Cuando el desalojo de decenas de comercios formales entre el 25 y 26 de abril ocurrió, el presidente Nayib Bukele tomó dos acciones para contener el malestar en la opinión pública: uno, envió a su ministro de Obras Públicas y Transporte (MOPT), Romeo Rodríguez, para pedir disculpas y tomar medidas de apoyo para las personas desalojadas. Dos, casi una semana después subió un video a redes sociales con el testimonio del dueño de un negocio emblemático, Franco’s, también desalojado pero con la promesa de algo “mejor”.
“En el Centro Histórico, Franco’s se traslada, con la convicción de que el sacrificio que hoy están haciendo, vale la pena por un El Salvador mejor para todos… Incluso, para ellos mismos. Estén pendientes...”, publicó en Instagram el mandatario reelecto sobre este negocio que ocupaba su rostro y frases icónicas del funcionario, el 1 de mayo.
Pero ambas acciones no han generado la tranquilidad esperada, al menos no entre dueños de grandes, medianos y pequeños negocios en el Centro Histórico, quienes expresaron a El Diario de Hoy la incertidumbre y temor que tienen, ante los desalojos ya no solo de ventas en las calles, sino también de negocios que operan en locales formales, algunos por años y hasta décadas.
El epicentro del temor fueron los más de 60 negocios ubicados al sur del Palacio Nacional, que fueron desalojados de forma exprés entre el 25 y 26 de abril; para que luego casi todos los edificios y locales de la cuadra fueran demolidos entre el 7 y 8 de mayo, en medio de un silencio absoluto por parte de las autoridades, que no han explicado públicamente qué o quién construye qué en esa cuadra, en la 4a. Calle Poniente y la 1a. Avenida Sur del Centro Histórico de San Salvador.
Mario Durán, alcalde de San Salvador Centro por Nuevas Ideas y recién reelecto, explicó de forma escueta en conferencia de prensa, el pasado 13 de mayo, que “en el centro nosotros estamos generando proyectos, justamente en esta momento junto a la Dirección de Obras Municipales estamos terminando lo que es la Rubén Darío, se encuentran otros proyectos que estamos realizando con Obras Públicas, etc. La verdad es que todo lo que se refiere al Centro Histórico es algo coordinado con APLAN, y vamos a estar trabajando para el desarrollo de ello. Lo que vamos a tener en esa zona ya lo verán pronto, es algo que vamos a estar dándoles, dentro de poco, una sorpresa”.
Pero nadie sabe cuáles son esos proyectos y la APLAN que menciona el alcalde, la Autoridad de Planificación del Centro Histórico (creada el año pasado), en sus redes sociales ha compartido en las últimas semanas que hubo “mesas de negociación” con cerca de 250 dueños de las ventas informales en las calles, pero no informó sobre los desalojos que venían y ya ocurrieron en negocios que operaban en locales formales, dentro de edificios y pequeñas plazas comerciales, en ese costado sur del Palacio Nacional.
Además, usuarios de ventas informales que todavía trabajan sobre la calle, a un costado de la 3a. Avenida Norte, esquina opuesta al Mercado Hula Hula, explicaron a inicios de mayo -desde el anonimato, por temor- que no han tenido acercamiento de la alcaldía, ni de APLAN, de si serán recolocados en otras zonas.
Testimonios y silencio
El dueño de una farmacia que estaba esquina opuesta al Mercado Sagrado Corazón, cargaba el 2 de mayo junto a otros empleados cajas y más cajas con productos, para llevarlos en camión a otro local, todo ante la amenaza de la demolición que venía. Interrumpió amablemente lo que hacía para, también amablemente, excusarse de hablar con nuestro medio, por temor a que fuera visto por agentes del CAM. Solo resumió que la orden era desalojar y punto. La farmacia entraba en el plan de demolición de la cuadra. Y sí, fue demolida.
Francisco Molina, dueño de una venta de artículos para relojes al por mayor, en especial brazaletes artesanales, después de ser desalojado aceptó moverse al sector E del nivel 2 del Mercado Hula Hula, donde han sido reubicados una buena cantidad de los negocios retirados en la cuadra desalojada y luego demolida, según confirmó El Diario de Hoy.
Este medio visitó las oficinas de SIMERCA el 2 de mayo, en el Mercado Hula Hula, para conocer las condiciones en que estos negocios fueron reubicados en el establecimiento comercial, pero la gestión no tuvo respuesta.
El señor Molina explicó que vio con buenos ojos los tres apoyos que les dio el Gobierno: $2,000 en compensación, pago de seis meses del local (durante todo ese medio año, no pagará el alquiler del puesto de 1.90 m2 en el Hula Hula) y el apoyo con transporte contratado por el MOPT para mover su producto al mercado, desde su anterior puesto.
Pero, ¿qué perspectivas de venta tiene para su negocio en el Hula Hula, un mercado que pasa semivacío y donde los usuarios de los puestos se han quejado, desde su reinauguración en julio 2022, de bajas ventas? Molina reponde: “Es duro esta parte para la venta, lo más que pasan en el día son tres o cuatro personas, pero solo por pasar. Lo veo muy difícil para quienes venden al detalle, o ropa, que no tienen mayoreo. Que les pasen comprando es bastante difícil. Yo me defiendo porque mis clientes no son de paso, sino que yo vendo brazaletes al por mayor, me buscan porque ese es mi fuerte” y así piensa sostenerse.
Otros usuarios del Hula Hula, que ya estaban en el mercado, aprueban la llegada de nuevos usuarios de puestos, porque habrá más movimiento de clientes; pero les preocupa la baja venta en el lugar, las pocas entradas para ingresar a comprar al mercado y escasa publicidad de las autoridades para atraer visitas.
El Diario de Hoy conversó con personas que rentan puestos en el Hula Hula; la mayoría prefirió hablar desde el anonimato, porque tienen miedo que sus declaraciones les traigan problemas con el Gobierno o alcaldía.
Muchos ven positivo estar en el Hula Hula, porque vienen de estar años con ventas informales en las calles; estar en el mercado es “más limpio, seguro, no nos exponemos a la lluvia”, respondió la dueña de un comercio de accesorios para celulares; pero el gran punto débil es la escasa presencia de personas comprando y, por tanto, las bajas ventas.
“Muchos tienen su puesto en el mercado pero como no venden, salen a hacer venta de calle, y eso impacta en quienes se quedan dentro del edificio”, señaló otra usuaria en el Hula Hula.
El plan de quienes fueron trasladados “exprés” al Hula Hula es sobrevivir estos seis meses en que no pagarán renta, y ocupar ese tiempo para ubicar otro local o pensar en otra forma de ganarse la vida. Al menos -dijeron varios- no fueron llevados a los mercados Tinetti, Belloso o Modelo, donde fueron recolocadas muchas ventas de calle que también han sido barridas del Centro Histórico, en un plan que busca revitalizar el corazón de la ciudad, pero sin dar oportunidades reales para ganarse la vida a estas personas.
Mientras, los rumores circulan, van y vienen de que habrá más desalojos. “Por ahora no han tocado el Mercado Sagrado Corazón, pero hay comentarios fuertes de que también lo van a intervenir más adelante, como otros lugares”, comentó otro usuario que fue desalojado de la cuadra sobre la 1a. Avenida Sur.
Cerca de Catedral
A 10 minutos a pie de esa cuadra ahora demolida, también hay incertidumbre en los negocios ubicados detrás de Catedral y a un costado del Teatro Nacional. El polvo que levantó lo ocurrido a la par del Palacio Nacional ha generado también una ola de temor en esta zona; aunque aquí se respira un ambiente de tensa calma, según constató El Diario de Hoy en visita a tres empresas de la zona, todas relacionadas con comida.
Una jefatura de esos establecimientos, de comida internacional, abrió sus puertas para platicar con El Diario de Hoy en anonimanto, y expresó que no han notado un “acoso” por parte de la Alcaldía o APLAN; pero sí perciben preocupación entre negocios de la zona, porque saben que hay más plusvalía, de cuatro a cinco veces más en los precios de renta de locales, más un fuerte rumor de que viene inversión extranjera.
De hecho, la misma APLAN ha comunicado en sus redes sociales el tipo de negocios y capitales que está invitando para invertir en el Centro Histórico.
En una publicación en abril, APLAN detalló que “el corazón de San Salvador es un destino emergente para la inversión, no solo es el segundo lugar más visitado del país, sino también es el único que ofrece incentivos fiscales de hasta 10 años para nuevas inversiones en: alimentación, alojamiento, actividades culturales, desarrollo Inmobiliario y Habitacional; así como actividades que tengan por objeto rehabilitar, conservar y recuperar inmuebles que se encuentran dentro del área delimitada”.
La fuente del negocio de comida ejemplificó que están conscientes de que “habrá dueños de edificios que si, por ejemplo, hoy reciben $800 por un local pero alguien les ofrece $2,000, verán cómo sacar al inquilino actual y tener más ingreso. Es lógico, es un negocio, aunque eso genera incertidumbre en la zona”; mas aceptó que comprenden que “hay un plan gubernamental para relanzar la zona a nivel turístico”.
En el caso de la cadena de cafeterías Samsil, en abril sufrió el cierre inesperado de su sucursal en la Avenida España, y hay preocupación con el local que tienen allende al Teatro Nacional, en pleno Centro Histórico.
Juan Recinos, jefe de procesos de Samil, denunció en plática con este medio que las acciones del CAM para cerrar ese local en la Avenida España les sorprendió, a las 7:30 p.m. de esa jornada, porque ya tenían trámites avanzados desde antes con APLAN; tal cierre dejó en el aire el trabajo de 25 empleados.
Sobre este permiso de APLAN, Recinos expresó que “el punto es que no hay reglas. Pareciera que se maneja algo bien ambiguo y malintencionado” y que deja a los administradores de negocios en el gris, sin saber si es con la alcaldía o APLAN que deben confirmar los permisos.
“Es como que hay dos instituciones, una es APLAN y otra la alcaldía, pero no están de acuerdo qué parte le toca a quién, y a quién le toca velar al otro”, resumió Recinos, quien añadió que, cuando acudieron a la alcaldía, les dijeron que APLAN sí tenía los documentos de Samsil, pero no “había iniciado los procesos” para el permiso a la cafetería.
“De APLAN fueron claros en decirnos que ellos no sabían nada del cierre, y que si es por ellos podíamos quitar las cintas amarillas (que puso el CAM), porque no habían dado ninguna orden”, ejemplificó el jefe de procesos de Samsil, sobre esta situación ambigua que les tocó enfrentar.
Hay irregularidades en la entrega de estos permismos, detalló Recinos, quien aceptó que “sí existe una normativa de salud, que le exige que en su edificio tenga puerta de entrada y de emergencia, etc., un montón de requisitos. Y usted tene que cumplirlos”; mas luego añadió: “Pero APLAN no ha dado nada. Pareciera que si Ud. me cae bien le apruebo su permiso, pero si me cae mal, no le apruebo nada”.
A unos metros de ese establecimiento, se encuentra La Parrilla Grill. Melisa de Alemán, encargada de Recursos Humanos, tiene una versión distinta y explica que “tenemos los permisos, no nos sentimos preocupados en ningún momento. El único que estamos tramitando es el de APLAN, que es nuevo. Ya estamos en trámites, no tenemos mayor problema ni miedo de nada”.
Como parte de la administración de este negocio de comida, ubicado contiguo al Parque Libertad, comentó que saben que con APLAN “sí va a haber cambios, porque se requiere diferentes requisitos a lo que actualmente tenemos, sin embargo, estamos abiertos a colaborar en todo. Nos vamos a acoplar.
Si hay que cambiar colores, mobiliario, lo vamos a hacer, para mantenernos como hemos venido funcionando, en regla”.
De Alemán comentó que ya venían cumpliendo con controles de higiene, seguridad y salubridad, entre otros, por lo que no han notado un cambio con el inicio de la administración de APLAN.
“Sí sentimos que es un poquito más exigente a lo normal, pero como todo cambio, es bueno. Quizá sea un poquito más costoso, pero es bueno desde el punto de vista calidad, medidas sanitarias, mayor imagen”, dijo, y agregó que es posible que todo lo anterior signifique mayor inversión para cumplir, lo cual podría haber generado preocupación y resquemor en negocios de la zona; pero, a su juicio y para la empresa que representa, es necesario para dar un salto de calidad y que el Centro Histórico se consolide como uno de los puntos turísticos más importantes del país.