“Tengo 40 años, soy madre de tres hijos, entre ellos una niña. Empecé a pescar desde muy chiquita, porque soy hija de padres pescadores. En ese entonces lo hacía para el consumo pues la prioridad era estudiar. Me crié apoyando a mi padre en la pesca y en la agricultura también. Nosotros nos dedicamos a ambas cosas.
Después de sacar mi bachillerato, a los 19 años empecé a pescar con fines comerciales, saqué mi bachillerato gracias a una beca, y al empezar a pescar recibí muchas críticas. La verdad no me gusta recordarlo, aunque siento que ya lo superé, pero mucha gente decía ‘y esta para qué estudió, ¿para andar pescando?’, la gente se expresa así, pero, lo que no sabían es que a mí me encantaba y me encanta todavía.
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Este año yo he extrañado ir a pescar, desde este año me toca más trabajo de oficina, estoy apoyando a FECOPADES (Federación de Asociaciones Cooperativas Pesqueras Artesanales de El Salvador), desde donde estamos buscando mejorar las condiciones de las y los pescadores.
A los 22 años decidimos formar la cooperativa Navegadores de Güija, lideré la cooperativa donde la mayoría eran hombres, todo un reto para una mujer. En 2018 decidimos unirnos a FECOPADES porque estábamos sufriendo mucha marginación de parte de las organizaciones gubernamentales y si no nos unimos no hay fuerza.
En 2017 decidí seguir estudiando en línea, podía trabajar y estudiar, y el año pasado pude graduarme de la UES. Ahora en FECOPADES estoy liderando un proyecto financiado por la Fundación Interamericana. Estamos capacitando a la gente, ahorita llevamos un reto bastante fuerte con el tema de género, queremos crear el comité de mujeres, en esta zona tenemos 1,300 asociados de los cuales más de 500 son mujeres; buscamos conocer las necesidades de ellas en cada una de sus comunidades.
Otro de los retos que enfrentamos son las vedas, otros años nos han dado los paquetes de alimentos, pero este año, que hemos tenido 45 días entre mayo y junio de veda, no nos dieron nada, pese a que existe un fideicomiso por $800,000, que el gobierno debe depositar cada año, el cual será distribuido con $30,000 para cada cooperativa debidamente registrada.
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Lastimosamente uno o dos años creo que cumplieron con ese depósito, los demás años nos empezaron a depositar la mitad 400 mil dólares, luego 200 mil dólares, y con este gobierno hemos tenido el depósito más bajo de la historia. La respuesta es que no hay dinero. Para noviembre viene otra veda de 45 días, y los pescadores se ven en la necesidad de ingeniárselas para poder tener algo que comer ese tiempo”.