Más de 400 personas provenientes de diferentes puntos de San Salvador hicieron fila en las inmediaciones de la Dirección de Centro Penales, en la capital, para retirar la hoja de antecedentes penales, el miércoles pasado.
De acuerdo con comerciantes de la zona, en días previos a las vacaciones de Semana Santa, las filas no pasaban de cinco personas, sin embargo está semana los solicitantes incrementaron; dicho documento es utilizado principalmente como uno de los requisitos para tramitarla portación de armas o como parte de la documentación para acceder a un empleo.
El miércoles pasado, la primera persona que comenzó la fila llegó al filo de las 6:00 a.m, pese a que las oficinas inician la jornada a las 7:30 a.m.
Ese día, la fila se extendió por unos 327 metros, desde la entrada de las oficinas sobre la 19a. calle Poniente, contorneando la 5a avenida hasta prolongarse en la 34a. Avenida Norte.
Los solicitantes tuvieron que esperar un estimado de dos horas con 30 minutos.
Entre toda esa gente estaba Fernando, un joven de 21 años, que busca un nuevo empleo que le permita ganar un poco más de lo que gana en una ferretería en la capital.
La solvencia la necesita para presentarla a la empresa a la que quiere aplicar y demostrar que su historial penitenciario está limpio; según él esto le da confianza a las personas que lo contratarán.
No es la primera vez que Fernando llega a hacer la fila, pero ese día le tomó por sorpresa la cantidad de personas que estaban a la espera.
“Mi primer empleo fue como deliver; yo creo que uno rebuscando se encuentra un empleo, pero es difícil”, dice.
IMÁGENES: Una fila de más de 300 personas para pedir los antecedentes penales
Fernando estudia en la Universidad de El Salvador (UES) y con el empleo que tiene le permite mantenerse en el estudio de Mercadeo y dejar algo más para ayudar a su familia con las necesidades de la casa. Gana el mínimo y acceder a un empleo fue todo un reto.
“Como siempre he trabajado, casi siempre he llevado dos o tres materias. Hasta ahorita llevo 18 materias de 55”, comenta Fernando.
La tasa de desempleo en El Salvador ronda en un 9.5% en el 2021, según el Sexto Informe: Estado de la Región 2021, realizado por Programa Estado de la Nación. Esto coloca al país entre las cifras más altas de la región centroamericana.
Unos metros más adelante se encuentra otra joven, que decidió no decir su nombre, pero que explicó que le tomó por sorpresa el volumen de personas en la fila; al contrario de otras ocasiones en las que no ha enfrentado el inconveniente de esperar.
Ella sacó la solvencia para aplicar a una plaza en una farmacia, y opina que: “Sí, fue bastante difícil porque en El Salvador cuesta encontrar trabajo. A veces casi la mayoría de empresas no contratan sino es por cuello”.
Ambos entrevistados concuerda que las posibilidades de encontrar un empleo se vuelven más reducidas a pesar de tener un título universitario y deben de optar por empleos que no son afines a sus carreras.
Un estudio presentado por Fusades en 2020 explica que 33,609 jóvenes perdieron sus trabajos formales entre enero y mayo de ese mismo año como consecuencia a las restricciones en el marco de la pandemia por covid-19.
“Comercio, hoteles y restaurantes fue el sector más afectado en dicho período y, por sí mismo, este concentraba la tercera parte de la juventud ocupada en 2019”, expone el estudio.
Las dificultades del acceso a un empleo y la falta de ingresos provoca la exclusión de la juventud en el mercado laboral, lo que genera desanimo en la búsqueda de emplearse de manera activa.
“Menos oportunidades económicas representan un riesgo para motivar que más jóvenes salvadoreños abandonen el país”, expone Fusades.