Jackeline estaba emocionada porque el martes le tomarían la fotografía de graduación de kinder a su hija más pequeña. Así lo describen sus hijas mayores, al recordar la última vez que hablaron con ella.
El lunes 26 de septiembre, pasadas las 7:00 de la noche, sus hijas mayores le recordaron a través de un mensaje de WhatsApp que al día siguiente tenía que llevar a la niña al centro escolar por la mañana, a lo cual ella respondió que la llevaría.
Esa fue la última conversación que Jackeline tuvo con sus hijas, luego de eso no volvió a recibir los mensajes ni las llamadas que ellas le hicieron en reiteradas ocasiones, cuando ya no regresó a casa.
Dos horas después de esa última conversación, la joven madre de 33 años fue asesinada a sangre fría. El único sospechoso del feminicidio es su expareja, según las investigaciones preliminares.
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El hombre identificado como Rafael Morales tenía la orden de un juzgado de no acercarse a Jackeline, por la constante violencia ejercida contra ella, relataron los parientes de la víctima.
Pero el feminicidio de Jackeline Esmeralda Vichez Sosa a manos de su expareja fue el final de un ciclo de violencia en el que hubo gritos y golpes.
La madre de cuatro niñas, de entre los 6 y 17 años, decidió denunciar al agresor hace aproximadamente dos años atrás, cuando el hombre le propinó una golpiza e incluso golpeó a las dos niñas mayores, relatan los vecinos de la lotificación San Francisco, cantón Los Zacatillos, en el municipio de San Juan Nonualco.
A pesar de que Rafael tenía prohibido acercarse a Jackeline, de vez en cuando, los vecinos lo veían merodeando la vivienda.
Jackeline estaba desempleada desde que finalizó un proyecto de Fomilenio en el departamento de La Paz, por eso el lunes cuando dijo que saldría porque le habían llamado de un trabajo, nadie sospechó que algo malo pasaría.
Lo único extraño que percibió una de sus hijas es que, antes de salir, ella recibió una llamada que la hizo llorar.
La señora fue por una de las niñas a la escuela cercana, luego la pasó dejando en la casa y salió de nuevo. Esa es la última vez que sus cuatro hijas la verían con vida.
Según el reporte policial, cerca de las 9:30 de la noche, residentes de la lotificación Miraflores, en San Luis Talpa, escucharon gritos de una mujer pidiendo auxilio, por lo que llamaron al sistema de emergencias del 911.
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Los vecinos se armaron de valor y rodearon al atacante mientras llegaba la policía. Cuando llegaron los agentes lo persiguieron, pero este se fugó debido a lo escabroso de la zona.
En el mismo lugar, dentro de una pila fue encontrado el cadáver de Jackeline, el cual presentaba múltiples lesiones en la cabeza y el rostro.
Un día después el principal sospechoso, que es conocido como ex veterano de guerra, fue capturado en la casa de un familiar donde se había escondido, en una zona de manglares en el municipio de San Luis La Herradura. La Policía informó sobre su captura a través de una publicación en Twitter.
Cuatro niñas sin su madre
La tarde del miércoles fueron sepultados los restos de Jackeline, previo a una misa de cuerpo presente en la iglesia de la localidad.
Sus hijas colocaron un emotivo mensaje sobre el ataúd en el que se leía: “Te amamos mamá”. El mensaje fue acompañado de una gran cantidad de flores, que conocidos y familiares llevaron como muestra de condolencias ante el asesinato de la joven.
El futuro de las cuatro niñas, de 6 a 17 años que solo vivían con su madre, es incierto; sobre todo porque debido a que Jackeline no tuvo trabajo en los últimos meses enfrentaban dificultades económicas.
Además, temen perder la vivienda que su madre construyó con mucho esfuerzo, debido a que en el último año ella no había podido pagar la cuota a la empresa lotificadora.
Dos días después del feminicidio de su madre, ninguna institución gubernamental se ha presentado para brindar a las niñas los primeros auxilios psicológicos y, mucho menos, ayuda económica.
Si usted desea brindar algún tipo de ayuda a las niñas puede llamar al 7441-1716.