El mercado Belloso es uno de los más antiguos de San Salvador. Este está ubicado a solo cuatro cuadras al sur de la plaza Gerardo Barrios, entre la 12 Calle Oriente y el bulevar Venezuela, y la 2a y 4a Avenida Sur.
Muchos de los vendedores que alberga tienen más de 40 años atendiendo a los salvadoreños que llegan por alguna pieza de repuesto que no han conseguido en otros negocios o encontrar precios más cómodos que en ferreterías en herramientas y materiales de construcción.
María Olimpia, de 84 años, es una de las vendedoras más antiguas en el lugar. Tiene 48 años en su locales, el 89 y el 90, donde comenzó ofreciendo productos de hojalata. Y desde hace aproximadamente 30 años vende todo para construcción, desde carretillas, mangueras, palas, extensiones, pulidoras, ruedas de todo tipo y otros productos.
Según doña Olimpia, este es uno de los mercados más antiguos y es el que se consideraba en el pasado el más cercano a los municipios cercanos a San Salvador. “Las panchitas (indígenas de Panchimalco) venían mucho a vender aquí, antes que al Central o al San Miguelito”, recuerda la comerciante.
Entre los pasillos del mercado también está don Juan José, quien es un experto, el indicado, para afilar machetes, cumas e incluso cuchillos. Además, vende piochas, martillos, cumas nuevas, tijeras, jardineras, entre otros productos. “Tenía el afilador solo para mí, pero venían tanto a pedir el favor que empecé a cobrar”, confiesa.
Los que llegan al Belloso con sus herramientas que perdieron su filo van directamente a buscarlo a él y lo observan con paciencia y curiosidad mientras la piedra del esmeril le saca chorros de chispas al metal. El costo de este trabajo es de $1.50 por pieza.
Los talleres
En las instalaciones de este mercado también hay talleres como el de don Juan Francisco Hernández, quien tiene todo para reparar motores eléctricos, motores de molino, compresores, cisternas de piscinas, taladros y pulidoras que pueden recobrar sus funciones en su local, en el que ha permanecido por 14 años.
Cerca de don Juan se encuentra Raúl Monge, quien en su puesto vende todo tipo de producto de PVC para fontanería y cadenas de acero de buena calidad que pueden ser de utilidad para enderezadores y remolques.
En tanto, el taller Sosa continúa brindando servicio después de más de 40 años, ahora a cargo de don Isaí Sosa, quien heredó el oficio de su padre. Aquí es el lugar indicado para reparar máquinas de coser o en donde puedes encontrar el repuesto que necesitas para tu máquina.
Si entre las compras o las consultas de los utensilios que necesitan se te da un antojo, en el Belloso hay un área de comedores, en donde se puede degustar almuerzos económicos o, incluso, licuados de frutas frescas.
Los puestos de ventanas y vidrierías también son otros de los más comunes en el Belloso,. Uno de estos es el de Saúl Torres, quien se especializa en la fabricación de ventanas francesas y puertas de baños.
Mauricio Ramos, en el puesto número 13, tiene diversos tipos de lavamanos, lavatrastos e inodoros de distintos materiales, modelos y clases. Hay repuestos usados de tapas de inodoros de modelos descontinuados. Ramón afirma que él sigue el legado de comerciante de su abuela, quien murió a la edad de 100 años y quien sacó adelante a su familia vendiendo en este mercado que lleva el nombre del general salvadoreño Ramón Belloso (1810-1858), quien fue jefe de las fuerzas aliadas de Centroamérica encargadas de expulsar al filibustero norteamericano William Walker de Nicaragua.
Ramos también vende máquinas para hacer minutas, molinos y todos los utensilios y pieza para armarlos, máquinas soldadoras, hace trabajos en hojalatería, como canaletas, vende pinturas de agua y aceite, sierras eléctricas, entre otros productos.
Los comerciantes afirman que desconocen en qué fecha y año nació el mercado Belloso. Según el historiador salvadoreño Carlos Cañas Dinarte, la estructura actual fue inaugurada el 14 de julio de 1958. Alrededor de este espacio comercial la ciudad creció, prueba de ello es el paso desnivel que está casi sobre el inmueble y que a opinión de los usuarios, esto afectó la afluencia de clientes porque aisló al edificio de la ciudad y el entorno se volvió poco transitable para los peatones.
A pesar de que las mejoras son pocas en cada administración de la alcaldía, el mercado luce seguro e iluminado, hay alrededor de 25 locales vacíos que están disponibles en los diferentes sectores.