El edificio cinco del Mercado Central continúa cerrado y reforzado con láminas que cubren de la vista de los curiosos la destrucción que ocasionó el incendio, también se han cerrado algunos sectores aledaños.
Fuera del edificio, sobre la avenida 29 de Agosto y la 12 calle poniente, los vendedores han tomado espacios entre el resto de vendedores informales para iniciar de nuevo a trabajar.
María Amaya es una de las afectadas y relató cómo ella pudo ver de primera mano el inicio del incendio, el cual no se ha determinado cuál fue el origen de este incidente. En su puesto del edificio cinco vendía hortalizas y hoy, en horas de la mañana, estaba ubicada a un costado de una de las puertas del edificio, rodeada de canastos llenos de apio, rábano, chipilín, espinaca y otros. “Hay que rebuscarse para seguir saliendo adelante”, dijo.
A Amaya le preocupa la situación, pues aunque la alcaldía y las autoridades legales en conjunto hagan una inspección y recuento de daños, es algo exclusivo de la infraestructura, ella no tendrá por el momento alguna ayuda por parte de la institución, pues, por el momento tampoco hay propuestas concretas de reinstalo mientras inicia el proceso de reconstrucción del edificio.
Alrededor de ella hay otras vendedoras afectadas de lácteos, verduras, carnes, que al no saber qué es lo que destruyó el fuego, no saben cuánto perdieron. “Al menos yo calculo que unos $500 tengo en pérdidas”, dijo Amaya.
Girón Cruz se instaló a un lado de María, por hoy él se encargó de la venta de lácteos de su esposa que estaba ubicado en la zona del sótano. En una mesa pequeña puso pocas porciones de lácteos y tomates y en una silla diversos embutidos. Ellos tenían 20 años de vender en el local. “Por ahora esperamos que habiliten el mercado para reubicarnos”, dijo.
Por otro lado, otros vendedores que se encuentran con incertidumbre, son los que rodean el edificio cinco, pues han escuchado rumores que planean desalojarlos. Nancy Torto vende ropa nueva entre el edificio 6, 5 y 4. Hoy por la mañana se encontraba en su negocio, pero cerrado, pues estaba esperando una reunión programada por la alcaldía.
“Nací aquí en este mercado y poder tener un puesto significa el trabajo de toda una vida, por eso es difícil esta situación, la única ayuda que tenemos es la de nuestro trabajo”. Expresó la vendedora.
Los vendedores con locales destruidos aún esperan las propuestas de la alcaldía para continuar con su trabajo y poder rehacer sus negocios, mientras los vendedores con locales ubicados en sectores cerrados ruegan por el permiso para retirar el producto vencido y recuperar pertenencias.