Después de dos años pandémicos de vivir la Semana Santa en medio de mascarillas, alcohol gel, distancia entre familias y pocas reuniones con amigos, la población salvadoreña disfrutó en 2022 de una etapa vacacional mucho más cercana a una normalidad.
La mayoría de actividades religiosas incluyeron la exigencia de un cumplimiento de protocolos de bioseguridad; pero en las playas, balnearios, parques acuáticos, montañas y otros puntos turísticos del país, así como en restaurantes y bares, fue notoria la relajación en todas las medidas ya conocidas para evitar contagios de covid-19.
¿Implica esto un posible brote masivo a futuro? Para el especialista en salud pública Ricardo Lara, "hubo una marcada ausencia de mensajes de educación y promoción, recordando que la pandemia continúa" por parte del Gobierno, y trajo a cuenta que "hasta este día, ningún organismo autorizado, como la Organización Mundial de la Salud, ha decretado el levantamiento definitivo de la pandemia".
Pero al menos en El Salvador, tomando como referencia los datos oficiales del Ministerio de Salud, la tendencia a la baja en casos y fallecidos por covid-19 es evidente.
En su última actualización, el pasado 9 de abril, el reporte en covid19.gob.sv solo registró 12 nuevas infecciones para ese día. Y desde el pasado 21 de marzo, el número de nuevos contagios no ha superado los 100 al día.
En cuanto a muertes relacionadas por el virus SARS-CoV-2, el Ministerio de Salud reportó en su cuenta de Twitter que hubo cero muertes entre el 14 y 17 de abril, justo en la recta final de la Semana Mayor.
A pesar del optimismo que pueden despertar estos números, el doctor Lara subrayó que "si vemos las coberturas vacunales, no estamos en las óptimas condiciones para el nivel de relajación que hemos visto en toda la temporada de Semana Santa".
Lara valoró que no se puede descartar que ya estén circulando en el país nuevas variantes de covid-19, o sublinajes recientes de ómicron, que "pueden hasta pasar inadvertidas si no se tienen pruebas específicas para estas nuevas variantes".
Para el especialista, será importante vigilar el comportamiento de la enfermedad entre la población en un rango de 7 a 14 días, para detectar si hay incremento de casos.
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"La responsabilidad del Gobierno era mantener un mensaje constante de que la pandemia continúa, y que ante nuevas variantes todos somos susceptibles, independientemente el número de vacunas que tengamos, y peor para quienes no tienen los esquemas completos", explicó Lara, quien recordó que apenas en enero de 2022 el país vivió un repunte importante de casos, en lo que el mismo Gobierno admitió como una cuarta ola de covid-19 en El Salvador.
El doctor Alfonso Rosales, especialista en epidemiología, coincidió con su colega Ricardo Lara, experto en salubridad, en que "siempre va a haber un riesgo de contagio, porque el virus ahí está y ahí va a estar. Es como el virus de la gripe y del catarro común, están ahí y cuando se dan las circunstancias apropiadas de temperatura, de congregación de personas, existen los brotes de gripe y catarro; y ahora van a existir los brotes de covid", los cuales podrían llegar después de esta normalidad que se vivió en Semana Santa.