En El Salvador, las desapariciones de personas aún persisten, a pesar de que el discurso oficial reitera que las pandillas han sido desarticuladas y que el Plan Control Territorial funciona para mantener a raya los homicidios.
Jonattan Hazael Chávez, de 28 años, es una de las recientes víctimas de desaparición de personas, cuyos cadáveres son enterrados en fosas o cementerios clandestinos. El cuerpo de este joven fue encontrado al interior de un pozo, a pocos metros de dónde él advirtió que lo querían matar, según familiares cercanos.
El pasado 14 de junio, autoridades policiales y fiscales, con la ayuda de elementos del Cuerpo de Bomberos, recuperaron el cadáver de un hombre, que estaba al interior de un pozo en el barrio San Francisco, en el municipio de El Tránsito, departamento de San Miguel.
De acuerdo con fuentes policiales y familiares de la víctima, este fue reconocido por sus familiares, a través de la vestimenta y otros detalles físicos. Esto último fue confirmado por Miguel Chávez, padre del joven, quien residía en el barrio Concepción, siempre de El Tránsito.
Hazel tenía un mes de haber desaparecido. El 16 de mayo fue la última vez que lo vieron con vida, un poco cerca de donde residía. Lo vieron que iba con otro hombre, vecino de El Tránsito, a bordo de una motocicleta.
De acuerdo con personas vinculadas al caso, mientras se lo vio con el hombre de la motocicleta, Hazael tuvo tiempo de decirle a una persona, que lo querían matar o que lo iban a matar.
Después de eso no se supo nada más del joven. Mientras tanto, sus padres emprendieron su búsqueda por varias partes del oriente salvadoreño. Anduvieron pegando afiches y pusieron la respectiva denuncia en la Policía Nacional Civil (PNC).
La policía comenzó las investigaciones y en el desarrollo de las mismas entrevistaron varios testigos que permitieron la captura de algunos sospechosos. Además, el aparato telefónico de Hazael fue encontrado en una vivienda a pocas cuadras del pozo donde fue ocultado su cadáver.
El pasado 14 de junio, a la medianoche, la PNC reportó el homicidio de Hazael, sin detallar el nombre de la víctima. Solo indicó que en El Tránsito, San Miguel, se había encontrado un cadáver en descomposición y que los responsables del crimen ya habían sido capturados.
De acuerdo con familiares, aún no se ha establecido cómo mataron a Hazael. En un principio, cuando el cadáver fue recuperado, Bomberos y policías dijeron que tenía dos disparos en la cabeza. Sin embargo, en el Instituto de Medicina Legal (IML) desmintieron esa afirmación, por lo que aún no se sabe cómo lo mataron.
El cuerpo del joven aún no ha sido entregado a los familiares, a pesar de que éstos afirman estar seguros de que se trata de Hazael. La Fiscalía ordenó que se le practique pruebas genéticas al cadáver y, una vez se compruebe la identidad, se procederá a entregarlo a los familiares.
En el IML dijeron a los familiares de Hazael que los resultados de la prueba genética podría demorar entre uno y dos meses.
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De acuerdo con Miguel, el padre de Hazael, su hijo trabajaba como conductor de un camión en el que entregaba ladrillos y otros materiales de construcción y nunca había tenido problemas con la justicia, es decir, no tenía antecedentes policiales ni penales.
Hazael tenía dos hijos, una niña de cuatro años y un niño de dos, afirmaron familiares, quienes aún no saben cuál fue el motivo para que lo asesinaran.
En este caso, el cadáver, según fuentes policiales, fue encontrado porque uno de los responsables indicó dónde habían ocultado el cuerpo.
En otros casos, como el de Carlos Ernesto Santos Abarca, la familia no tiene ninguna pista de qué ocurrió con él. Este joven fue reportado como desaparecido en enero de 2022 y hasta el momento las autoridades no han sido capaces de encontrarlo ni vivo ni muerto.