Las condiciones de pobreza y la falta de oportunidades de empleo en la zona rural obligó a Nolvia Vásquez a tomar la decisión de recorrer la peligrosa ruta migratoria hacia Estados Unidos, en busca de una vida mejor para ella y su familia.
Pero su sueño se vio frustrado cuando fue retornada a su país de origen luego de ser detenida en territorio estadounidense, mientras se desplazaba por el estado de Texas.
Nolvia explica que el retorno es uno de los momentos más tristes para una persona que desea migrar, debido a la frustración de ver sus sueños truncados y las deudas adquiridas para poder pagar el viaje.
"La parte más difícil es volver acá y venir sin nada, venir a lo mismo y hasta peor, porque uno tiene sus cosas y las vende o las empeña para ver de ir para allá. Es una gran decepción y uno se siente muy mal psicológicamente", manifiesta.
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Luego de enfrentar situaciones difíciles en el trayecto, Nolvia regresó a la Comunidad 14 de julio, un asentamiento rural localizado en la jurisdicción de Jiquilisco, en la que viven 410 personas, muchas de ellas en condición de extrema vulnerabilidad económica.
"La idea era llegar porque aquí no hay trabajo, aunque uno quiera trabajar no hay, uno se tiene que rebuscar a cómo uno puede, uno se va para Estados Unidos buscando una vida mejor. Ese camino no es fácil porque uno va arriesgándose la vida, hay momentos bien críticos, uno aguanta hambre y frío, para ver de estar allá y la desilusión que uno se lleva cuando lo regresan", se lamenta.
Como la mayoría de comunidades rurales en el país, en la 14 de julio sus habitantes carecen de la atención adecuada del Estado, hay carencia de servicios básicos, muchos de sus habitantes no cuentan con una vivienda digna y la atención en salud es precaria.
Por ello, sus residentes ven la migración como la única opción para suplir sus necesidades, pero no todos tienen la suerte de alcanzar el anhelado sueño de llegar a
Estados Unidos, al igual que Nolvia, en esa comunidad 42 personas han sido retornadas en los últimos años, según datos de Asociación Centro de integración Para Migrantes Trabajadores y Trabajadoras (Cimitra).
Comunidad migrante
Wendy Ponce, coordinadora del Departamento de desarrollo social y económico de Cimitra, explica que esa comunidad ha sido afectada históricamente por los procesos migratorios y está conformada por personas desplazadas internas.
Sus habitantes tuvieron que desplazarse debido a la Guerra de la 100 horas entre Honduras y El Salvador (1969) , luego tuvieron que huir por el conflicto armado interno (1980-1992) y hace unos 30 años regresaron al asentamiento y desde entonces luchan por su estabilidad
Ponce relata que luego de brindar apoyo a varias personas de for
ma individual, identificaron que había bastantes migrantes retornados en esa zona, por lo que decidieron intervenir con proyectos comunitarios enfocados en mujeres, niñas y adolescentes, en temas de formación en derechos humanos, prevención de violencia de género y cambio climático, como ejes transversales de migración. En el lugar viven 159 mujeres, 25 de ellas madres solteras.
"Hemos sentido un apoyo que no habíamos tenido, espero que por medio de ellos me den un capital semilla, en ese proceso estoy, también nos han ayudado porque han llevado un psicólogo y ahí nosotros podemos hablar de muchas cosas que muchas veces no podemos hablar con otras personas", dice Nolvia, al respecto del apoyo que han recibido en su localidad.
En la comunidad, la organización ha identificado muchas necesidades y problemáticas como:
difícil acceso, falta de legalización de tierras, algunas personas tienen dificultades con su documentación civil, y la falta de oportunidades de trabajo, tanto para hombres, como mujeres.
"Las personas solo trabajan en tiempo de cosechas, luego solo les queda la opción de cazar algunos animales silvestres y buscar leña para vender", señala.
Enfoque integral
Ana Mercedes López, directora de Cimitra, agrega que esa organización sin fines de lucro tiene como objetivo ayudar a las personas migrantes retornadas con un enfoque integral, incidiendo también en sus entornos. "No es solo darle la ayuda de emergencia, una canasta con alimentos, eso le va a resolver tres días, quizás un semana, pero y después ¿Qué pasa?" cuestiona.
López manifiesta que la atención y el acompañamiento a las personas que apoyan es a corto, mediano y largo plazo, por lo que no trabajan con grandes cantidades, porque los recursos son limitados.
Desde su fundación en mayo de 2019, Cimitra ha brindado apoyo psicosocial a 248 personas retornadas a nivel nacional y 120 han sido beneficiadas con becas productivas, en diferentes rubros de emprendimientos para mujeres.
Nolvia es una de las mujeres que ha estado recibiendo capacitación, porque sueña con tener su propio emprendimiento de venta de lácteos. "Mi idea de negocio es poner un puesto de lácteos, ojalá se me cumpla, por el momento estoy viviendo de lo poco que gano haciendo queso fresco, ese es el sustento que tenemos ahorita", manifiesta.
La directora de Cimitra detalla que otro de los problemas que enfrenta esta población al regresar a sus lugares de origen es la estigmatización y la discriminación, incluso, por personas de su misma comunidad.
"Hemos identificado que el papel de la comunidad y de la familia es clave, si la comunidad no está sensibilizada, sino tiene la información necesaria de quién y cómo sufre la persona retornada, cómo regresa, puede haber una actitud
de indiferencia ante el dolor y la condición emocional con la que retorna", enfatiza.
Asimismo, expone que en las comunidades siempre se ha tenido la mentalidad "de que la persona retornada o deportada es criminal", por ello considera importante detallar que según investigaciones, el porcentaje de personas que regresan con antecedentes crimi
nales o penales solamente es del 7%, el resto de las personas que regresan al país, su único "delito" es intentar buscar oportunidades de una vida diferente en otro país que no es el suyo.
Este año, las beneficiarias en esa comunidad del Oriente del país han recibido formación de derechos humanos, crianza positiva, migración y el manejo de iniciati
vas verdes, para minimizar las afectaciones del cambio climático, adquiriendo herramientas de cómo generar ingresos. Además, han realizado campañas de reforestación con el apoyo de otras instituciones.
"Lo que se busca con estas iniciativas es minimizar las afectaciones del cambio climático, dándoles a ellas herramientas de cómo generar ingresos con el tema de reducción y reutilización del plástico, es importante que ellas aprendan a reutilizar el plástico con un enfoque económico" asegura Ponce.
Las mujeres también han sido capacitadas en la elaboración artesanal de productos de limpieza, para generar ingresos económicos o para uso propio.
Por otra parte, las representantes de Cimitra relataron que tienen proyectos que salen de lo convencional, como la formación de diez mujeres en la reparación de bicicletas, aprovechando que en la zona este es un medio de transporte muy utilizado.
"Ellas están aprendiendo eso, para que en un futuro puedan poner su taller o apoyar a la comunidad con este servicio", expresó Ponce.
En el tema de convivencia comunitaria, la organización además ha impulsado la formación de equipos de fútbol de mujeres, quienes han tenido la oportunidad de participar en torneos fuera del municipio y dentro de la misma.
La coordinadora destaca que cada uno de los programas son realizados bajo el enfoque de género y se trabajó en la creación de una ru
ta de acceso a la justicia para abordar los casos de violencia basados en género, facilitando contactos de instituciones donde ellas pueden acudir sin ser revictimizadas.
