El pasado 18 de octubre la revista científica Cell publicó un estudio en el cual investigadores sugieren que cierto tipo de olores son un factor decisivo para que algunas personas sean más atractivas para los zancudos que otras.
Como muchos habrán notado, los zancudos no atacan a todos por igual. Los científicos han sabido que estos vectores se ven atraídas a las personas en proporciones distintas, pero han luchado para explicar que es lo que hace que unas “imanes de zancudos”, mientras otros están libres de picadas.
Cada persona tiene un perfil único de aroma formado por diferentes componentes químicos, y los investigadores descubrieron que los zancudos son atraídos por personas cuya piel produce altos niveles de ácidos carboxílicos. Además, los investigadores encontraros que el atractivo de esas personas para los zancudos permanece estable en el tiempo, independientemente de los cambios en la dieta o en los hábitos de aseo personal.
Leslie Vosshall, una neurobióloga y experta en mosquitos del Howard Hughes Medical Institute y de la Universidad Rockefeller es coautora del estudio. Ella afirma en un artículo en la revista Scientific American, que la idea de la investigación era que muchas personas se hacían la pregunta, ¿Por qué los zancudos me pican más a mí que a otros?
Este interés público es lo que llevó a Vosshall y a sus colegas a diseñar este estudio.
Hasta entonces, los científicos proponían algunas teorías para explicar el fenómeno. Algunos tenías la idea que las diferencias en los tipos de sangre deberían ser las culpables. No obstante, la evidencia era débil para esa relación.
Los investigadores empezaron a concordar alrededor de la teoría que el olor corporal debe ser uno de los principales culpables de dicha atracción, pero no habían sido capaces de confirmar cual es el olor específico que los zancudos prefieren.
Para responder esa pregunta, Vosshall y sus colegas reunieron a 64 participantes para el experimento. A todos les colocaron medias de nylon en los brazos y después de seis horas se les retiraban ya con el olor de cada individuo impregnado en la tela.
Los investigadores cortaron pedazos de medias y pusieron dos pedazos, provenientes de distintas personas, dentro de un contenedor cerrado lleno de hembras de zancudos Aedes aegypti, el transmisor del dengue, zika y el chikungunya. Cabe recalcar que son solo las hembras de los zancudos las que chupan sangre para producir huevos.
Repitieron el experimento durante meses para ver si los zancudos tenían mayor preferencia por unos que por otras muestras de tela. Al final, los científicos obtuvieron una clara prueba que algunas personas son más atractivas para el A. aegypti que otras. El sujeto número 33 resultó ser el que tenía el olor que más atraía a las hembras del zancudo. Su atractivo era tal que era cien veces mayor que el de los voluntarios del estudio número 19 y 28, los que resultaron ser los menos atrayentes.
Los investigadores analizaron los perfiles de los aromas de esos tres sujetos para ver que factor marcaba esa vasta diferencia. Descubrieron un patrón, los más atractivos tendían a producir mayores niveles de ácidos carboxílicos en su piel, mientras que los menos atractivos los producían menos.
Los humanos producimos ácidos carboxílicos que son parte de nuestro sebo. El sebo crea una capa aceitosa que cubre nuestra piel y ahí los ácidos carboxílicos ayudan a mantener nuestra piel húmeda y protegida. Los humanos producimos ácidos carboxílicos en un nivel mayor que la mayoría de animales, pero las cantidades varían de persona en persona. El nuevo estudio ha tenido muy pocos participantes para concluir que características personales hacen que alguien sea más propenso a tener altos niveles de ácidos carboxílicos y no existe una forma fácil de probar el nivel de estos ácidos fuera de un laboratorio.
Lo que sí es seguro, es que la piel mantiene relativamente un constante nivel de ácidos carboxílicos en el tiempo. Es decir, que el perfil aromático de cada persona es consistente. El estudio también sugiere que los zancudos pueden ser atraídos también por las bacterias en la piel cuando digieren los ácidos carbolíxicos que son parte de su dieta. Cambios en la alimentación de los participantes del estudio, que tipo de jabón usaron durante los experimentos, no parecen hacer diferencia. La propiedad de una persona de atraer zancudos permanece prácticamente igual toda la vida.
Esto no debería hacer perder la esperanza para los que sufren los ataques de estos insectos. El estudio puede ayudar a crear repelentes más efectivos en el futuro. El secreto podría estar en agregar nuevas bacterias al micro bioma ya existente en la piel para alterar el perfil aromático. Estos repelentes biológicos podrían aplicarse una vez y permanecer efectivos durante varios meses.
Pero hay una pregunta que persiste: ¿Por qué los zancudos aman el olor de los ácidos carbolíxicos o el olor de las bacterias que se alimentan de ellos? Los zancudos Aedes aegypti evolucionaron para picar específicamente a los humanos, posiblemente porque nosotros mantenemos contenedores con agua limpia cerca de donde vivimos y estos son lugares perfectos para su crianza. Así el A. Aegypti se convirtió extremadamente capaz de diferenciar el olor de los humanos del de otros animales.
Por el momento, el método más efectivo para combatirlos será destruir los criaderos de zancudos, usar mosquitero y repelentes tradicionales.