El 1 de mayo de 2022, a las 5:00 p.m., varios policías llegaron a la casa de Norman Alexis Carbajal Mejía, y con engaños lo hicieron salir. Le ordenaron que saliera, que sólo querían hacerle unas preguntas. Pero una vez fuera, de inmediato lo obligaron a subirse a un auto policial y se lo llevaron. De la captura hay varios testigos, vecinos y familiares.
Las irregularidades continuaron con la Fiscalía General de la República (FGR), en el documento de acusación se plasmó que lo habían detenido mientras hacía una extorsión y que el alias del capturado era “El Chivazo” o “El Soldado, cuando en su lugar de estudios y en el vecindario siempre ha sido conocido como Alexis, su segundo nombre, según el testimonio de su madre, Esmeralda de Carbajal.
“Desde entonces no supimos nada, hasta nueve meses después que el Idhuca (Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana) verificó que mi hijo estaba preso en el penal de Mariona y que se le habían desarrollado tres enfermedades: gastroenteritis, escabiosis e hipertensión”, detalló Esmeralda.
“Desde que el Idhuca nos informó sobre el estado de salud de mi hijo, no hemos tenido más información sobre su situación de salud ni el lugar dónde se encuentra; tengo miedo de que haya fallecido”, comentó.
Esmeralda considera que su hijo fue detenido por el simple hecho de vivir en una colonia con presencia de pandillas; ya lo habían detenido una vez pero salió pronto porque fue una acusación falsa, afirma.
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En la constancia de antecedentes penales extendida el 24 de mayo de 2022, se indica que Alexis, a esa fecha, no tenía antecedente penal, por sentencia condenatoria en su contra.
A la fecha cuando fue detenido bajo el régimen de excepción, Alexis tenía 26 años de edad, y nueve de trabajar como mecánico en un taller especializado en cajas de transmisión, que funciona sobre la carretera Troncal del Norte. El propietario del taller le extendió una constancia para demostrar el arraigo laboral.
Pilar económico de sus padres
Esmeralda asegura que Alexis era el único que tenía un empleo fijo y que ayudaba a la economía del hogar; ahora las condiciones económicas de la familia han empeorado, pues solo a ella le toca trabajar en el comercio informal, debido a que desde mucho antes de que Alexis fuera apresado, el padre del joven ya no podía trabajar pues está postrado por una grave enfermedad que requieren de mucho cuidado.
“Él trabajaba en un taller y vivía en mi casa donde aportaba económicamente debido a que yo no trabajo ya que mi esposo, Carlos Saúl Carbajal, adolece de una enfermedad que lo mantiene postrado. Mi esposo está en tratamiento de diálisis permanente y por una fractura en la cadera está inmóvil; no trabaja desde el 2017, siendo desde entonces, Alexis quien ha corrido con los gastos del hogar“, detalló Esmeralda.
“En este momento, como familia estamos viviendo momentos de angustia al no tener certeza de dónde está mi hijo, ni de su estado de salud y del proceso judicial en su contra. A su padre se le han agravado sus enfermedades y nuestra situación económica se ha deteriorado mucho al no tener los ingresos de mi hijo”, se lamenta.
“Él no está tatuado ni tenía orden de captura, ni vínculos con pandillas. Sé que no tiene vínculos con pandillas porque me lo dijo el abogado (de la Procuraduría General de la República) y también me lo dijeron en el penal (de Mariona)”, afirmó Esmeralda, quien no ha dejado de luchar por la libertad de su hijo.
En marzo del 2023, ella presentó un recursos de habeas corpus a favor de su hijo, sin embargo, la Sala de lo Constitucional lo declaró inadmisible; Esmeralda también ha participado en marchas, en las cuales ha mostrado la foto de su hijo para exigir su libertad, pues asegura estar segura que la captura de Alexis fue injusta, arbitraria e ilegal.
Esa convicción la llevó a dar uno de los últimos pasos en su lucha por demostrar que su hijo está preso aun siendo inocente y que los policías actuaron con arbitrariedad.
En enero de este año, Esmeralda fue a la oficina de la Fiscalía de Apopa, con la intención de presentar una acusación contra los agentes captores de Alexis porque actuaron fuera de la ley; sin embargo, en vez de recibir apoyo, hubo una persona de la Fiscalía que le advirtió que “se estaba metiendo en un problema que traería consecuencias para su misma familia y para su hijo”.
A pesar de esa advertencia, a más de 26 meses del encarcelamiento de su hijo, Esmeralda continúa luchando por su libertad. Solo quiere que se haga justicia, y eso para ella significa que su hijo sea puesto en libertad, pues su detención es ilegal, aduce.
Una última pincelada al cuadro trágico de Esmeralda y su familia es que se ha quedado sin apoyo ni asesoría, afirma, porque en la oficina de la Procuraduría General de la República de Apopa le informaron que el abogado asignado al caso de su hijo renunció y el jefe de dicha unidad se negó a asignarle otro procurador, aduciendo que no ha recibido ninguna notificación del juzgado donde se lleva el proceso contra Alexis.