Cierta área del centro de la ciudad de San Salvador es considerada única, porque los predios y bienes que agrupa poseen valor patrimonial, ya sea arquitectónico, arqueológico, natural o histórico. El circuito en cuestión ha sido escenario de sucesos sociales, políticos, religiosos y comerciales que enriquecen esa relevancia cultural a día de hoy.
Por ello, en 2008, la Asamblea Legislativa aprobó el decreto 680 que lo elevó a la categoría de bien cultural y, por ende, está protegido por la Ley Especial de Protección al Patrimonio Cultural.
En el artículo 63 de la Constitución, se establece que la riqueza artística, histórica y arqueológica del país forma parte del tesoro cultural salvadoreño, por lo que el Estado debe salvaguardarlo a través de leyes especiales para su conservación.
Amparándose en tales normativas, dueños y clientes de algunos de los negocios antiguos que aún funcionan en el área patrimonial, esperaban haber sido tomados en cuenta dentro de los inmuebles que serán conservados por el plan de revitalización que se lleva a cabo en la actualidad. Pero el panorama pinta distinto.
Según la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador -creada por el COAMSS por medio de acuerdo municipal en octubre de 1988- y la Ley de Protección al Patrimonio Nacional, una edificación con más de 50 años de antiguedad puede ser protegida por el valor histórico y cultural que ha acumulado.
Sin embargo, los altos costos de los locales y las nuevas disposiciones creadas por la actual gestión de la Alcaldía de San Salvador para obtener un permiso pueden llegar a afectar a muchos de los negocios que por generaciones han funcionado en el centro histórico.
Una familia que por cuarta generación es dueña de un edificio y mantiene un negocio, cuyo rubro prefirieron no especificar, denunciaron que constantemente sufren el acoso de extranjeros asiáticos que les ofrecen exhorbitantes cantidades para comprar su inmueble. “No vamos a vender la herencia de nuestra familia”, recalcaron los propietarios que afirman que la cuadra donde están ubicados ya está siendo adquirida por estos nuevos inquilinos, quienes han adquirido locales para establecer tiendas y bodegas.
Entre ellos, la incertidumbre se ha establecido desde que inició la revitalización del centro capitalino.
Fotos en óleo en el Centro Histórico
Juan Tomás Batres, dueño de Foto Estudio Batres, es hoy por hoy el único fotógrafo que realiza retratos en óleo en el Centro Histórico de San Salvador. Además, es de los pocos trabajadores de la imagen que hablan de haber pertenecido al sindicato de fotógrafos que durante varios años del siglo XX defendieron los derechos de los trabajadores de este rubro.
Con 80 años y en el mismo local -que fue el último en el que instaló su negocio después de varias mudanzas-, ubicado en los alrededores del centro histórico, ha permanecido por 32 años.
“Nosotros nacimos en la calle Concepción”, indica don Juan al iniciar el relato sobre cómo comenzó su negocio. Surgió en una época en la que los foto estudios eran el comercio que más abundaba en el centro, tal como ahora abundan los negocios de artículos “chinos”.
Antes de establecerse, aprendió el oficio en otro foto estudio de dueños franceses. Al inicio, en los años 70, lo bautizó Foto Estudio América, pero su clientela lo motivó a cambiar el nombre al que hasta hoy ostenta.
Este histórico local está ubicado a un lado del ex cine Libertad, sobre la 4° calle Oriente, en una antigua casa de los años 30. Aún muestra el esplendor de la arquitectura de inicios del siglo XX, a través de baldosas que conforman los famosos pisos de alfombra.
Don Juan continúa promocionando su arte, el cual define es de calidad. Ha retratado a familias de alcurnia y personalidades importantes. “Tengo pedidos de otras partes del mundo, Estados Unidos, Sudamérica”, enfatizó.
Él ha sido testigo de muchos cambios en el centro capitalino. Algo que no se puede dudar después de sobrevivir al conflicto armado, terremotos, la guerra entre pandillas, remodelaciones, la pandemia del covid-19 y las nuevas disposiciones para el modelo de negocio del centro histórico. “Yo no tengo temor de que cierren o que le suban al alquiler. Hace una semana vinieron del Ministerio de Cultura y esa comisión me dijo que querían renovar la fachada, así que van a hablar con los dueños. Dijeron que seguiríamos funcionando”, aseguró.
Dice que los trabajadores le comentaron que la renovación llegará hasta la zona del barrio San Esteban en las casas antiguas.
El foto estudio de los profesionales
En el portal de Occidente, un espacio que por décadas ha albergado a varios negocios que poco a poco han desaparecido o se han expandido, sobrevive Foto Flores, un negocio familiar que fue fundado por Gerardo Flores, hondureño que migró a El Salvador a finales de los años sesenta y que dejó su trabajo en construcción para incursionar como fotógrafo. Lo inspiraron fotoperiodistas que conoció en esa época.
Esa inspiración es notoria en las paredes del local, de donde cuelgan fotos de El Salvador de antaño tomadas por don Gerardo.
Foto Flores nació en 1970, en la 8° Avenida Norte. A partir de los 80, ahí se ha retratado a miles de personas para fotos de documentos legales o de profesionales en busca de una fotografía para su título de graduación. Desde entonces, funciona en uno de los locales del portal que data de 1918, una joya arquitectónica de más de 100 años.
Joaquín Nolasco Vanegas, de 67 años, es el fotógrafo más antiguo de este negocio. “Juaco”, como se le conoce cariñosamente en el negocio, no solo trabaja en el centro, sino también vive en uno de los barrios ubicados alrededor de la plaza Libertad.
Fernando Flores es la tercera generación a cargo de Foto Flores. Junto con su papá, Luis Enrique Flores, están decididos a perseverar el negocio. Pese a todas las situaciones vividas, su prioridad es cuidar el legado de su abuelo y preservar la mentalidad de amor al trabajo que sobrepasa cualquier situación que se presente. “Mi papá nunca ha descansado un día, abre de lunes a domingo, incluso cuando ocurrían hechos violentos afuera solo cerraba la cortina y continuaba con el trabajo que estaba haciendo”, recalcó.
Foto Flores, a cargo de Luis Flores, incluso fue reconocido por el consejo municipal de la alcaldía de San Salvador en el año 2001 con el premio Diego de Holguin, por su contribución al mejoramiento del centro histórico de San Salvador.
Fernando, quien creció jugando y aprendiendo de fotografía en las paredes del estudio y en el portal de Occidente, reconoce que lo que está ocurriendo en el centro es gentrificación. “El desvío de los buses nos afectó un poco a la dinámica del negocio, pero antes se vivía en un desorden. Y ahora entre las nuevas disposiciones de la alcaldía está la prohibición de rótulos de los negocios, por eso los hemos quitado. No podemos estar sentados afuera, sino nos multan”, explica.
Comerciantes afirman que antes, los locales eran baratos por la inseguridad, pero ahora todos los locales han aumentado sus precios de pasar algunos de $175 dólares a $1,200 dólares, por ejemplo.
Los lineamientos para la gestión de permisos si han cambiado y se están cerrando negocios, pero la alcaldía capitalina no dejan claro qué tipo de permisos hay que sacar.