La Iglesia Católica Centroamericana se pronunció ante el planteamiento del presidente Nayib Bukele para reactivar la explotación minera en el territorio, pese a que en El Salvador hay una prohibición total de esta actividad económica desde el 2017.
“Hacemos un llamado urgente a los gobiernos para que adopten las políticas responsables y sostenibles que respeten la dignidad de los pueblos, la casa común y que no permitan la explotación minera”, reza un comunicado dirigido por el Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), al finalizar la Asamblea anual, que se llevó a cabo en San Salvador.
El pasado 27 de noviembre el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, señaló a través de su cuenta de X, que El Salvador tiene potenciales depósitos de oro, argumentando que “Dios colocó un gigantesco tesoro bajo nuestros pies”.
Bukele hizo referencia a los yacimientos ubicados en la zona longitudinal norte del territorio cómo una posibilidad de mejora para la economía local al ser explotados.
Reiteran los impactos negativos de la minería al medio ambiente
“Es necesario priorizar la vida humana y el medio ambiente sobre los intereses económicos que perpetúan el daño social y ecológico”, señala el comunicado de SEDAC, recalcando la importancia de respetar los acuerdos alcanzados en el primer tratado regional de América Latina, de Escazú Costa Rica en el cual se promueve el derecho de forma oportuna y eficiente a la información ambiental, participación ciudadana y acceso a justicia en asuntos ambientales, así como la seguridad de ambientalistas.
“Reconocemos que el deterioro ambiental y la explotación minera en nuestra región está afectando gravemente a nuestros pueblos y la creación de Dios. Las comunidades especialmente las más vulnerables, sufren los efectos devastadores de esta crisis ecológica”, señala el comunicado.
También expresa: “cómo Iglesia Católica reafirmamos nuestro compromiso con el cuidado de la casa común, tal como lo expresa el Papa Francisco en Laudato Si (carta solemne en la cual el sumo pontífice se dirigió a los fieles de la iglesia para cuidar de la casa común o medio que nos rodea llamando a actuar con cuidado y responsabilidad)”.
Al igual que ambientalistas y expertos en el tema recalcaron que es fundamental la conservación de la biodiversidad y los recursos naturales, “dado que la región cuenta con una rica biodiversidad biológica que es vital para la cultura como para la economía”, señaló el Secretariado Episcopal.
Tema de minería se debe abordar de manera "menos ideologizada", afirmó Ulloa
Rol de la iglesia católica contra la minería
En el 2017 la Iglesia Católica salvadoreña jugó un papel fundamental tras convocar a los fieles para marchar en las principales calles de San Salvador, exigiendo a la Asamblea Legislativa una Ley que prohibiera la explotación minera en el país.
Grupos ambientalistas, la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica y otras organizaciones se sumaron al llamado, reuniendo aproximadamente 2,000 personas que marcharon hasta la Asamblea, donde fueron recibidos por diputados de diferentes fracciones.
También, el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, presentó un anteproyecto de Ley con el objetivo de prohibir la minería y proteger las zonas naturales del daño irreparable que causa la extracción del oro sumando a esto se entregó un documento con más de 33 mil firmas de personas en contra de la explotación minera.
Con 70 votos a favor la Asamblea aprobó una Ley que prohíbe la minería metálica en el territorio salvadoreño desde el 29 de marzo de 2017, para proteger los mantos acuíferos y el suelo de los contaminantes químicos utilizados para separar el oro de otros minerales, químicos que no desaparecen del entorno.
“Diferentes investigaciones científicas han demostrado que la minería metálica es inviable en El Salvador por las condiciones ambientales y geológicas que posee el país: es altamente sísmico, posee alta densidad poblacional y lo más grave es que genera contaminación de los ríos”, detalló la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica a través de un comunicado.