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Investigadores hallan amplia variabilidad genética del zancudo que transmite el dengue

A mayor variabilidad mayor complejidad para el control de la enfermedad, concluye el estudio desarrollado por expertos científicos de la UES.

Por Xiomara Alfaro | Ago 05, 2024- 06:00

Leonel Palomo, investigador asociado del Laboratorio de Biología Celular y Molecular, de la UES, junto al Ms.c. Miguel Moreno, docente investigador de la Escuela de Biología, lideraron esta investigación junto a otros experimentados científicos. Foto: Cortesía/ Leonel Palomo.

Investigadores de la Escuela de Biología, de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas, de la Universidad de El Salvador desarrollaron un estudio sobre la genética del Aedes Aegypti, el zancudo que transmite el virus del dengue y otras enfermedades como la fiebre amarilla, el Zika y Chikunguya.

Este concluye que existe una amplia variabilidad genética del vector en territorio salvadoreño lo que lo hace más resistente a insecticidas.

A mayor variabilidad, explica el biólogo Miguel Moreno, master en ciencias y docente investigador de la Escuela de Biología, mayor es la complejidad para combatir el vector.

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"Hemos hecho genética no solo del Aedes Aegypti sino que también del primo, Aedes Albopictus, ambos son transmisores de las enfermedades", expone el entrevistado.

Una larva de zancudo vistas al microscopio en el laboratorio de la UES. Foto: Cortesía/Leonel Moreno.

Desde 2018 se ha venido trabajando para tener una fotografía de la estructura genética de las poblaciones de estos mosquitos, puesto que aunque ambos son del mismo género tienen características distintas, añaden los expertos.

"El Aedes Aegypti es más domiciliar prefiere las pilas, el agua en recipientes en áreas domiciliares, en cambio el Aedes Albopictus es un poco más flexible,  el no solo prefiere agua limpia en áreas domiciliarias si no que también puede vivir de manera selvática por lo tanto al ser más flexible ecológicamente su control se dificulta un poco más", expone Moreno.

Y añade: El primero siempre se va a encontrar en las casas o sus alrededores, en tanto el segundo, transita de la selva al domicilio.

Leonel Palomo, biólogo, quien también lideró la investigación, señala que el Aedes Albopictus tiene capacidad para transmitir los mismos virus que el Aedes Eagypti, su diferencia es que todavía está adaptado a la zona silvestre.

"Todavía le gusta mucho dejar su huevecillos en los huecos de los árboles, en una flor, en ambientes naturales, pero también ya lo hemos identificado que está migrando y está cambiando sus hábitos, está llegando a las ciudades, es decir, ya se encuentran las pilas, en los criaderos, coexistiendo con su primo (Aedes Aegypti) y esto amplifica su papel como vector de enfermedades y le da una relevancia en términos de salud pública", apunta.

La investigación se desarrolló y continúa con el Aedes Albopictuc por un equipo de expertos investigadores, entre los que están el doctor especialista en entomología de vectores Miguel Moreno y el biólogo Leonel Palomo y la doctora Andrea Joyce, de la Universidad de California, entre otros expertos.


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El biologo Leonel Palomo se encuentra actualmente realizando una pasantía en la Universidad de California para especializarse en diferentes técnicas que permitirán dar seguimiento a la investigación, una de estas es respecto a la expresión de los genes de resistencia de los mosquitos a los insecticidas. Esto va a permitir evaluar cómo está respondiendo el zancudo a todo el combate vectorial que se le hace y por qué este es cada vez más resistente, explica Palomo. Foto: Cortesía/Leonel Palomo.

La genética del bicho no es parte integral del sistema de vigilancia, apuntan los expertos, no obstante; ven en esta un elemento importante para el control de enfermedades.

Moreno explica que es la genética la que condiciona la fisiología de los organismos; así como una persona puede estar predispuesta a padecer de alguna enfermedad o ser más susceptible o no al cambio de temperatura, a la lactosa... así también son los insectos, en este caso vectores transmisores de enfermedades a las personas.

En materia de control de estas enfermedades, añade conocer la genética de los estos bichos es importante dado que esta puede condicionar si son o no son susceptibles a los venenos con los que se combaten.
 

"Hay una relación directa entre genética y fisiología, en este caso genética y resistencia a insecticidas, por eso es importante conocer la genética de los insectos vectores de enfermedades", en tal sentido, y tomando en cuenta algunos factores,  añade Moreno no es lo mismo intentar controlar la población de estos mosquitos en San Miguel que controlar estas poblaciones en Chalatenango, porque genéticamente son diferentes, ejemplifica.

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En el caso del Aedes Aegypti hay una amplia variabilidad genética, es decir una amplia variación fisiológica, que vuelve al zancudo más susceptible a los insecticidas que se usan para su control.

"Hay una relación directa entre a mayor variabilidad, hay una mayor adaptabilidad de la especie como población", lo que se traduce en una basta resiliencia del insecto frente a factores, no solo ambientales, sino no también a aquellos que son creados por el humano, como los  insecticidas", añade el científico.

Por el contrario, en el Aedes Albopictus  hay poca variabilidad genética, es decir que existe poca capacidad de adaptabilidad del insecto frente a los efectos de un insecticida.

Una pupa de zancudo que estaba siendo preparada para ser observada en el microscopio electrónico de barrido del Centro de Investigación y Desarrollo en Salud - Censalud, de la UES. Foto: Cortesía/ Leonel Palomo

Captura de los mosquitos

La investigación se desarrolló en varias fases, desde la captura de los mosquitos, para lo que  un equipo de investigadores se traslada al campo para hacer la recolecta  de los bichos adultos, larvas, pupas o huevos los cuales son llevados al laboratorio donde se extrae el ADN-DNA genómico, para luego localizar un fragmento de todo ese DNA el cual se  amplifica mediante la técnica de PCR.

"Fuimos a recolectar las larvas en diferentes sitios que se definieron, tratando de abarcar distintas zonas del país, tratando de abarcar la variabilidad que hay a nivel de clima,  tenemos muestras como la de La Unión que está prácticamente fue colectada al nivel del mar, y también tenemos otras muestras que están por ejemplo Chalatenango y Cabañas que tienen una altura considerable sobre el nivel del mar. El objetivo era poder abarcar la variabilidad climática", explica Palomo.

Posterior a la colecta, las muestras se trasladaron hacia el insectario en el Laboratorio de Entomología de Vectores, donde fueron criadas las larvas y se alimentaron con comida para gatos hasta su adultez;  y posterior a eso se hizo una identificación taxonómica para verificar justamente que esas larvas pertenecían al mosquito de interés.

Una vez se clasifica taxonómicamente al insecto y los investigadores están seguros de estar frente a los bichos que quiere estudiar se pasa a la etapa de extracción de ADN. Posteriormente a este proceso los científicos usan métodos de agrupamiento en base a las similitudes entre los individuos.

"Así es como nosotros podemos decir que en El Salvador del Aedes Aegypti hay al menos tres grupos genéticamente diferentes; en Aedes albopictus tenemos muy poca variabilidad es un solo grupo", apunta.   

Para los biólogos estos resultados podrían cambiar la forma de combatir el dengue, de tal manera que usando estos datos comprobados científicamente surge la necesidad de analizar si hay una correlación directa entre la genética y la susceptibilidad a los plaguicidas, explica Moreno. 

"Si ya sabemos que en la parte del litoral de El Salvador hay un grupo genético que  claramente se distingue del resto de zonas en El Salvador,  entonces habría que hacer estudios de susceptibilidad a todo lo que actualmente se usa, ya sea deltametrina que es la que se usa para fumigar y el temefos (abate) que es lo que se coloca en pilas y barriles", acota. 

En ese sentido, añade desde hace una década se han publicado estudios que afirman que el temefos no es completamente efectivo para matar el zancudo, es por ello que desde el laboratorio de Biología Celular y Molecular de la UES también se estudian nuevas alternativas para un  control más efectivo de los vectores.

Para el biólogo que la población tome un rol protagónico en la prevención de enfermedades como el dengue es vital. Acciones como la "untadita" expone, son métodos muy eficaces.

Para el entrevistado, a nivel de salud pública se están desarrollando acciones muy buenas para combatir al zancudo transmisor del dengue, pero todavía faltan muchas más, reconoce que se han hecho intentos por querer cambiar a un sistema de control de la enfermedad más integral, que no solo depende del insecticida, sino que incluya estudios, como por ejemplo, de modelación matemática que prediga la aparición de brotes epidémicos.

"Desde la UES se está haciendo intentos por incluir métodos como este en los sistemas de vigilancia, claro esto requiere mucho trabajo, mucha inyección de recursos que casi siempre la universidad no tiene", apunta. 

Estos estudios de modelado se están haciendo no solo con dengue sino también con la enfermedad de Chagas, para ello, actualmente los investigadores participan en un concurso de cooperación internacional que se dedica a financiar estudios para la vigilancia genómica de patógenos.

"Si eso se logra (ganar el concurso) ya tendríamos el primer modelado para la zona del Trifinio, que compartimos con Guatemala y Honduras del riesgo de la transmisión de la enfermedad de Chagas", acota.

Para un mejor control del dengue, añade Moreno también se necesita que la población practique las medidas de prevención como el lavado constante de pilas y barriles, eliminar cualquier cúmulo de agua, un mejor tratamiento de la basura, así como colaborar con las acciones que se realizan a nivel de salud pública.


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