizativo al frente de la directiva fue impecable, su entrega durante muchas horas de trabajo, así como el amor que le tenía a las personas que han vivido en este hogar, ha sido admirable”, dijo.
Mima afirma que lo logrado fue gracias al apoyo de su esposo Cayetano Bettaglio y sus cinco hijos, “él siempre fue paciente, entendía que era un trabajo que me importaba y siempre fue respetuoso”.
Munguía comentó que con el trabajo de Bettaglio el hogar fue beneficiado con mejoras en los pabellones de mujeres y hombres, equipo médico de calidad y las creaciones de clínicas de atención, no solo para personas adultas mayores residentes, sino para otras que lo necesiten.
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Mientras que Mercedes López, quien también es parte de la asociación, recalcó que el trabajo que Mima hizo y continúa haciendo gracias al apoyo de sus hijos es valioso para la población adulta mayor. “Nadie la sustituye fácilmente”, expresó.
El Hogar de Ancianos San Vicente de Paul alberga hasta el momento a 70 personas adultas mayores, que son atendidas gracias a donaciones de empresas y personas particulares.
El hogar ayuda también a personas que necesiten atención con clínicas de consulta externa, clínica de fisioterapia y ultrasonografías; así mismo -próximamente ofrecerá atención odontológica. El costo es accesible y sirve para el presupuesto del espacio.
PARA APOYAR
El hogar siempre necesita el respaldo de personas altruistas que deseen sumarse a la causa con alimentos, utensilios de cuidado y aseo personal, actividades recreativas e incluso donaciones económicas, por lo que si desea unirse a apoyar a esta institución, puede comunicarse a los teléfonos 2243-2863, 2243-5254 y 2243-2640, o escribir a través de la cuenta de Facebook Hasv de Paul San Salvador Centroamérica o escribir al correo electrónico siguiente: asras.caridad@gmail.com.