A Ebal Odir Flores, de 44 años, le cambió la vida de un momento a otro. Dejó de tener una vida normal y ya no pudo continuar su trabajo, en el área de estructuras metálicas, porque en diciembre pasado le detectaron insuficiencia renal crónica.
No tiene idea de porqué desarrolló la enfermedad pues siempre fue un hombre saludable; aunque señaló que días antes que su salud se complicó, decía que estaba “empachado” ya que al comer le generaba vómitos.
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Pero en diciembre se puso mal de salud y tuvieron que trasladarlo a un centro asistencial público, donde le diagnosticaron la enfermedad, tras una serie de exámenes que le practicaron.
Flores viaja desde el cantón Guayapa Abajo, en Jujutla, Ahuachapán, cada ocho días hacia un hospital público de Santa Ana donde le realizan hemodiálisis.
El ahuachapaneco relató que el procedimiento se lo realizan a través de un catéter que le han colocado en el cuello.
Sin embargo, señaló que este es muy propenso a que desarrolle bacterias debido a la humedad en dicha área del cuerpo cuando realiza alguna actividad.
Por ello, el deseo que tiene es que le coloquen un catéter en el brazo, lo que le permitiría, incluso, retomar parcialmente su vida laboral.
Flores contó que dicho catéter tiene un costo de $850, fondos con los que no cuenta debido a que él ha dejado de desempeñar su oficio.
Su esposa ha retomado los gastos del hogar por lo que se dedica a hacer limpieza en algunas casas y también realiza ventas de algunas comidas típicas que prepara por las tardes.
Lo poco que gana le sirve para el gasto de hogar. La pareja tiene dos hijos, que tienen 5 y 11 años.
“Ahí (en el hospital) no me han dicho de cambio; pero ya estuve ingresado en el hospital 28 días, por bacterias”, relató el ahuachapaneco.
Otras personas que llegan al centro asistencial le han comentado a Flores las ventajas que tiene el catéter en el brazo, una de ellas es que es menos propenso a adquirir bacterias, según relató.
Agregó que el hospital realiza este tipo de cambios; pero debe de solicitarlo y es un proceso largo para contar con una respuesta.
Las personas que deseen ayudar a Flores para reunir el dinero pueden comunicarse con él al número telefónico 7056 5711.
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“Sé que hay salvadoreños de buen corazón que nos pueden ayudar. Siento que media vez me pongan ese catéter en el brazo, yo voy a poder trabajar aunque sea despacio para traer el sustento de mis hijos; tengo dos hijos pequeños todavía que sacar adelante”, dijo.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que los signos y síntomas de la enfermedad renal crónica se desarrollan con el paso del tiempo y el daño renal suele avanzar lentamente.
Además que puede incluir náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, problemas de sueño, cambios en la producción de orina, disminución de la agudeza mental, espasmos musculares y calambres, hinchazón de pies y el tobillo y presión arterial alta.
Agregó que algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de enfermedad renal crónica son la diabetes, la presión arterial alta, enfermedades del corazón, el tabaquismo y la obesidad.
“Datos de la organización internacional sin ánimo de lucro World Kidney Day informan que el 10% de la población mundial padece enfermedad renal crónica, que, si no se trata, puede ser mortal. Además, la tasa de mortalidad por la enfermedad aumenta cada año. El vacío de conocimiento sobre la enfermedad renal crónica limita su lucha y aumenta la mortalidad asociada a ella”, indicó la OPS en un comunicado de marzo de este año publicado en el marco del Día Mundial del Riñón.