Al ritmo de canciones de antaño y agasajada de su familia, así celebró hoy su cumpleaños 100, María Ramírez viuda de Rugamas en Oratorio de Concepción, Cuscatlán.
Fue el 18 de diciembre de 1922 que nació María en el Puerto de La Libertad, pero a los tres meses fue llevada a Suchitoto donde creció y conoció a su esposo Antonio Rugamas Baños con quien procreó 12 hijos: siete hombres y cinco mujeres.
Sus nietos y bisnietos adornaron con globos y le llevaron dos piñatas y pasteles los cuales iban a ser repartidos entre los asistentes.
"Tenga, abuelita, le traigo estas flores y feliz cumpleaños", le dijo una de sus nietas mientras la abrazaba y aprovechaba a tomar una foto.
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Tanto hijos y nietos concuerdan en que llegar a los 100 años es un privilegio que tiene María. "Estoy feliz, cuando cuento que mi mamá tiene esa edad las personas se sorprenden", comentó su hija Anabel Rugamas de Sosa.
Sus hijos recuerdan que María fue una madre dedicada y que los aconsejaba en que salieran adelante con amor y respeto. "A pesar de su edad, ella es autosuficiente y gracias a Dios no ha padecido de ninguna enfermedad incluso el doctor dice que hasta ella está mejor de salud que él", mencionó.
Ella dedicó su vida al cuido de sus hijos, mientras que su esposo comenzó en tareas de pesca y agrícolas hasta convertirse en empleado de Aduanas. Tras su jubilación llegaron a vivir a Oratorio de Concepción.
La clave para una vida longeva, según María, es cuidarse, darle gracias a Dios y no tener ningún vicio. Además de querer a su familia y darles su apoyo.
Ella comentó que agradece al Creador ya que no vivieron situaciones difíciles y que el pan nunca faltó en la mesa para sus hijos.
Durante la celebración, la familia recreó una foto tomada hace 30 años. Entre risas y recuerdos posaron frente a las cámaras.
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Al consultarle a sus parientes cómo hicieron para el cuido de María durante la pandemia por covid-19. Explicaron que decidieron disminuir las visitas y si lo hacían debían seguir todos los protocolos de bioseguridad para que no contrajera la enfermedad ya que por ser de avanzada edad estaba en alto riesgo.
Cuidando sus plantas, dando paseos y platicando con los demás, así pasa sus días la abuelita, quien manifestó que espera en Dios cumplir más años.