Franklin Noé Hernández Hernández, jugador del Fuerte San Francisco, de la Segunda División del fútbol salvadoreño, recuperó su libertad el viernes anterior, según pudo constatar El Diario de Hoy.
En cuanto salió del “Penalito”, la cárcel hasta donde son trasladadas las personas que noche a noche son puestas en libertad, Franklin se deshizo de la calzoneta y camiseta blanca y se puso una camisa de una compañía de telefonía y un pantalón que le regalaron en el lugar, luego se retiró de la Calle Concepción, acompañado de familiares cercanos que llegaron a traerlo tras ser avisados de que saldría libre.
Franklin es un joven originario del caserío El Corralito, del municipio de Corinto, en el departamento de Morazán, que fue capturado arbitrariamente bajo el régimen de excepción, según denunciaron familiares y amigos.
La captura fue ejecutada el 22 de mayo de 2022 por agentes de la Policía Nacional Civil, mientras él se encontraba en su vivienda, en el caserío El Corralito, cantón Llano Grande, de Corinto.
De inmediato, la madre del joven futbolista y el club de fútbol, actualmente en la Segunda División, denunciaron el arresto como un hecho arbitrario.
“Su mayor vicio es el fútbol”
A pesar de las exhortaciones que hizo el club de fútbol y de las peticiones de la madre del joven, el gobierno salvadoreño lo mantuvo en prisión durante 355 días.
Franklin, según dijo su madre a un canal de televisión un día después del arresto, tenía como único vicio practicar fútbol.
En el comunicado que el Fuerte San Francisco emitió el día de la captura se detalla que el joven era un apasionado por ese deporte y que, a la fecha de la detención, tenía un contrato vigente con ese club.
Como Franklin, cientos de personas están en prisión tras ser capturadas luego de haber sido denunciadas de forma anónima, como supuestos miembros o colaboradores de grupos de pandillas.
Decenas de esas personas murieron mientras estaban en prisiones, tras recibir golpizas de custodios o de otros reos, o bien porque no recibieron los cuidados médicos o medicinas para tratarse enfermedades crónicas que padecían.
Liberan a empleado de CEPA
Entre las 16 personas que fueron liberadas el 12 de mayo anterior también está un joven originario de Ahuachapán, que a la fecha de su captura bajo el régimen de excepción, era empleado de una institución pública, según lo confirmó él mismo.
Este joven fue capturado el 9 de julio de 2022, según una publicación del Ministerio de Justicia y Seguridad que lo señaló como “peligroso pandillero”.
En esa ocasión, Gustavo Villatoro, titular de esa cartera de Estado, afirmó que el joven capturado pertenecía a la clica Acajutlas Locos Salvatruchas y que pasaría muchos años en prisión.
El viernes anterior, recuperó su libertad, tras pasar más de diez meses en prisión, acusado del delito de agrupaciones ilícitas. En una breve entrevista con El Diario de Hoy, dijo que todo se había tratado de un montaje.
Durante el régimen de excepción, que se aproxima a los 14 meses de vigencia, instituciones como la Policía Nacional Civil, el Ministerio de Seguridad y el Ministerio de Defensa, a través de sus redes sociales han señalado a muchas personas de pertenecer a grupos de pandillas sin tener mayores evidencias.
La captura en Soyapango de varios empleados de un restaurante que funciona en la zona turística del volcán de San Salvador y de una persona con discapacidad visual y amputado de ambos brazos (detenido dos veces en Quezaltepeque) son muestra de ello.
También entre los liberados el pasado viernes está una persona que a principios de diciembre de 2020 fue capturado por su presunta participación en una masacre en San Julián.
Aunque esa persona fue enviada a prisión preventiva en la audiencia inicial, junto a otros señalados de cometer cinco homicidios en una sola noche, entre estos un pandillero, no se pudo conocer si fue absuelto en el transcurso del proceso.