Aunque Mauricio Funes permanezca en Nicaragua, continúa avanzando la acusación en su contra, en el caso de la tregua con pandillas que se le acusa haber impulsado cuando era presidente de El Salvador.
Este viernes, el Juzgado Especializado de Instrucción A-1, de San Salvador, ordenó la instalación de la audiencia preliminar en contra de Funes, sin necesidad de la comparecencia del exmandatario.
Lo anterior es posible después de las reformas aprobadas por la Asamblea Legislativa, mismas que permiten avanzar procesos penales con imputados ausentes.
La acusación contra Funes incluye su participación en la llamada tregua entre pandillas, ocurrida entre 2012 y 2013, cuando su administración habría favorecido a miembros de grupos criminales, dentro y fuera de centros penitenciarios, para a cambio bajar así los índices de homicidios y otros delitos.
Funes se encuentra asilado en Nicaragua, con el favor del régimen de Daniel Ortega, e incluso ya tiene la nacionalidad de dicho país, con lo cual no puede ser extraditado según las leyes nicaragüenses.
Para basar su acusación contra Funes, el ministerio público cuenta con escuchas telefónicas y testimonios de dos testigos que aceptaron el criterio de oportunidad, para ofrecer información y así recibir una reducción en sus penas: "Noé", quien confirmó que había un lazo entre los mandos altos de las pandillas con funcionarios de Gobierno, en la llamada "Operación Cuscatlán"; y el testigo "Salomón", quien declaró contra Raúl Mijango en 2018.
Contra Funes pesa una orden de captura desde el 26 de septiembre de 2020, según ha dado a conocer la Fiscalía.