Como "llena media" ha sido catalogado el nivel de desbordamiento por las lluvias que ha alcanzado la laguna El Jocotal, en la zona baja del cantón El Borbollón, del distrito del El Tránsito, en el municipio de San Miguel Oeste.
Habitantes de la zona han indicado que son aproximadamente 3 metros y medio sobre el nivel natural en el que se mantiene y esa situación ha alcanzado ya al menos 22 viviendas y 136 familias las afectadas por la inundación, hasta el miércoles por la noche.
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Las personas en la zona se ven obligadas a trasladarse a través de canoas, sobre todo los pescadores, muchos de ellos esperan que bajen las aguas para poder salir de sus viviendas, pero en caso la situación colapse deberán evacuar.
Las familias, pese a que están acostumbradas a esa situación de todos los años, temen que una creciente repentina ingrese a las viviendas mientras ellos duermen, y consideran que de continuar las lluvias como han estado hasta este momento en el oriente del país, "la inundación subirá hasta la entrada del cantón como se ha registrado en años anteriores", dijo Abel Mendoza, lugareño.
Cuando es así, cada familia sube a la parte alta y se apoya de familiares y vecinos para refugiarse, porque hasta la fecha escuelas, iglesias ni casas comunales se han habilitado para dicho fin. Acuden al recurso con el que cuentan, pero a ello se suman otros problemas que arrastra consigo las inundaciones.
“El invierno nos ha azotado un poco fuerte y eso nos ha causado diferentes daños en varias partes. La laguna El Jocotal es una de las afectadas directamente por las descargas del Río Grande de San Miguel y por las lluvias, de esta manera ha causado problemas como contaminación del agua potable, la pesca artesanal, el comercio y la canasta básica de las familias”, explicó Víctor Rivera, líder comunitario.
En inviernos anteriores, los pobladores señalaron que han logrado solventar las necesidades básicas de los afectados a través de colectas con otras comunidades, para conseguir ropa y víveres, mientras que las instituciones del estado llegan solamente a verificar la zona y se van, señaló otra lugareña.
“Se afectan los pozos y las aguas de cañería están contaminadas y eso afecta a los niños sobre todo, a raíz de la situación pedimos a las instituciones que nos ayuden con agua potable, por lo menos un garrafón por familia, por la situación económica necesitamos la ayuda”, agregó don Víctor.
A pesar de las alertas naranja y roja decretadas en el país por las lluvias, los pescadores continúan sus actividades para subsistir, ellos aseguran que bajo sus protocolos de seguridad. Mario Rivas, por ejemplo, manifestó que parte desde las 5 de la mañana y sale cada día a la misma hora, para volver con pescado fresco.