Las hermanas Arisbelkis y Daniela, de apellido Valdez Rosario, emprendieron su viaje hacia Estados Unidos de manera ilegal el 11 de mayo de este año. Dos días después, ambas murieron, al parecer, víctimas de envenenamiento, según fuentes de este Diario, que pidieron no ser identificadas por temor.
El 13 de mayo en la tarde, el cuerpo de Arisbelkis fue encontrado en un terreno privado, inmediato al río Cusmapa, que sirve de frontera natural entre El Salvador (distrito de San Antonio Pajonal) y Guatemala (municipio de Asunción Mita). De inmediato, las autoridades salvadoreñas determinaron que se trataba de un homicidio. Al día siguiente, la Policía Nacional Civil (PNC) afirmó que la muerte de la extranjera posiblemente tuvo como móvil un ajuste de cuentas.
“El caso podría tratarse de un ajuste de cuentas, se sigue investigando para dar con los responsables”, informó la policía el 14 de mayo en su cuenta de X. Además, a la mujer le encontraron un teléfono iPhone y $6,500 en efectivo.
Arisbelkis no viajaba sola, sino con una hermana, Daniela, y su hijo de dos años.
Los tres eran originarios de República Dominicana y habían ingresado a El Salvador, a través del Aeropuerto Monseñor Romero, como turistas, un ardid que usan muchos extranjeros (en su mayoría sudamericanos) que pretenden entrar ilegalmente a Estados Unidos.
Posteriormente, se supo que Daniela también estaba muerta; falleció mientras recibía atención médica en un hospital de Guatemala. El niño de dos años fue tomado en custodia por autoridades del vecino país y luego entregado a la madre de ambas víctimas, quien viajó a El Salvador y a Guatemala para repatriar los cuerpos de sus hijas.
¿Envenenadas?
De acuerdo con fuentes de ese Diario, las hermanas Valdez Rosario cruzaron hacia Guatemala por un paso fronterizo no autorizado, conocido como Las Pozas, nombre de un caserío del cantón El Ángel, del distrito de San Antonio Pajonal.
Lee también: Corrupción y pocos recursos favorecen tráfico irregular de extranjeros a Estados Unidos
Vieron pasar a un grupo de migrantes, de los que suelen pasar todos los días a cualquier hora, guiados por jóvenes que se dedican exclusivamente a ese menester, aseguran.
En un primer momento, la PNC salvadoreña hizo una redada en el caserío Las Pozas, capturando a seis o siete jóvenes como sospechosos de la muerte de la dominicana, pero días después todos recobraron su libertad porque, al parecer, no tenían nada que ver, pues se asegura que Arisbelkis murió cuando ya estaban en Guatemala, en un lugar conocido como El Húmedo, a unos 15 minutos a pie de donde hallaron su cadáver.
Según los informantes, fueron personas guatemaltecas las que regresaron con el cadáver a abandonarlo en territorio salvadoreño, posiblemente porque sabían que en territorio salvadoreño las habían envenenado.
Los lugareños descartan el detalle que se difundió en redes sociales y algunos periódicos, acerca de que la mujer había caído de un camión donde se transportaba.
Daniela, por su parte, fue llevada a una unidad de salud de Guatemala pero su estado era tan mal que no los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
Medios dominicanos reportan que ambas habían emprendido el viaje desde su pueblo natal debido a que habían recibido amenazas de personas desconocidas en su pueblo natal, el distrito municipal de Sabana del Puerto-Jima en Bonao, provincia Monseñor Nouel.
Te puede interesar: El Salvador es un paso fácil para extranjeros rumbo a Estados Unidos
Daniela realizaba estudios para convertirse en auxiliar de vuelo a la vez que con Arisbelkis tenían dos supermercados en la zona de Punta Cana, según datos aportados por familiares a medios dominicanos.
Detenidas 16 horas en Migración
Al llegar a El Salvador, ambas jóvenes y el niño fueron detenidos durante 16 horas por autoridades migratorias. La última vez que tuvieron comunicación con sus familiares fue el domingo a las 2:00 p.m.
Un día después, el 13 de mayo, la familia recibió una llamada del traficante de personas que estaba llevándolas a Estados Unidos, diciéndoles que las dos mujeres habían muerto.
Nayelys Valdez, hermana de las víctimas, dijo a medios dominicanos que el coyote les aseguró que habían muerto debido a “una intoxicación con algo que comieron y les cayó mal”.
Desde el 14 de mayo que la PNC reportó el caso de Arisbelkis y dijo que se investigaba un posible ajuste de cuentas como móvil del crimen, no ha vuelto a informar públicamente de los avances de la investigación.
Piden investigar muerte de anciano
En otro hecho, familiares de Elías Orellana, de 77 años, señalaron que al parecer las autoridades salvadoreñas no están haciendo nada por investigar la muerte del anciano, quien desapareció el 23 de diciembre de 2023. El último lugar donde lo vieron con vida fue en el caserío El Shiste, del cantón San Jerónimo, del entonces municipio de Metapán, departamento de Santa Ana.
El cuerpo de Elías fue encontrado el 5 de enero de este año, en el fondo de una barranca del caserío El Shiste, un lugar de difícil acceso, según los parientes de la víctima, quienes detallaron que militares que participaron en la custodia de la escena, difícilmente podría haber bajado.
"Unos soldados nos dijeron que a ellos les había costado bajar hasta donde estaba el cuerpo y que les parecía imposible que él (Elías) hubiese bajado por sí mismo hasta el fondo del barranco", afirmó un familiar del anciano, quien pidió a las autoridades salvadoreñas, investigar el caso, ya que tienen fuertes sospechas de que pudo haber sido asesinado.
Los parientes de Elías dijeron que el cadáver fue reconocido legalmente por la Fiscalía General de la República y el Instituto de Medicina Legal, el 6 de enero, pero se los entregaron a mediados de marzo, pues tuvieron que hacerle exámenes genéticos para estar seguros de la identidad.
Hasta la fecha, afirmaron, nadie de la familia ha sido entrevistado por investigadores o fiscales; tampoco han indagado con pobladores de El Shiste, un caserío que Elías frecuentaba y que fue donde lo vieron con vida por última vez.