A la familia de Carolina de Los Ángeles López vive difíciles momentos en El Cimarrón, junto a otras 14 familias del lugar, en La Libertad; pero a la falta de energía eléctrica, agua potable y calle, le suma la necesidad de materiales de construcción.
Las lluvias que azotaron esa zona de El Salvador a finales de junio derrumbaron más de la mitad de la casa donde vive. La estructura es de tierra y en medio tenía vara de bambú.
Recuerda Carolina que “la noche de la desgracia” ella se dedicaba a cocinar la cena y cómo pudo logró proteger al menor de sus hijos.
“Sentimos el viento muy fuerte, de allí vimos como la láminas salieron volando, solo le logré gritar al niño pequeño”, comentó la mujer, que debes en cuando trabaja de lavar y planchar.
Tras estar sin techo la casa, el agua llegó hasta las paredes y por la fragilidad de los materiales las paredes cedieron.
Algunos vecinos han regalado madera para comenzar a reforzar el techo pero no es suficiente.
“La ropa, los trastes y camas…, la mayoría de cosas se dañaron”, comentó Carolina.
La pareja de ella, Jaime Hernández, comentó que “por la situación” es difícil comprar materiales para volver a levantar lo que destrozó la lluvia.
Él trabaja de oficios varios y para tratar de recuperar el espacio debió pedir días libres, los mismos que le serán descontados.
“Ahorita estoy buscando los materiales que se puedan volver a usar, nuevos son imposibles de comprar, veremos cómo va quedando”, finalizó Jaime, mientras perforaba el suelo y se preparaba para colocar algunos maderos.