“Las pérdidas que se han tenido son incalculables”, manifestó Salvador Pérez, síndico de la directiva de la comunidad Nueva Esperanza, municipio de Conchagua, La Unión.
Él ha visto que la mayoría de las milpas de los agricultores de la colonia fueron dañadas, muchas de esas cosechas estaban destinadas para el consumo en el hogar y para el comercio.
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“En la comunidad son 300 casas, una persona por familia se dedica al cultivo, los afectados sería un estimado de 100 agricultores y las pérdidas incalculables”, dijo Salvador.
La familia de Salvador usa parta de su cosecha de maíz para hacer tortillas y venderlas, tienen dos planchas que instalan cada día a orillas de la carretera que conduce de La Unión a Conchagua. Mayra Bautista y María Auxiliadora Coreas son las encargadas de hacer las tortillas. Ahí llegan sus clientes.
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Salvador, cursó en el 2021 el tercer año de Ingeniería Civil en una universidad privada en oriente, era beneficiado con una beca del programa de estudios de la municipalidad de Conchagua; pero este 2022 no siguió estudiando porque la administración municipal suspendió las becas.