Las altas temperaturas están provocando que los peces y camarones busquen aguas más profundas en el océano, más frías, una situación que afecta a los pescadores artesanales de la costa salvadoreña.
En marzo, en varias ocasiones, el reporte del clima alerta de altas temperaturas que llegan o pasan los 40 grados Celsius. Según el informe del Observatorio del Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN, en el departamento de La Unión las temperaturas oscilan entre los 35 hasta los 38 grados C.
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En el caso de la zona costera, la columna de agua en el océano tiene estratificación de temperaturas, es decir que las temperaturas más calientes están en las aguas más superficiales y las más bajas o frías están en las aguas subyacentes, explica el biólogo Armando Navarrete.
Añadió que al límite que marca el estrato térmico caliente del océano con respecto al extracto de masa de agua fría, se le llama termoclina, y es en esa área donde se encuentra la mayor cantidad de peces porque ahí se desarrollan, entre otras cosas, la parte de la cadena alimenticia.
“Obviamente que la masa de agua caliente va a tener una mayor profundidad, entonces por consiguiente la termoclina va a quedar todavía más profunda, y los peces por lo general se van a desplazar hacia ese límite; límite que se ha vuelto dificultoso para la pesca artesanal porque los aparejos de pesca ya no llegan hasta ahí”, agregó Navarrete.
Como pescador artesanal del cantón Las Tunas, de la jurisdicción de Concha, Santos Quinteros ha trabajado bajo el sol y entre olas por tres décadas, sin embargo nota como en estos días el incremento de las temperaturas afecta más que en años anteriores.
“Entre más caliente sean las temperaturas más se escasean los recursos; eso nos afecta y se refleja en menos cantidades de capturas de los recursos pesqueros”, lamenta.
Un aproximado de 4,000 familias viven de la pesca en La Unión.
El martes pasado, la ONU advirtió que hay una “alta probabilidad” de que 2024 sea el año más cálido desde que hay registros. El año 2023 rompió un récord de calor y este se encamina a superarlo.
En la isla Conchaguita, del distrito de Meanguera del Golfo, la zona donde trabajan los pescadores artesanales “no es tan profunda” por ello los peces se van a otros lugares, explica Exequiel Fuentes González
“En el mar es donde se siente lo más caliente, cuando las temperaturas aumentan; la única diferencia es cuando está tirando vientos de cualquier lado entonces sentimos menos el calor”, dice Fuentes González.
El reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) expone que el año 2023 fue el más cálido de los 174 años que hay registros; y añade que temperatura media mundial cerca de la superficie estuvo 1,45°C por encima del nivel de referencia de la era preindustrial.
“El cambio climático va mucho más allá de las temperaturas. Lo que presenciamos en 2023, sobre todo en relación con el calentamiento de los océanos, el retroceso de los glaciares y la pérdida de hielo marino antártico sin precedentes, es motivo de especial preocupación”, manifiesta la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo.
Mariano Peñate, coordinador para El Salvador, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), advierte que las altas temperaturas tienen varios impactos en la seguridad alimentaria.
“Las altas temperaturas lo que afecta es primero la salud y el bienestar de las personas, después ya vemos como la crisis también del clima dispara otros elementos como el combustible y eso lleva al incremento de los precios de los alimentos, siendo que el país es casi netamente importador de muchas frutas y hortalizas eso hace que los precios se incrementen y entonces se reducen la capacidad de adquisición a las familias”, agrega Peñate.
Según el informe de la OMM, la cantidad de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda en el mundo pasó de 149 millones de personas antes de la pandemia de covid a 333 millones de personas en 2023.
Ganaderos del departamento de La Unión manifiestan que cada verano hay afectaciones para el rubro debido a que los terrenos se vuelven desérticos, no hay pastos para alimentar a los animales; situación que les obliga a comprar alimento que representan un alto costo, por lo que muchos optan por vender las reses ya que la pequeña economía familiar no les permite continuar con la sostenibilidad de sus hatos ganaderos.
Ana Julia Álvarez, líder comunal del caserío Candelaria de la Rompisión, del cantón Piedras Blancas, de Pasaquina, explica que a los agricultores y ganaderos se les terminó la poca reserva que tenían de pastos, los terrenos están secos y muchos están comprando las bolsas con harina para alimentar el ganado.
La secretaria general de la OMM es enfática al señalar que “la crisis climática es el desafío esencial al que se enfrenta la humanidad”, y este informe constituye una “alerta roja”, ya que registraron récord en “cada uno de los indicadores climáticos”.
Saulo, también, ha indicado in que el mundo nunca ha estado tan cerca, aunque de momento de forma temporal, del límite inferior de 1,5 °C del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático.