David Ernesto Juárez Ávila, de 46 años, salió en una patrulla de la comunidad San Luis 3, San Salvador, y regresó en un ataúd gris. El hombre murió en el interior de una ambulancia cuando era trasladado al hospital Zacamil, luego de permanecer preso 17 días en el penal de Mariona.
Ávila fue detenido el 21 de abril a eso de las 4:30 de la tarde por el delito de agrupaciones ilícitas, según la PNC, pero la familia desmiente que haya tenido algún vínculo con las pandillas.
El día de su detención, regresaba de la unidad de salud por la curación de uno de sus pies y, al llegar a su vivienda, un agente de la PNC le solicitó el DUI. Este lo revisó y constato que todo estaba en orden, por lo que le devolvió el documento de él a su cuñada, que se encontraba con él en ese momento.
Pasó media hora y el agente volvió. Le solicitó a Ávila que lo acompañara únicamente para hablar, pero, al salir del pasaje, ya se encontraba una carro policial custodiando a otros detenidos. David Ernesto subió a la patrulla por órdenes de la PNC y ese fue la ultima vez que los familiares lo vieron con vida.
“Lo engañaron, porque a él le dijeron ‘vamos a platicar con usted’, se lo llevaron y ya estando en la calle lo subieron a la patrulla”, confirmó Alejandro Antonio Juárez Ávila, hermano menor de la víctima.
Alejandro -con sus ojos llorosos- relata que se movilizó para la delegación policial San Salvador poniente en la colonia Escalón, ya que de ahí eran los policías que realizaron el procedimiento.
Al llegar, le manifestaron que si el detenido no tenia ningún ilícito este quedaría en libertad a los 15 días. A David Ernesto lo trasladaron a las bartolinas “El Penalito” y luego al penal de Mariona.
En la ventanilla de información, la familia insistió a un agente policial que el detenido necesitaba sus medicamentos, pero las palabras cayeron al vacío.
La familia recordó que el agente respondió que “no te preocupes, aquí hay médico y aquí hay medicinas, aquí te lo van a atender”.
Pasaron 17 días desde que fue capturado sin tener ninguna información, hasta que personal de una funeraria llegó a tocar su puerta para informar a su familia que David Ernesto había fallecido en una ambulancia, camino al hospital.
“Estaba custodiado, porque dijeron que si era un paro cardíaco el hombre iba a regresar (revivir) y se les iba a escapar, eso dijo el policía en la puerta del hospital”, aseguró el hermano.
Agregó que el aviso de la muerte tenían que realizarlo los mismo policías que se lo llevaron y no los funerarios.
“Hemos sido victimas del régimen, pero hubiesen tenido el humanismo de darle el medicamento, porque él estuviera vivo aunque sea encerrado. Y luego demostrar con pruebas que él pertenecía a un grupo de delincuentes, pero hasta la fecha no sabemos nada de nada, simplemente que ya está muerto”, mencionó.
Juana Juárez Pérez, de 79 años y madre de la víctima, denunció que policías llegaron nuevamente a su casa para revisarla, alegando que un supuesto hombre con camisa roja se había corrido y que posiblemente estaba escondido en medio de la velación. “Uno se metió a la comunal y llegó a ver el ataúd, quizás pensó que ahí se estaba escondiendo el delincuente”, expresó.
Ávila fue enterrado en el cementerio la Bermeja, acompañado de familia y amistades cercanas. Minutos antes de darle sepultura elevaron una oración al cielo por el descanso eterno y consolación para los dolientes.
“Él (Bukele) no sufre porque esta bien cuidado, nosotros lastimosamente somos pobres, no tenemos la culpa de vivir en una comunidad, él (Bukele) como vive en una residencial tiene dinero para pagar”, dijeron los vecinos, mientras observan el ataúd.
Un agente de la PNC de la delegación San Salvador poniente, frente al complejo Educativo Concha Viuda de Escalón, confirmó que la detención de Ávila fue por agrupaciones ilícitas, pero que dijo que no era el encargado de dar explicaciones. En esa delegación son conscientes de la enfermedad que presentaba el detenido.
“No podemos confirmar nada, únicamente el captor es el que asegura de la información. Uno lo entrega y sale de la responsabilidad de los que lo resguardan la salud de él. En esa transición que lo llevaron ahí habrá sido la falla”, dijo un policía.
También expresó que la responsabilidad en estos casos cae en la seguridad del penal, “cuando a mí me reciben el detenido mi responsabilidad terminó, ya es responsable el que lo tiene en su resguardo, el jefe de bartolinas o el penal”, confirmó.
Según el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, del 26 de marzo hasta el 8 de mayo hay 26, 755 capturados en régimen de excepción; 23,311 son hombres y 3,444 son mujeres. Entre estas detenciones ha habido 10 u 11 muertes.