El Instituto Internacional de Estadística ISI y la Asociación Internacional de Estadísticas Oficiales IAOS prevén que la credibilidad de El Salvador en el manejo de estadísticas se verá afectada por la decisión del gobierno de disolver a la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC) y trasladar sus funciones al Banco Central de Reserva (BCR).
“Si bien apoyamos mucho los esfuerzos de modernización de las estadísticas y somos conscientes de que su organización y gobernanza dependen de las circunstancias nacionales, nos preocupan los riesgos que, de no gestionarse adecuadamente, podrían perjudicar el cumplimiento de las tareas en beneficio de El Salvador y perjudicar la reputación de las estadísticas tanto en El Salvador como a nivel internacional”, publicó el Consejo Asesor de ISI sobre Ética, este 19 de agosto de 2022.
Señalan su grave preocupación por los riesgos que implica el haber transferido la responsabilidad de los datos estadísticos al BCR.
Ante esta situación, el Instituto se pone a la disposición del gobierno de El Salvador para recomendar y asesoramiento técnico de cuales deben ser los criterios a seguir para procurar la independencia, fuera de la influencia política de la información estadística.
En primer lugar, sugieren que la Oficina Nacional de Estadística, ahora un departamento del Banco Central, debe ser administrada por una persona con un perfil estadístico adecuado.
Además, que su uso no debe ser para fines políticos, administrativos o no estadísticos del BCR, por lo tanto, sugieren que se deben tomar medidas organizativas, técnicas y legales para construir un corta fuegos para proteger la confidencialidad de los micro datos.
“Como podría este objetivo esencial ser cumplido si la estadística es una subtarea del Banco Central con los inevitables conflictos de intereses entre las estadísticas y la política del Banco Central que surgirán en el futuro? Debería introducirse un acuerdo acordado en la legislación estadística para delinear el procedimiento que se aplicaría de forma independiente para permitir una evaluación periódica de si las estadísticas se han producido de acuerdo con los
criterios de calidad y los principios de las buenas estadísticas públicas y en qué medida”, recomiendan.
Identifican que hacer del BCR también una oficina de estadística como una tarea secundaria, es muy inusual en el sistema estadístico internacional y plantea inquietudes.
Al respecto, observan que el Banco Central de Reserva se fija en las estadísticas macroeconómicas, como las Cuentas Nacionales, sin embargo, esta competencia específica tiene poca relevancia para el desempeño profesional de las tareas de estadística pública fuera del estrecho espectro macroeconómico del programa estadístico, especialmente para las estadísticas de población, sociales y de hogares.
“La decisión sobre el programa estadístico y su implementación se delega en la Junta Directiva del Banco. Nos preguntamos cuáles serán las consecuencias de la priorización en el programa bajo limitaciones estrechas si así lo decide el Banco Central, institución cuyas tareas y posición política se centran en la política económica. La exigencia de estadísticas en beneficio de toda la población, que formula la ley, parece difícil de conciliar con esta decisión”, subrayan.