El ministro de Salud, Francisco Alabí, afirmó recientemente que el territorio salvadoreño se encontraba en una situación de completo éxito con referencia a los casos de dengue, al señalar que en los registros actuales tenemos “más de dos años sin muertos” por esta enfermedad.
Sin embargo, esta situación ha sido cuestionada por médicos especialistas debido a que el número de pruebas para la detección de la enfermedad ha bajado considerablemente en los últimos meses.
A través de una entrevista matutina el pasado 22 de mayo, Alabí afirmó tajantemente que los casos de dengue se han mantenido en una zona segura. El último reporte publicado por el Minsal a través del Boletín Epidemiológico correspondiente a la semana 20 indica 12 casos confirmados y con signo de alarma, pero se debe tomar en cuenta que hay un total de 1,973 pacientes clasificados como sospechosos por la enfermedad.
“Todo el año se ha mantenido debajo de la línea verde (corredor endémico de dengue 2023), entonces que quiere decir que estamos en una zona aparentemente de éxito. Aquí hay algo que mencionar aunque nos mantengamos en una zona de éxito, siempre va a haber zancudos”, señaló Alabí.
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Seguidamente el ministro destacó que la prueba tangible sobre el control de esta enfermedad es “qué nos dice el corredor endémico que nos hemos mantenido en una zona de seguridad y yo como puedo dar certeza de eso, mire no tenemos muertos por dengue, no hay muertos. Más de dos años sin muertos por dengue”, según los registros del Minsal.
Cabe destacar que el número de pruebas que se hacen para detectar el dengue se ha reducido, según afirmó el mismo funcionario. Esta situación lleva a los médicos especialistas a cuestionar si el dengue se ha controlado o las autoridades de Salud no están buscando los focos de contagio para erradicarlos.
“Si yo no busco la enfermedad no la voy a encontrar, entonces en teoría si usted va a pasar consulta a la unidad de salud de Soyapango y el médico sospecha que usted tiene dengue la manera de confirmar es enviándole la prueba, pero que pasa así como la mayoría de las unidades de salud no hay forma de hacerle la prueba”, afirmó el médico especialista en infectología, Iván Solano Leiva.
Uno de los puntos que el médico señala es que las pruebas en las clínicas de la red pública no se aplican en todos los pacientes sospechosos de dengue.
“Si no se las hacen, cómo va a confirmar si tiene o no tiene la enfermedad, esto no lo han hecho solo en este gobierno sino que también las anteriores gestiones, no hay disponibilidad de ese tipo de prueba en el 100% de los centros de salud del país; por lo tanto, el médico generalmente no lo enviará, y queda en caso sospechoso, pero nunca se confirmó por prueba”, recalcó el experto en infectología, quien ve con preocupación como una situación política puede afectar a la población.
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Recientemente, Solano ha atendido tres pacientes positivos a dengue por semana a nivel privado, por lo que los datos del Minsal no estarían reflejando el alcance de la enfermedad, considera.
Por su parte, el especialista en salud pública, Ricardo Lara, cuestionó: “Cuando la búsqueda de casos disminuye o no se hace definitivamente el resultado va a estar sesgado que no hay enfermedad, recordemos que el dengue es una enfermedad que tiene varios diagnósticos diferenciales” el experto agregó que “el dengue está presente y la disminución se debe a que no hay búsqueda activa de casos luego de ello si existe una limitante para la búsqueda por falta de insumos, equipo o personal se necesitaría diseñar una nueva definición de casos para dengue clásico y hemorrágico el cual pueda servir de guía para al menos no perder de vista el diagnostico diferencial”.
Debido a sus condiciones el territorio salvadoreño es un país propenso al desarrollo de larvas debido a que no toda la población tiene acceso a agua purificada una situación que los orilla a la recolección de aguas lluvias, guardar el vital liquido en recipientes no aptos y que facilitan la propagación del zancudo transmisor.
Ambos especialistas reconocieron que las medidas de salud pública no pueden limitarse exclusivamente a la fumigación de las zonas rurales, sino que debe presentarse programas continuos y completos para beneficiar a toda la población.