Para el psicólogo José Rodolfo Pérez, del Instituto de Investigación para el Aprendizaje (IIA), el hecho de que las autoridades sanitarias hayan definido eliminar la obligatoriedad en el uso de la mascarilla de un solo tajo, puede generar que una parte de la población se desentienda totalmente del cuidado ante el virus, mientras que otros se vuelvan más precavidos en el tema.
El especialista de la conducta externó ayer que la medida debió llevarse de forma gradual, aplicarse de forma escalonada luego de dos años de pandemia, puesto que a pesar de que el virus está presente la gente en estos momentos tendrá la errada representación mental de que hay libertad, de que ya no hay ningún peligro.
Ver: En España no todos quieren dejar de usar la mascarilla
“Uno de los primeros impactos es que nos volvamos más flojos, laxos, a la hora de protegernos contra el covid. Puede ser que la gente olvide el lavado de manos, de cuidarse de no estornudar en público, o cuidarse de quien esta estornudando”, indica al tiempo de aclarar que no está en contra de que se elimine el uso sino en la forma como se ha llevado a cabo.
El psicólogo, quien también es de la opinión que la decisión tomada es más de carácter político para dar a la gente mayor sensación de seguridad, como se hace también con el Régimen de Excepción, advierte que esto incluso puede desencadenarse problemas cotidianos, ante el hecho de que a largo plazo la gente se mostrará rebelde en atender el uso de la mascarilla en lugares públicos, por ejemplo restaurantes o almacenes, que por seguridad del personal requieran el uso de la mascarilla a visitantes.
Sostiene que por otro lado están los que van a seguir utilizando la mascarilla de forma voluntaria para seguir previniendo contagios de covid-19, sobre todo al ver que otros ya no la usan, ni siguen otras pautas de cuido como el distanciamiento físico, entre otros.
Pérez detalló que los que seguirán usándolas les provoca más una sensación de inseguridad porque se van a topar con más gente que no la ocupan, sufrirán más ansiedad.
“Que se quite la medida va a causar el temor de las personas que tiene alguna enfermedad crónica, las personas que tienen adultos mayores, las personas que tienen niños se vana sentir afectadas por estas medidas, porque esto van a ocasionar que haya personas que no se están cuidando”, externó.
El quitar el uso de la mascarilla de forma gradual, según expuso, aliviaría la tensión que pueda haber entre la ciudadanía y permitiría a las autoridades generar información y una estrategia que evitara que se caiga en estos extremos en que unos se sentirán favorecidos y otros en desventaja. “ Hoy vamos a ser una población de extremos en cuanto al covid, más de extremos”, advirtió el psicólogo José Pérez.
Y es que según detalla el hecho de que unos usen mascarilla y otros no reflejará también que no hay consenso social.