La circulación vehicular entre Guatemala y El Salvador, a través de la frontera Anguiatú, en el distrito de Metapán, Santa Ana Norte, está paralizada desde el jueves a las 6:00 de la mañana debido a que pobladores de al menos dieciséis comunidades del municipio de Concepción Las Minas, del departamento de Chiquimula, en el vecino país, mantienen bloqueada la carretera sobre la aduana La Ermita.
La medida fue iniciada como una forma de presión para las autoridades guatemaltecas debido al mal estado de la carretera que une a los dos países.
Las personas señalaron que son cerca de 22 kilómetros los que requieren de intervención ante la falta de mantenimiento.
Muchos de los tramos presentan baches que restringen la circulación normal por la vía, que es transitada, principalmente, por vehículos de carga con mercadería y buses del transporte colectivo.
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Los manifestantes señalaron que la transmisión de los vehículos se dañan por el deterioro de la vía.
El bloqueo de la carretera ha generado un fuerte congestionamiento de cabezales con sus respectivos remolques, que se han quedado varados ante la medida de presión que podría mantenerse por tres días si los residentes no reciben una respuesta favorable a la petición.
La fila de vehículos del lado guatemalteco superaba, el jueves, los dos kilómetros; una situación similar se repetía en El Salvador.
Algunas personas optaron por caminar para buscar proseguir su viaje por ambos puntos fronterizos ante la restricción de la circulación vehicular.
Las personas señalaron que debido al estado de la vía hace que parezca “un camino” vecinal y no una carretera que une a dos países.
“Este movimiento se lleva a cabo de ver la necesidad que se da en la carretera que conecta a El Salvador con Guatemala; es una vergüenza cómo se encuentra ya que es una carretera muy importante para las importaciones y exportaciones de estos dos países. Aquí en oriente, la verdad, nos han dejado un poco abandonados por parte del gobierno y necesitamos también que pongan de su parte, así como nosotros los ciudadanos los apoyamos cuando ellos están pidiendo ayuda. De esa manera queremos que ellos se pongan las ‘pilas’, que no sólo sean promesas”, señaló uno de las personas que se sumó al bloqueo.
Los residentes de las comunidades señalaron que la vía presenta agujeros de hasta 30 y 40 centímetros de profundidad y que algunos ya no cuentan con asfalto sino que son de terracería.
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Malestar
Advirtieron que la medida no será levantada hasta que las autoridades correspondientes no les comuniquen fecha y forma de cómo será la intervención de la calle.
Aparentemente el deterioro de la capa asfáltica data de hace dos años; sin embargo, ha aumentado durante el 2024 debido a las fuertes lluvias de la temporada de invierno.
Archivos periodísticos consignan que por la frontera Anguiatú circulan a diario 3,080 vehículos; de los cuales, 809 es transporte de carga.
“Es una vergüenza dar esa mala impresión de nuestro país; exigimos que hagan su trabajo, eso es todo. No pedimos que nos regalen, sólo exigimos nuestros derechos y nuestros derechos son unas carreteras dignas. Estamos cansados de promesas y de tratar de buscar a las autoridades y que hagan caso omiso. Muchos dirán que no es la forma; pero ¿cuál es la forma?, no hay forma de llegar a ser escuchados”, dijo otro participante de la protesta.
No es la primera ocasión que los guatemaltecos muestran su descontento por daños en parte de su infraestructura vial.
En junio pasado, un tramo del puente Bernal Díaz del Castillo, ubicado en el municipio de Moyuta, en Jutiapa, presentó daños debido a las lluvias de entonces. El mismo tiene una longitud de cuarenta metros y seis de ancho.
Las autoridades de ese país ordenaron la suspensión del paso vehicular para evitar alguna tragedia ya que, incluso, la estructura de hierro quedó descubierta ante la falta del asfalto.
La infraestructura está a dos kilómetros de la aduana Pedro de Alvarado, ubicada también cerca de la frontera La Hachadura, en el distrito de San Francisco Menéndez, en Ahuachapán Sur.
Para mantener la conectividad entre ambos países, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) de El Salvador trasladó personal y maquinaria para reparar la estructura.