En la última sesión plenaria, Claudia Ortiz fue particularmente crítica de una serie de decretos aprobados que trasladaron fondos entre partidas del Estado y avalaron más endeudamiento.
En la plenaria, afirmó que “hoy sí se saltaron la barda” con la irresponsabilidad fiscal y señaló medidas poco congruentes como darle $12 millones a hospitales y $27 millones más a la Presidencia. El Diario de Hoy conversó con Ortiz y esto fue lo que dijo sobre el manejo de recursos del Estado.
Casi al final de la plenaria acusaste al oficialismo de tener un “relajo” en las finanzas públicas y que hoy sí se habían saltado la barda. ¿A qué te referías con eso?
Hemos vuelto a ver esa práctica de aprobar grandes cantidades de deuda sin discusión y con dispensa de trámite. Además hicieron cambios en el presupuesto en una comisión de Hacienda exprés que sesionó rápidamente mientras se estaba realizando la plenaria. Prácticamente solo leyeron la pieza, no hubo discusión y se aprobó rapidísimo.
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Pero eso es una práctica normal. ¿Por qué ahora te parece peor?
Porque la situación de las finanzas públicas es peor y porque en lugar de tomar acciones para corregir el rumbo de lo que nos está pasando, que es un alto endeudamiento, insostenibilidad de la deuda y alto riesgo país, seguimos cavando nuestra propia debacle financiera como Estado.
¿Qué te pareció peligroso o poco discutido de la última plenaria?
La aprobación en primera vuelta de un préstamo del BID con dispensa de trámite por $106 millones para turismo. No dudo que el tema de turismo es importante y puede ser estratégico para la economía del país, pero se aprobó sin tomar en cuenta y conocer más detalles.
Luego aprueban la segunda vuelta de un préstamo de $75 millones con el CAF. El problema ahí además de que se aprueba con dispensa de trámite es que la segunda vuelta es una semana después de la de la primera vuelta, el martes pasado. Y el préstamo del CAF tiene condiciones que considero no son tan favorables para el país, es deuda más cara o con comisiones que no ves en otro tipo de esquemas.
Además, dice el decreto dice que Hacienda lo podrá usar para necesidades o para prioridades estratégicas del Estado. En la práctica va a entrar la deuda para lo que Hacienda decida y no queda establecido qué es.
Y luego tienes los 426 millones de dólares que fueron autorizados por dispensa de trámite también para la emisión de títulos valores sin explicarte por qué o para qué.
Una crítica constante de la oposición es el abuso de las dispensas de trámite. Para darle claridad al ciudadano, ¿qué es lo que critican?
La dispensa de trámite es una excepción que da el Reglamento Interior de la Asamblea a los diputados por si hay una situación de emergencia que tiene que verse en ese momento y si no, habría consecuencias graves para el país.
El abuso de la dispensa de trámite consiste en que este mecanismo se ocupa para cosas que deberían pasar por comisión para un estudio más detallado. Ellos meten las piezas en medio de la plenaria y no da tiempo de que la ciudadanía lo conozca o que la oposición lo conozca a profundidad y podamos aportar. Solo nos queda hacer ver que se está tomando una decisión de algo muy importante sin mayor estudio.
En la última plenaria, la Comisión de Hacienda sesionó por seis minutos y bajó con un dictamen que luego se aprobó. ¿Te parece responsable definir el destino de millones de dólares en ese tiempo?
No están cuidando el dinero de los salvadoreños, están cuidando los intereses del gobierno de tener acceso a recursos de manera fácil, sin discusión y sin someterlo al escrutinio público y lo están usando como que es dinero de ellos. La gente merece más respeto y más cuidado de su dinero.
¿Qué pasaría si esto se sometiera al escrutinio público?
Una de las cosas que más rechaza la población es el endeudamiento de forma irresponsable. Además, al no ser transparentes no quieren dar a conocer de forma abierta que el problema fiscal que tiene el país es sumamente grave y es alarmante y que esto se traduce en consecuencias para la población salvadoreña.
Cada vez más lo destinado para cosas importantes como salud o educación va siendo menor que, por ejemplo, lo destinado para pagar deuda.
¿Y sí tienen para pagar la deuda?
El país pueden entrar en un riesgo de impago de sus obligaciones en el sentido de que no es que no van a poder pagar quizás las obligaciones del 2023, las inmediatas, pero cada vez es más caro endeudarnos y siempre va a ser necesario adquirir alguna deuda, pero además es el destino de esa deuda lo cuestionable.
¿En qué sentido?
Si se va a usar, por ejemplo, para pagar salarios, compra de suministros que son normales dentro del funcionamiento de las instituciones, tenemos un problema. Porque no podemos estar usando la tarjeta de crédito para pagar el colegio o la comida.
Estamos gastando más de lo que efectivamente nos ingresa, pero tampoco hay esfuerzos serios para hacer un uso responsable del dinero.
Cuando se habla de millones de dólares, probablemente sea difícil dimensionarlo. ¿Cómo le puede afectar al ciudadano común este endeudamiento?
Uno es el tema de las prioridades. En los cambios al presupuesto, esta semana trasladaron $67 millones que había recaudado supuestamente en exceso el Ministerio de Hacienda por la amnistía fiscal. Entre ellos a la Presidencia de la República se le distribuyó $27 millones y $12 millones para diferentes hospitales nacionales y nos preguntamos dónde hay más necesidad, si en los hospitales o en la Presidencia de la República para Secretaría de Comunicaciones.
El miércoles tuvimos a la ministra de Vivienda que buscaba fondos para tener soluciones para el déficit habitacional y para generar condiciones de vivienda a las familias salvadoreñas. Lo que nos dijo es que el presupuesto de 2023 será de $22 millones. Es decir que la Presidencia tendrá más dinero para lo que resta del año que lo que el Ministerio de Vivienda va a gastar en un año en el 2023.
¿Crees que la situación de la deuda es sostenible?
El problema de pagar deuda con deuda es que cada vez la deuda va a ser más cara. Estás tapando un hoyo haciendo otro hoyo, entonces hay un problema, que no va a reventar ahorita pero se va haciendo cada vez más grave. Este problema lo tenían gobiernos anteriores, que tampoco lo abordaron de forma responsable, pero este que se supone que es diferente, dice que le importa a la gente y tampoco lo está abordando de forma responsable.
Y como país no podemos evadir pagar nuestras obligaciones, entonces lo que toca es quitarle recursos a aquellas carteras que se dedican a dar servicios directos a la población.
¿A qué te refieres con que revienta la situación? ¿Cómo luce esto?
Pues poco a poco estamos empezando a ver algunas señales. Por ejemplo retraso en el pago a los empleados públicos o que el riesgo de que no paguemos es más alto, por lo tanto nos prestan con intereses más caros. También corremos riesgo de que sea necesario recortar el gasto corriente o que en el presupuesto de 2023 veamos que hay obligaciones del Estado que no están cubiertas.
Cada vez hay más incertidumbre y nos alejamos de lo que dice la propaganda oficial.
¿Crees que van resolviendo cosas del día a día o hay un plan?
Creo que sí es evidente que se van resolviendo cosas del día a día. Te pongo un ejemplo: se habla de exceso de recaudación, están recaudando más impuestos de lo que esperaban. Lo lógico sería tener una visión de sanear la finanzas públicas y pagar deuda. Si ha habido, por ejemplo, un exceso de recaudación que podría rondar los $450 millones y la brecha fiscal presentada por el ministro de Hacienda el año pasado fue de $498 millones, se pudo haber pagado esa brecha y hacer ajustes priorizando lo más importante en los gastos del Estado.
Pero si vemos que se están destinando 27 millones para Casa Presidencial y 12 para los hospitales nacionales, obviamente las prioridades están al revés. Están saliendo al paso al día a día respondiendo a las presiones quizás de lo que van demandando los sectores de poder dentro del aparato estatal.
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¿Dónde deberían tener las prioridades?
El rol del ministro de Hacienda es ser el que ponga orden y decir ‘ya no vamos a gastar más en publicidad. No vamos a gastar más en fotógrafos, no vamos a gastar más en vídeos, vamos a invertir en la agricultura para que se recuperen los agricultores tras el paso de la tormenta Julia, vamos a darle prioridad al tema de vivienda o los hospitales.
¿Atribuyes el desorden fiscal a malicia o a incompetencia?
Es difícil decir que es incompetencia cuando tienes acceso a tantos recursos.
Creo que prima más cierto interés político de seguir controlando el poder, seguir controlando recursos, seguir controlando un aparato de propaganda y de comunicaciones muy fuertes, seguir cuidando la imagen de los funcionarios públicos, seguir con activaciones de marketing y después se dejan aventados proyectos. La capacidad del Estado de dar soluciones reales y también sostenibles sufre cuando el criterio es propagandístico.
No quiero decir que es malicia, sino más bien promover los intereses políticos.