Los conocedores en materia educativa, ante los cambios anunciados por el gobierno, hacen hincapié en que más allá de la prometida infraestructura escolar y la tecnología, las nuevas reformas educativas a implementar a corto y mediano plazo en el país deben surgir de la consulta a los actores del proceso de enseñanza aprendizaje.
Javier Hernández Amaya, presidente de la Asociación de Colegios Privados ha puesto en claro que llevar los cambios al salón de clases es uno de los retos más titánicos, partiendo del perfil de profesores que se tienen en el sistema educativo.
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El educador, quien tiene larga experiencia en las aulas del sector privado pero también del público, sostiene que en el proceso educativo lo primero que debe hacerse es convencer al docente del papel que va a jugar en la reforma y eso será el mayor reto.
Según advierte actualmente en las aulas de las escuelas hay tres tipos de docentes: el primero que enlista es al docente cansado, vencido, que no le interesa ya la reforma educativa nueva y que no se va de la escuela porque no están dadas las condiciones de una pensión que está esperando.
En palabras de Hernández Amaya el segundo tipo de docente es aquel que ya está cómodo, que no se irá de la escuela pero no le interesa dar un poco más de lo que está dando ahorita, que tiene a la base procesos en los que ya se acostumbró; mientras el tercer tipo, que no es un grupo muy grande pero sí muy importante es el que está comprometido, dispuesto a avanzar venga lo que venga, a subirse al vehículo que se le de para cambiar la educación.
“Con esos tres tipos de docentes habrá que trabajar y para cada uno habrá que diseñar una respuesta”, advierte el representante de la ACPES, quien no descarta que los anuncios de una reforma educativa, de mejoras en infraestructura escolar y de cambios curriculares estén vinculados con el próximo proceso electoral.
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Con este panorama el representante de la ACPES señala que si el gobierno pretende introducir una renovación entre al aula el próximo año, entonces al finalizar este mes ya debería tener capacitados a todos los profesores, pero también haber incorporado en la reforma las voces de padres y de estudiantes pero también haberles sacado compromisos de que van a trabajar, teniendo en cuenta que los alumnos han caminado todo el este y los años anteriores bajo un proceso educativo en el que sabe que al final pasará el grado sin mayor esfuerzo.