Vendedores del Mercado San Miguelito, ubicado sobre la avenida España, en San Salvador, llegaron ayer a sus lugares de trabajo sin saber que les esperaba un aviso con la orden de mover sus pertenencias y productos a otra ubicación, que no cuenta con las condiciones necesarias para trabajar.
A las dos de la tarde se les había convocado a una reunión para establecer un diálogo entre dirigentes de la comuna capitalina y comerciantes; sin embargo, dicha reunión no se llevó a cabo. Alrededor de las 3:15 de la tarde comenzaron a llegar al lugar empleados de la alcaldía de San Salvador.
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Lilian limpiaba la cocina en la que elabora desayunos y almuerzos. Pidió que esperaran a que terminara para moverse al lugar asignado.
“Donde manda capitán no manda marinero”, lamentó, con resignación, por la forma en la que tuvo que aceptar el cambio que, aclara, no fue anunciado con suficiente anticipación. Ella y otros vendedores no están de acuerdo.
Temor a represalias
La presencia de periodistas, para hablar con los comerciantes del lugar, molestó a los dirigentes de la alcaldía. El encargado de relaciones públicas se acercó a preguntar para qué medio trabajaban.
Además, les comunicó que estaba llamando a un gerente para consultar si podían mantenerse ahí, presenciando el traslado.
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Una comerciante, que prefirió el anonimato por miedo a represalias, dijo que por la mañana se dieron cuenta que debían hacer el cambio.
“Iba a haber una reunión pero dijeron que hubo contratiempos y ya no se hizo”, explicó y dijo que la principal denuncia de los vendedores es la falta de transparencia en la toma de decisiones que los afectan, pues solo subsisten de los ingresos que obtienen de sus ventas.